Todo lo que hay que ver en Turín, una histórica ciudad italiana
Turín es la capital de la bella región de Piamonte y está rodeada por el río Po, que divide a la ciudad en dos partes. Su potente industria la convierte en una de las ciudades más importantes de Italia junto a Roma, Florencia, Venecia y Nápoles. Hay mucho que ver en Turín, sus calles están plagadas de historia y cultura que ningún turista puede dejar escapar, por eso queremos mostrarte sus encantos.
Turín una ciudad llena de historia
A lo largo de los tiempos, Turín ha sido un importante centro político dentro de la historia de Europa. Durante el siglo XIX, tras la unificación de Italia, fue la primera capital de la nación y en ella residía la Casa de Saboya, la familia real de Italia.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la ciudad tuvo un gran desarrollo industrial. Junto con Milán y Génova compartió el denominado “triángulo industrial”, siendo actualmente una de las ciudades más desarrolladas del país.
“Todos los viajes tienen destinos secretos sobre los que el viajero nada sabe”.
-Martin Buber-
Lugares imprescindibles que ver en Turín
Si estás pensando visitar la ciudad, es importante que sepas que es conocida por sus museos, iglesias, palacios, plazas, bibliotecas, parques y jardines. Destacamos los lugares más importantes que ver en Turín:
1. Palacio Real
Se encuentra en la Plaza del Castillo y su fachada de estilo barroco destaca por su sobriedad, equilibrio y geometría. Fue el lugar de residencia de la Casa de Saboya y ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad.
Además, en su interior existen numerosas habitaciones diseñadas por arquitectos de renombre de la época. En ellas, de nuevo, prima el arte barroco, pero también rococó y neoclásico, los estilos más destacados de la ciudad.
Una de las partes más importantes es la Armería Real, que alberga una amplia colección de armas de las personalidades más importantes de la historia de Turín.
2. Palacio Madama
Se encuentra en la Plaza del Castillo, junto al Palacio Real. También declarado Patrimonio de la Humanidad, fue otra de las residencias reales. Actualmente, en su interior se encuentra el Museo Municipal de Arte Antiguo de la ciudad.
Su construcción se hizo a partir de los restos de la puerta de una antigua muralla romana. Aún se conservan sus dos torres originales, que fueron restauradas por los Saboya para dar como resultado un precioso castillo de estilo barroco.
3. Mole Antonelliana
Es uno de los principales símbolos arquitectónicos de Turín. Fue construida durante los años 1863 y 1888 por Alessandro Antonelli. Se encuentra en el norte de la ciudad.
En un principio se pensó en que se convirtiera en una sinagoga judía como símbolo de libertad religiosa, pero finalmente no se hizo por la mala relación entre el arquitecto con la comunidad judía.
Actualmente, en su interior se encuentra el Museo Nacional del Cine. Además, se puede subir a lo más alto del edificio para disfrutar de una de las mejores vistas de Turín.
4. Museo Egipcio
Es el museo más antiguo que existe (nació en el año 1724) y el segundo más importante del mundo. La razón de que esté en Turín es porque los Saboya eran aficionados a la cultura egipcia. Se encuentra en el palacio de la Accademia delle Scienze, un edificio de estilo barroco.
Exhibe colecciones de estatuas, sarcófagos y objetos de la vida cotidiana egipcia que el rey Carlos Félix de Saboya compró en el año 1824. Las obras más destacadas son las estatuas de Ramsés II y de Tutmosis II.
5. Catedral de San Juan Bautista
Es la principal iglesia católica de Turín. Se encuentra en la Plaza de San Juan Bautista y fue construida durante 1491 y 1498. Es el único ejemplo de arquitectura renacentista con el que cuenta la ciudad.
Es de acceso libre, y es famosa por albergar la Capilla de la Sábana Santa, una tela de lino que muestra marcas y traumas físicos propios de la crucifixión. Fue realizada por Guarino Guarani en el año 1668.
6. Otros lugares de interés
Y hay muchos más lugares que ver en Turín: el Palacio Carignano, la Piazza San Carlo, el Santuario della Consolata, la Puerta Palatina o la Basílica de la Superga.
Para descansar de la visita y reponer fuerzas, puedes tomar algo en algunos de los cafés históricos de Turín. Entre los más conocidos destacan el Platti o el Fiorio.