6 pueblos españoles que tienen algo especial
A lo largo y ancho de la geografía española hay centenares de pueblos maravillosos. Localidades llenas de tradiciones, con monumentos interesantes o en lugares de una enorme belleza. Es muy difícil elegir solo algunos, estos representan solo una minúscula muestra de esos pueblos españoles que merece la pena conocer.
1. Arcos de la Frontera, uno de los pueblos españoles con más encanto
Comenzamos nuestro recorrido en Andalucía. Arcos de la Frontera, en Cádiz, es puerta de entrada para realizar la maravillosa Ruta de los Pueblos Blancos.
Situado en un cerro y con el río Guadalete a sus pies, su entramado urbano destaca en el paisaje. Un pueblo precioso de calles empinadas y fachadas encaladas que aparece siempre en los listados de pueblos españoles más bonitos. Por algo será…
Merece la pena tomarse un tiempo para descubrir el encanto de sus callejuelas, pero también hay que buscar algunos edificios maravillosos, como el Castillo de los Duques, antiguo alcázar musulmán. Sin olvidar la basílica de Santa María, con su fachada plateresca, o los restos del antiguo recinto amurallado, entre otros tesoros.
“El andar en tierras y comunicar con diversas gentes hace a los hombres discretos. No hay ningún viaje malo, excepto el que conduce a la horca.”
-Miguel de Cervantes Saavedra-
2. Siurana
Nos vamos ahora a Cataluña. En Tarragona encontramos el precioso pueblo de Siurana. Un pueblo pequeño, pero tan encantador que enamora a quien lo visita. Se emplaza sobre un peñón de roca caliza en medio del valle del río Siurana.
Escenario de leyenda, aún pueden contemplarse los restos de una vieja fortaleza sarracena. También merece la pena pararse a contemplar su modesta pero bella iglesia románica. Y, por supuesto, hay que pasear por las calles empedradas del pueblo y admirar las vistas, que desde él son fabulosas.
3. Trujillo
Cruzamos toda la Península para ir a Extremadura, a otro de los pueblos españoles reconocidos por su belleza. Trujillo, en Cáceres, tiene una historia que se remonta a la época de la dominación romana. Pero alcanzaría su mayor esplendor en tiempos de la conquista de América.
De aquí partieron exploradores que al regresar construyeron palacios y casas señoriales. De ahí el carácter monumental que hoy tiene la ciudad. En ella hay que conocer el castillo del siglo IX, la iglesia de Santa María la Mayor, el palacio de los Marqueses de la Conquista y, por supuesto, su Plaza Mayor con la estatua de Francisco Pizarro.
4. Chulilla
Este municipio, situado a 60 kilómetros de Valencia, no es de los más conocidos a nivel turístico de esta comunidad. Sin embargo, puede ser toda una sorpresa. Montañas, ramblas y barrancos lo rodean, de modo que si te gusta la naturaleza, estarás en un enclave privilegiado.
Y una buena manera de disfrutar de sus alrededores es seguir la ruta de los puentes colgantes. Una ruta de senderismo sin ninguna dificultad que te permitirá descubrir algunos rincones preciosos del cañón del Turia, así como algunas zonas de baño increíbles, como el llamado Charco Azul.
Aún hay más. Chulilla está dominado por un castillo de origen árabe que todavía conserva parte de las murallas, y en sus alrededores se han encontrado interesantes yacimientos arqueológicos.
5. Albarracín
En la provincia de Teruel, en Aragón, nos topamos con otro de los pueblos españoles que hay que visitar sin excusa. El casco antiguo de Albarracín se construyó en las faldas de la montaña y está rodeado por el río Guadalaviar. Este es uno de esos pueblos medievales donde el tiempo parece detenido.
No hay que perderse el recorrido por sus murallas para admirar los restos del castillo. La catedral del Salvador, el Palacio Episcopal, las Murallas, la Casa Consistorial o la Plaza Mayor son paradas imprescindibles.
6. Cudillero
Acabamos nuestro recorrido por pueblos españoles maravillosos a orillas del Cantábrico, en Asturias. Situado en un anfiteatro natural que lo protege del viento y el oleaje, Cudillero es inconfundible, además, por el colorido de sus casas.
Un pueblo que invita a relajarse, a disfrutar del ambiente marinero y a reponer fuerzas con una deliciosa gastronomía. Pero también hay cosas que ver, como la capilla del Humilladero, las iglesias de San Pedro o San Martín de Luiña o la Quinta de Selgas que guarda interesantes obras, entre ellas, pinturas de El Greco y Goya.