Pueblos de Ávila, no te pierdas nuestra selección
Ávila está repleto de municipios de una belleza inigualable. Sin embargo, son cuatro los que destacan por encima del resto, sobre todo por su importancia patrimonial. Arenas de San Pedro, Arévalo, Barco de Ávila y Piedrahíta son pueblos de Ávila imprescindibles. Si quieres saber más de ellos, no dudes en seguir leyendo.
Pueblos de Ávila que debes visitar
1. Arenas de San Pedro
Uno de los pueblos de Ávila con más patrimonio. Sin ir más lejos, tres de sus edificios están declarados Bien de Interés Cultural. Destaca el Castillo de la Triste Condesa, también conocido como Don Álvaro de Luna. Es de estilo gótico y alberga un museo que exhibe parte de la obra de Manuel Aznar.
El segundo de los bienes de Arenas de San Pedro es el Palacio del Infante Don Luis de Borbón, que se caracteriza por su disposición y estilo neoclásico, y ha sido visitado por personajes ilustres como Francisco de Goya. El tercer edificio destacado es el convento de San Pedro Alcántara, construido con ayuda de Carlos III y en el que destaca el trazado de la capilla real.
Arenas de San Pedro también puede presumir de piscinas naturales. El río Arenal forma dos charcas, una para niños y otra más profunda para adultos; y su agua es tan clara que es posible ver nadar a las truchas.
“Viajar es imprescindible y la sed de viaje, un síntoma neto de inteligencia”.
-Enrique Jardiel Poncela-
2. Arévalo
Este municipio abulense es famoso por su arquitectura mudéjar, presente en una gran cantidad de monumentos, como el castillo. La fortificación del siglo XV destaca por su estética, pero también por haber servido de hogar a Isabel de Portugal y a sus hijos Alfonso y la futura reina Isabel. De hecho, su número de visitas creció notablemente tras aparecer en la serie Isabel.
Otros edificios mudéjares son la Iglesia de El Salvador, en la que se suelen guardar los pasos de Semana Santa; el puente de Medina, compuesto por tres arcos principales apuntados con forma de ovija; y la ermita de La Lugareja, declarada monumento histórico-artístico.
Además de por su patrimonio artístico y cultural, Arévalo es conocido por su gastronomía, en la que el cochinillo o tostón asado es el gran protagonista.
3. Barco de Ávila
Es un precioso pueblo que se encuentra cerca de los límites fronterizos de Salamanca y de Cáceres. Más concretamente, en el valle del Tormes, por lo que sus visitantes pueden disfrutar de la maravillosa naturaleza que le rodea.
Centrándonos en la villa, esta permanece encerrada por una muralla de la que se conserva su trazado, propio del siglo XVII; y algunas de sus partes relevantes, como la puerta románica del Ahorcado, con arco de medio punto y torres avanzadas para su defensa. Es la única que se mantiene en pie.
Dentro de la muralla o en sus alrededores se puede iniciar una ruta urbana que pasa por algunos de sus monumentos más característicos. Destaca la Casa del Reloj, antigua Casa Consistorial que fue reconstruida y que alberga el Reloj de la Villa.
También hay que ver la Casa de los Balcones, situada en la Calle Mayor y llamada así por ser la primera vivienda en tener un mirador. Y no hay que pasar de largo la Ermita del Santísimo Cristo del Caño, templo medieval de tradición muy antigua.
Mención aparte requieren el puente románico y el imponente castillo, que corona el punto más elevado del valle. Dicha edificación fue construida en el siglo XII, pero ha sido restaurada en varias ocasiones. Actualmente pertenece a la Casa de Alba y es escenario de numerosos actos culturales.
4. Piedrahíta
Piedrahíta, otro de los pueblos de Ávila más bellos, está ubicado en el valle del Corneja, en la vertiente norte de la sierra de Villafranca. Desde el municipio se pueden iniciar diversas rutas de senderismo, como la de Benjamín Palencia, pero lo que de verdad sobresale de él su patrimonio. De hecho, está declarado como Bien de Interés Cultural.
El pueblo se estructura en torno a la Plaza Mayor. Con forma poligonal y porticada, está formada por cuarenta y un edificios. Dos de ellos destacan por su singularidad: el Ayuntamiento, que a su vez alberga el Archivo Municipal, y la iglesia.
Otro de los tesoros con los que cuenta Piedrahíta es el convento e iglesia de las Carmelitas Descalzas. Aún hay más: las ruinas del Convento de Santo Domingo, que alberga un cementerio lleno de encanto; la Plaza de Toros, construida en mampostería con granito; la ermita de la Virgen de la Vega, santuario de la patrona; y la Casa de Gabriel y Galán, donde vivió el poeta cuando ejercía su magisterio en el pueblo.
Sin embargo, ningún monumento supera en celebridad y visitas al Palacio de los Duques de Alba, que, precisamente, sirvió de residencia de verano a los miembros de la Casa de Alba de Tormes. La edificación es de estilo barroco francés, tiene dos pisos y se erige en forma de U. A ella se accede a través de un patio de armas.