Cómo hay que preparar una escapada a la montaña
Una escapada a la montaña, aunque sea muy corta de duración, puede ser la mejor cura antiestrés que uno pueda imaginar. Y por lo tanto, puede ser un viaje realmente satisfactorio. No solo por el beneficio mental y de desconexión de las rutinas que provoca. También tiene un beneficio físico una buena caminata, sin olvidar la contemplación de lugares tan distintos a nuestro día a día.
Concepto básico para una escapada a la montaña
Cuando hablamos de una escapada a la montaña no nos estamos refiriendo a la ascensión de grandes picos, como el Mont Blanc en los Alpes o el Aneto en los Pirineos. Ni tampoco hablamos de rutas de enorme longitud y dureza, como atravesar el Cañón del Colorado o un trekking por Katmandú.
También hablamos de excursiones mucho más cortas y de menor riesgo. Pero a la hora de salir a la montaña, siempre hay que tener un concepto básico: precaución.
Esto es lo más importante a la hora de preparar nuestra escapada. ¿Por qué? Porque la montaña no deja de ser un lugar donde reina la naturaleza, con una meteorología que puede ser cambiante y donde no tenemos todos los recursos de ayuda que puede haber en una ciudad. Así que precaución.
Y en ese sentido van muchos de los siguientes consejos que hay que tener en cuenta antes de salir a la montaña:
Consultar el tiempo
Gracias a distintas webs, los medios de comunicación y varias aplicaciones, hoy en día es posible conocer el desarrollo meteorológico de las próximas horas con bastante exactitud.
Así que si vais a salir al aire libre, consultadlo, porque eso os hará ir mejor equipados, e incluso desechar una excursión si las previsiones son muy malas. El mal tiempo en la montaña puede suponer un grave, gravísimo peligro.
¿Dónde dormir?
Otra de las cuestiones importantes a la hora de salir a la montaña es tener claro dónde se va a pernoctar. Puede haber muchas opciones. Desde la acampada libre hasta un refugio, pasando por un hotel remoto con encanto o un camping. En cualquiera de esos casos hay que reservar y llevar siempre lo necesario: saco, tienda, etc.
Y si se opta por la acampada libre, hay que tener en cuenta la normativa en cuanto a lugares peligrosos, como las proximidades de un río. O si está prohibido, por ejemplo, en ciertos espacios naturales especialmente protegidos.
Ir con el mapa a todas partes
Nuestros teléfonos móviles se han convertido en nuestros GPS, mapas y brújulas. Eso es magnífico y nunca está de más llevar en el móvil nuestra ruta georreferenciada para no perdernos o facilitar nuestra búsqueda en caso de accidente.
Pero además, siempre es bueno llevar esa ruta impresa. Nunca se sabe si nos quedaremos sin batería ni cobertura, perderemos el móvil o se mojará. En fin, por un papel no aumenta el peso de nuestra mochila, y puede ser un recurso importantísimo.
Llevar buen calzado
Si vamos a hacer una ruta de senderismo, una excursión corta o una travesía más larga de trekking, solo contaremos con un medio de locomoción: nuestros pies. Por esa razón es importante ir bien calzado.
No solo con las botas adecuadas para la montaña, sino que sean adecuadas a nuestros pies, ya que una pequeña ampolla puede convertirse en una verdadera tortura durante unas horas de caminata.
Preparar la mochila
En la mejor imagen de un montañero siempre aparece una mochila. Es un elemento imprescindible, y en ella hay cosas que nunca, nunca han de faltar. Por ejemplo: un chubasquero, algo de abrigo, agua, snacks, una gorra y crema solar.
A disfrutar
Después de tanto consejo, todos ellos imprescindibles, ya solo nos queda desearos que disfrutéis de vuestra escapada a la montaña. Todo aquel que lo ha probado sabe que es adictivo. Cada vez se quiere hacer más excursiones, y conforme se alcanza mejor forma física, se buscan nuevos retos, sin que sea necesario convertirse en un intrépido alpinista.
“Nunca midas la altura de una montaña hasta que no hayas llegado a la cumbre. Entonces verás que no era tan alta como pensabas.”
-John Lubbock-
En fin, a disfrutar, con precaución. Y un último consejo: no os olvidéis la cámara de fotos. No llevéis solo la del móvil, llevad una cámara, aunque sea pequeña. Veréis imágenes dignas de inmortalizarlas en las mejores condiciones.