Polinesia Francesa, destino perfecto para unas vacaciones al sol
Si nombramos destinos de la Polinesia Francesa como Bora Bora o Tahití, de forma inmediata nos vienen a la cabeza mares maravillosos y playas de ensueño. Esa es la nota dominante en esta zona del Pacífico Sur. Aquí nos esperan un conjunto de islas que realmente podemos considerar un paraíso terrenal. Son destinos fantásticos para unas vacaciones.
Qué te espera en la Polinesia Francesa
La Polinesia Francesa es un conjunto de islas rodeadas de arrecifes de coral. Un territorio donde el buen tiempo es la norma y donde la exuberante vegetación tropical surge en cualquier rincón a escasa distancia del mar. Mientras, en el área más próxima al océano se encuentran playas de postal, con aguas transparentes y arenas blancas.
En ese litoral maravilloso es donde precisamente se encuentran los hoteles y resorts que se convierten en alojamientos soñados para unas vacaciones. Hoteles que no están en primera línea de playa, sino que, literalmente, están sobre el mar, en cabañas que recuerdan los pueblos flotantes.
Qué ver en la Polinesia Francesa
Puede que tengas la inmensa fortuna de disponer de tu propia embarcación y te dediques simplemente a navegar por el mundo. Pero lo habitual es llegar volando hasta el Aeropuerto Internacional de Tahití.
A partir de ahí te esperan más de un centenar de islas y atolones. ¿Cuáles son los principales y dónde puedes pasar unas vacaciones únicas? De ello te vamos a hablar a continuación.
Tahití
La isla de Tahití no solo es un punto de llegada a la Polinesia Francesa. También es un lugar fantástico para pasar unos días. Como no podía ser de otra manera, el alojamiento estará en el litoral de esta isla. Por cierto, allí nos esperan playas de arena negra que nos recuerdan el origen volcánico de la isla.
Pero hay algo más que playa en esta isla, que es la mayor de la Polinesia Francesa. Aquí lo más recomendable es realizar excursiones hacia el interior. En el corazón de la isla nos esperan unos paisajes boscosos y de montañas realmente hermosos, así como muy valiosos desde un punto de vista natural.
E, igualmente, hay que visitar Papeete, la gran ciudad. Allí no debes dejar de recorrer sus coloridos mercados, que te mostrarán mejor que nada la cultura de este rincón del planeta.
Bora Bora
Las playas de Bora Bora son muy diferentes a las de Tahití. Aquí nos esperan las imágenes más tópicas del Pacífico Sur, con sus arenas blancas, los cocoteros dando sombra, el océano convertido en una cálida piscina y los hoteles sobre las aguas.
Todo eso es posible gracias a que, más que una isla, Bora Bora es uno de los muchos atolones de la Polinesia Francesa. Y está claro que es uno de los edenes más conocidos del mundo. Eso tiene su precio, pero si alguien busca sentirse un privilegiado por una vez en la vida, este es un buen lugar al que dirigirse.
Rangiroa
Otro atolón magnífico para pasar unas vacaciones en la Polinesia Francesa es Rangiroa. Aquí toda actividad se reduce a gozar de sus aguas, contemplar los delfines, gozar de bellos atardecer y hacer esnórquel o atreverse con el buceo en aguas más profundas. ¿Qué más se puede pedir a unas vacaciones?
Moorea
Jornadas de playa, excursiones por senderos de montaña, hoteles de lujo, remar en kayak, bucear entre corales, navegar por sus dos bahías… Nada más y nada menos es lo que hay que hacer en esta maravillosa isla. A ella podréis llegar tras media hora de ferry desde Tahití.
Más lugares increíbles de la Polinesia Francesa
Hasta aquí los sitios más visitados de estos archipiélagos del Pacífico Sur, pero hay muchos otros lugares de los que disfrutar durante un viaje a la Polinesia Francesa. De hecho, el conjunto lo forman cinco archipiélagos distintos: islas Marquesas, Australes, Gambier, islas de la Sociedad y Tuamotu.
Hablamos de islas, islotes y atolones repartidos por más de 4000 km², así que seguro que cada uno puede encontrar su auténtico paraíso remoto. ¡Solo hay que atreverse a buscarlo!