Pasamos una noche en La Alhambra de Granada
El palacio de la Alhambra de Granada, el gran monumento del patrimonio histórico-artístico español, luce radiante en cualquier momento. Pero sus patios, jardines y estancias adquieren un encanto especial cuando se pone el sol. Se disfruta entonces del lugar de una forma mucho más íntima y mágica. Si quieres ser uno de los afortunados que saben de qué os estamos hablando, hay que adentrarse en una visita nocturna a la Alhambra, e incluso reservar una noche de estancia en el parador.
Visitas nocturnas a la Alhambra
Lo primero que os hemos de decir es que, al igual que en el resto de itinerarios guiados por la Alhambra, también para las visitas nocturnas se hace imprescindible reservar. Así que si sabéis cuando vais a visitar la ciudad de Granada, no lo dudéis y hacer ya esta reserva.
Eso sí, tendréis que elegir entre dos tipos de visitas nocturnas, la denominada visita a los Palacios Nazaríes o el recorrido nocturno por los Jardines y Palacio del Generalife.
Visita nocturna a los Palacios Nazaríes
Este recorrido comienza en el mismo Atrio de la Alhambra, y a partir de ahí se sigue un itinerario en paralelo a las murallas. Es el mejor modo de descubrir desde el exterior distintas torres de la fortaleza palaciega, para finalmente llegar hasta el palacio de Carlos V, accesible desde la puerta de la Justicia o de la puerta de los Carros.
A partir de aquí llegan los lugares más carismáticos de la Alhambra, en los cuales con la cuidada iluminación y el ambiente nocturno es fácil sentir que uno se adentra en un cuento de Las mil y una noches. En definitiva, un recorrido inolvidable que pasa por el Patio de los Arrayanes o el de Machuca, el Salón del Trono o la Sala de la Barca. Además del famoso Patio de los Leones o la increíble Sala de los Mocárabes.
Visita nocturna por los Jardines y Palacio del Generalife
Esta es la segunda opción de visita nocturna a la Alhambra. Y hay que tener en cuenta que son excluyentes entre sí, al menos en el mismo día, ya que coinciden el horario de ambas. Así que habrá que elegir si solo pasamos una noche en Granada, o hacer las dos si nuestra estancia es más larga, porque este itinerario es igualmente increíble.
El comienzo es el mismo en el Atrio de la Alhambra, pero a partir de ahí prosigue por el paseo de los Cipreses hasta llegar los Jardines del Generalife y posteriormente al palacio del mismo nombre, donde nos espera el Patio Apeadero, el de la Acequia o el Segundo Patio, hasta llegar a la Casa de los Amigos. Lo dicho, una visita mágica a la luz de la luna.
“No sé si llamé cielo a esta tierra que piso, si esto de abajo es el paraíso ¿Qué será la Alhambra, cielo?”
-Lope de Vega-
Una noche en palacio
No obstante, al comienzo decíamos que os íbamos a contar cómo pasar una noche en la Alhambra. Pues bien, para eso se hace necesario reservar una habitación en el Parador de Granada, ubicado en lo que fuera una parte de la residencia real nazarí. O sea, como es habitual en la red de paradores de España, ocupando un edificio histórico, y en este caso formando parte de un monumento de renombre mundial.
Allí hay salas que todavía conservan la decoración original, como la Sala Nazarí. Aunque otras estancias han pasado por los más variados avatares a lo largo de sus muchos siglos de historia. Pero finalmente, desde 1945 es el Parador de Granada.
Desde luego, no puede haber mejor lugar para pasar una noche en la ciudad granadina. Si decíamos que la visita nocturna nos evocaba los cuentos de Las mil y una noches, aquí os recomendamos que os llevéis de lectura los Cuentos de la Alhambra, de Washington Irving. Felices y palaciegos sueños.