Descubre la belleza del Parque Nacional Yoho en Canadá
Una lengua indígena de esta zona del oeste de Canadá utiliza la palabra “yoho” para indicar asombro. Con eso está casi todo dicho sobre lo que nos espera en el Parque Nacional Yoho, en las Montañas Rocosas de la Columbia Británica. Uno de los más de 40 parques nacionales que tiene este inmenso país de Norteamérica.
Los paisajes mágicos del Parque Nacional Yoho
El Parque Nacional Yoho es uno de los más pequeños en extensión de todas las Rocosas canadienses. Y al mismo tiempo, es uno de los más bellos. Allí nos esperan lagos que solo imaginaríamos en los cuentos, cascadas de sonidos estremecedores, montañas míticas o un conjunto de fósiles que nos trasladan en el tiempo.
De todo ello os vamos a hablar a continuación. Recorremos el parque para mostraros los lugares más espectaculares que os esperan en él:
El Lago Esmeralda
Sin duda, este es el lugar más emblemático del Parque Nacional Yoho. Al ver este enorme lago rodeado de montañas se comprende inmediatamente su nombre. Sus aguas son de una tonalidad verde brillante.
Es un lugar de visita obligada en el parque y una de las imágenes más carismáticas de la naturaleza canadiense. ¿La mejor forma de disfrutarlo? Desde luego, esa es remando en una canoa.
La cascada Takakkaw
Otra visión que no os podéis perder cuando visitéis el Parque Nacional Yoho es la de su cascada Takakkaw. Estamos un hablando de un salto de unos 240 metros en el que las aguas se precipitan desde el glaciar Daly.
El paseo para llegar hasta allí es espectacular y apenas dura una hora. Como os podéis imaginar, el agua cae con una fuerza impresionante, así que no os dejéis el chubasquero para no quedar completamente empapados.
Lake O’Hara
Además del Lago Esmeralda hay otros lagos en el Parque Nacional Yoho. Uno de ellos es el de O’Hara que solo se puede visitar en verano. Es un sitio increíble al que podrás llegar haciendo un fabuloso trekking. Y después incluso podrás alojarte allí, en hotel o, si el tiempo acompaña, en un camping.
Natural Bridge
Si sabes inglés, ya te imaginas que se trata de un puente natural, en este caso formado por la roca que se eleva sobre las aguas del río Kicking Horse. Es una verdadera obra de ingeniería de la naturaleza, ya que ha sido la erosión la que ha horadado esta forma tan caprichosa.
Hasta el parking cercano llegan los autobuses turísticos, por lo que es muy fácil llegar hasta esta maravilla del Parque Nacional Yoho.
Field
Dentro de la extensión del parque solo hay un pueblo. Es Field. Un pueblo que evidentemente es muy pequeño, pero que posee un encanto grandioso. Es la perfecta comunión entre la naturaleza y la vida humana.
Este es un lugar construido a base de madera y plenamente integrado en el paisaje. La visita es más que recomendable, por lo menos para entrar al Centro de Información Turística.
Burgess Shale
Al comienzo os hemos comentado que el Parque Nacional Yoho es un buen lugar para ver fósiles de otras eras. Eso se consigue al visitar Burgess Shale. Un área con rocas de esquisto sobre las que se conservan fósiles marinos.
Es decir, sobre estas rocas hace la friolera de 500 millones de años hubo un mar. Un tesoro que hay que descubrir con visitas guiadas.
Wapta Falls
Volvemos al cauce del río Kicking Horse River, pero en este caso para ver las cascadas de Wapta. Más pequeñas que la de Takakkaw, pero también muy atractivas. Un buen sitio para relajarse contemplando el panorama y tomar un bocata.
Yoho Lake
Si vamos caminando por el Lago Esmeralda veremos la señalización de una ruta senderista que lleva al Yoho Pass. Pues bien, una caminata de tres horas nos llevará hasta el lago que lleva el nombre del Parque Nacional Yoho, un sitio con menos turistas y con un encanto especial.
Un largo paseo y duro por momentos, cierto, pero merece la pena alejarse un poquito de los caminos más transitados. Así que nuestro consejo es que hagáis esta ruta sin prisas. Aquí es realmente donde estaréis alejados de la civilización y sentiréis todo el poderío de las Montañas Rocosas.