Un palacio singular: la Quinta da Regaleira en Sintra
El Palacio o Quinta da Regaleira mezcla magistralmente naturaleza, arquitectura y misterio. Es uno de los rincones más espectaculares de la hermosa localidad portuguesa de Sintra, no en vano está considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El predio tiene cuatro hectáreas y además de la construcción principal tiene hermosos jardines con lagos y grutas. ¡Acompáñanos a conocerlo!
Quinta da Regaleira: masones, templarios y alquimistas
El proyecto de este palacio correspondió a Carvalho Monteiro y a Luigi Manini. El edificio principal tiene varios estilos: románico, gótico, renacentista y manuelino. Pero más allá de lo evidente, las construcciones tienen elementos “escondidos” relacionados con la masonería, la alquimia, los templarios y la rosacruz.
Este terreno fue propiedad de José Leite, Francisco Guimaraes de Castro o Manuel Bernardo, entre otros. Sin embargo, la historia conocida comienza en 1892, cuando António Augusto Carvalho Monteiro adquirió estas hectáreas y comenzó a edificar el magnífico recinto que es hoy y cuyas obras finalizaron en 1910.
Luego pasó a manos de Waldemar Jara d’Ordey, en 1942, quien no cambió casi nada del diseño original más que para acoger a su gran familia. Tras ello, la quinta se convirtió en hotel, para luego permanecer cerrada varios años.
En 1997 el ayuntamiento de Sintra adquirió el gran patrimonio. La recuperación del edificio y los jardines llevaron a que poco tiempo después la Quinta da Regaleira abriese al público como hasta el momento.
El simbolismo en la Quinta da Regaleira
La concepción religiosa del palacio, en principio, tiene que ver con el cristianismo, pero también hay detalles gnósticos, discursos místicos e ideas que prometen la salvación de los fieles. La tradición mítica portuguesa asociada al Espíritu Santo está más que presente en la Quinta da Regaleira.
Cabe destacar la cruz templaria ubicada en el fondo del pozo iniciático de la capilla y las demás cruces de la Orden de Cristo, que demuestran la influencia que el templarismo tenía en Carvalho Monteiro.
El dueño del lugar, conservador, gnóstico y monárquico, quiso plasmar en el edificio el pasado glorioso del país (de los grandes descubrimientos geográficos). Hay varios simbolismos esotéricos en el conjunto, con tintes misteriosos y sobre todo exóticos.
De paseo por la Quinta da Regaleira
Cuando hablamos de Sintra, automáticamente pensamos en su Palacio de Pena. Sin embargo, a un paso del símbolo local nos topamos con esta maravilla arquitectónica, religiosa y misteriosa. En un recorrido por la Quinta da Regaleira los espacios destacados son:
1. Bosque
Ocupa la mayor parte del predio y fue creado con una puntillosa planificación. Es más ordenado y cuidado en la parte baja del terreno y a medida que se asciende hacia la parte alta se convierte en más salvaje y aleatorio.
Esta disposición está estrechamente relacionada con el primitivismo, movimiento artístico en el cual creía Carvalho Monteiro.
2. Rellano de los Dioses
Al llegar al “Patamar dos Deuses” nos da la bienvenida una estatua de Hermes, mensajero de los dioses y figura de la revelación de la sabiduría. Este personaje parece anunciar que nos encontraremos con otros dioses en el rellano.
En el centro del sector podemos ver dos estatuas más, quimeras y símbolos de la utopía y la ilusión.
3. Pozo Iniciático
Es uno de los lugares más extraordinarios de la Quinta da Regaleira. Es una galería subterránea con escalera en espiral y columnas esculpidas que desciende por nueve rellanos (como los evocados en La divina comedia) hasta el fondo de un pozo.
Se llama “iniciático” porque se usaba para rituales masónicos y la simbología alude al útero materno.
“Según vamos adquiriendo conocimiento, las cosas no se hacen más comprensibles, sino más misteriosas.”
– Albert Schweitzer –
No dejes de visitar en la Quinta da Regaleira la capilla de la Santísima Trinidad, la torre y el edificio principal de estilo manuelino, con hermosos balcones y varios salones, entre los que destaca el de caza con una grandiosa chimenea.
La fuente de la Abundancia, los túneles secretos y los apuntes del arquitecto Manini son también puntos imprescindibles en la visita, que dura aproximadamente dos horas.