Neuschwanstein, un castillo de cuento en Alemania

Neuschwanstein, un castillo de cuento en Alemania

Escrito por Adrián Pérez

Última actualización: 17 agosto, 2017

¿Quién nunca ha soñado con ser una princesa o un caballero y vivir miles de aventuras en un castillo? En tierras germanas podemos encontrar muchas de estas construcciones majestuosas que nos permiten viajar en el tiempo. En esta ocasión, visitamos un castillo de auténtica fantasía, el de Neuschwanstein, en el corazón de Baviera. ¡No te lo pierdas!

Castillo de Neuschwanstein: el cisne de piedra

En la traducción al español, Neuschwanstein quiere decir “Nuevo Cisne de Piedra”. Quizás se deba a su figura esbelta y elegante, o a sus muros blancos coronados por tejados negros.

Patio del castillo de Neuschwanstein
Patio interior – chdoig / Flickr.com

Este castillo, ubicado al sur de Alemania, cerca de la localidad bávara de Fussen, fue construido por órdenes del rey Luis II, el “Rey Loco”, en 1866. Su nombre original fue “Nuevo Castillo de Hohenschwangau”, en recuerdo de otro castillo en el que el monarca había pasado parte de su infancia. Fue al morir este cuando recibió el nombre con el que hoy se le conoce.

“La locura es un cierto placer que solo el loco conoce.”

-John Dryden-

El sueño del rey

Castillo de Neuschwantein
Castillo de Neuschwantein – aingnamma / Pixabai.com

Hay que tener en cuenta que en la época en la que se construyó Neuschwanstein los castillos no eran necesarios en materia estratégica. Es decir, que realmente eran caprichos de monarcas y nobles para pasar en ellos algunas temporadas al año.

Este realmente lo fue. Obsesionado con una visión romántica de la época medieval y las obras de Wager, Luis II concibió un castillo que fuera el modelo “ideal” para el caballero de aquella época. Pero realmente el palacio se diseñó como un lugar de recreo solo para el monarca y sus sirvientes, ya que ni siquiera se plantearon estancias para albergar a la corte.

Un presupuesto desbordado

Las demandas del monarca fueron creciendo a medida que el proyecto tomaba forma. Lo mismo sucedió con el presupuesto. Por ejemplo, lo que iba a ser un modesto cuarto de trabajo se transformó en la Sala del Trono, mientras que la Sala Árabe no pudo ser terminada por falta de dinero.

Castillo de Neuschwantein nevado
Castillo de Neuschwantein – Merche Pérez / Flickr.com

Se suponía que el castillo de Neuschwanstein estaría completo en 1872, pero eso no fue posible debido a tantos cambios “sobre la marcha”. El rey se mudó cuando todavía seguían los trabajos de construcción. En total vivió allí 172 días.

Pocas semanas después de la muerte de Luis II se abrieron al público las puertas del castillo. Era algo que jamás pensó hacer el rey, pero que fue un medio de pagar las deudas contraídas por el monarca, gracias al pago de las entradas por parte de los visitantes.

Hasta 1914 el castillo fue una entrada estable de ingresos para la familia Wittelsbach y en ese periodo se terminaron algunos cuartos y salas externas. En la época de las guerras mundiales, afortunadamente, no sufrió daños. Tras los conflictos bélicos, el edificio se usó para archivos documentos de la ciudad de Múnich.

De visita por el castillo de Neuschwanstein

Castillo de Neuschwanstein
Castillo de Neuschwanstein – aingnamma / Pixabai.com

En la actualidad, este bonito castillo es uno de los principales destinos turísticos de Alemania. Está a 4 kilómetros de Fussen, 5 de la frontera con Austria y 120 desde Munich. Solo se puede recorrer el interior con un guía turístico durante 35 minutos.

Ya desde lejos se puede admirar su belleza, sus paredes blancas destacando entre el verde valle y el azul de los lagos. A solo 2 kilómetros se halla el otro castillo importante de la zona, Hohenschwangau (donde Luis II pasó su infancia). Se pueden visitar ambos comprando un ticket combinado en la oficina central del pueblo.

Las visitas guiadas se realizan en horarios fijos y en grupo. Es conveniente reservar con antelación o llegar lo más temprano posible. El recorrido comienza ya en los interiores. Los guías hablan en alemán o en inglés, pero se pueden conseguir audioguías en español.

El interior del castillo

Sala de los Cantores de Neuschwanstein
Sala de los Cantores- skeeze / Pixabai.com

Las salas más importantes del castillo de Neuschwanstein son las del Trono y la de los Cantores. Esta última fue la favorita de Luis II y se convirtió en un sitio de culto para la tradición caballeresca medieval. En total, se visitan 14 espacios, incluyendo la cocina (de las más avanzadas de la época) y la capilla (inspirada en las iglesias bizantinas).

La decoración del castillo (que fue uno de los primeros en tener electricidad) está inspirada en la obra del compositor Richard Wagner. Por ello (y no por el color), Neuschwanstein lleva ese nombre: en honor al caballero-cisne de una de sus óperas.