Descubre todo lo que necesitas saber de la catedral de Burgos
La catedral de Burgos es conocida por su majestuosidad y belleza. Se alza imponente en medio de la ciudad, como si todo lo que hay a su alrededor fuera suyo. Una joya única e irrepetible que forma parte de la lista de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad desde 1984. Y es que es uno de esos edificios que cuando lo conoces no puedes dejar de mirar.
La historia de la catedral de Burgos
El rey Alfonso IV de León fue quien primero tuvo la idea de edificar una catedral en este lugar, donde antes había un pequeño palacio. Hablamos del siglo XI y de un templo que debía ser románico, porque poco se sabe de él.
Esta catedral quedaría pronto pequeña para tantos feligreses. Así, a principios del siglo XIII comenzaron a fraguarse los planes para construir un nuevo templo mucho más grande, el que hoy conocemos y que supuso la demolición de la vieja catedral.
Para aquel entonces ya reinaba Fernando III de Castilla, conocido como el Santo. La primera piedra se puso en julio del año 1221 y tan solo 17 años después ya estaban terminados la cabecera, parte del crucero y las naves.
La catedral se consagró en el año 1260, aunque ya se celebraba culto desde unos años antes. Aún quedaban, sin embargo, remates y ampliaciones que se irían concluyendo durante el siglo XIII y parte del XIV.
Qué la hace diferente
Uno de los arquitectos que trabajó en las obras de la catedral, el Maestro Enrique, era de origen francés y parece que se inspiró en la catedral de Reims. Sin embargo, la arquitectura de este templo es única, tan elegante y armoniosa hermosa que es difícil apartar los ojos de ella.
Fachada de Santa María
Es la fachada principal, en cuya parte inferior se abre la Portada de Santa María, que se usa como acceso al templo y tiene tres arcos joviales. Dispone de tres puertas: la Real o del Perdón, que es la central; y las de la Asunción y la Inmaculada, que se muestran un tanto más pequeñas a los laterales de la primera.
Sobre las dos puertas laterales se erigen dos torres que, si a simple vista parecen idénticas, no lo son. Estas tienen pilastras decoradas con estatuas y pináculos y varias aberturas puntiagudas a los lados.
Puerta de la Coronería
Cuando rodeas la catedral cada puerta, cada fachada, cada detalle, es más bello que la anterior. El exterior del templo está lleno de motivos impresionantes, de historias contadas en las paredes.
En este caso, sobre el arco de esta puerta se ve al arcángel Miguel con una balanza pesando a las almas y a su lado, el diablo intentando descompensarla a su favor y con los condenados al infierno detrás de él. Una bella puerta desde la que se accede a uno de los rincones más bellos de la catedral: la Escalera Dorada.
Aunque la puerta es del siglo XIII, se renovó en el siglo XVIII para sustituir algunos elementos góticos deteriorados por otros barrocos que le darían mayor utilidad. Por ejemplo, un parteluz se cambió por un arco de medio punto.
El interior de la catedral de Burgos
Si la catedral de Burgos es hermosa por fuera, por dentro no hay palabras para expresar lo que encierra. La Capilla Mayor destaca en la nave central, de la que ocupa buena parte. Si su retablo es espectacular, no lo es menos el camino de columnas de mármol blanco tallado que lleva hacia ella.
Y al fondo de la misma nave destaca la Capilla de los Condestables. Su planta octogonal, sus retablos, su bóveda y el sepulcro de los fundadores son auténticas joyas. Como lo son las otras muchas capillas que se pueden ver dentro del templo.
Pero hay muchos más tesoros en el interior de la catedral de Burgos. Imposible describirlos todos, pero al menos mencionaremos algunos. Merece detenerse para admirar el coro, la imagen de Santa María la Mayor, el trasepto, el cimborrio, la bóveda trillada de doble estructura o la tumba del Cid y de su esposa.
“Viajar hace a uno modesto. Ves el lugar pequeño que ocupas en el mundo.”
-Gustave Flaubert-
En definitiva, visitar la catedral de Burgos es visitar una de las joyas del gótico español, un magnífico edificio que te sorprenderá en cada uno de sus detalles. Si visitas la ciudad, ten en cuenta que necesitarás tiempo para poder admirar como se merece este magnífico templo.