Nagoro en Japón: la aldea de los muñecos

Nagoro es uno de los destinos turísticos más singulares de Japón. La aldea cuenta con más muñecos que residentes en la actualidad.
Nagoro en Japón: la aldea de los muñecos
María Belén Acosta

Escrito y verificado por la especialista en Asia Oriental María Belén Acosta.

Última actualización: 28 enero, 2021

La despoblación de las zonas rurales es, en la mayoría de los países, un grave problema. Pueblos como Nagoro en Japón quedan deshabitados en favor de las grandes ciudades, donde tanto jóvenes como adultos cuentan con más servicios y facilidades.

Y aunque es cierto que más de 600 000 japoneses han optado por una vida en soledad, no es el caso de los escasos habitantes de Nagoro. Esta pequeña aldea de Japón ha adquirido fama por ser hogar de unos curiosos muñecos de trapo que superan en número a la población actual.

El origen de Nagoro

Nagoro se encuentra en la isla de Shikoku, en el valle de Iya. Ubicada en una alejada zona montañosa, esta aldea empezó a sufrir un grave éxodo rural hace 60 años. Nagoro, que contaba con una población de casi 300 habitantes, se ha visto reducida a menos de 30 habitantes.

Tsukimi-ayano
Tsukimi Ayano – 禁书 网 / Flickr.com

Debido a la masiva despoblación de la aldea y a su aparente sentencia al olvido, una de sus habitantes, Tsukimi Ayano, decidió volver en el año 2000 para cuidar de su padre. Ayano, que había vivido en la aldea durante los primeros años de su niñez, decidió hacer un muñeco para colocarlo en el campo a modo de espantapájaros.

Lo vistió y caracterizó a semejanza de su padre y lo colocó junto a algunas herramientas de trabajo para darle vida al paisaje. Curiosamente, un vecino que paseaba por el lugar acabó por saludar al muñeco como si de su padre se tratara. La mujer pensó que, si habían saludado con naturalidad a aquel muñeco, quizás lo harían con otros.

Desde entonces ha fabricado más de 400 muñecos de los que más de 350 se encuentran solo en Nagoro. Esta idea pionera y extravagante ha llevado a un nuevo resurgir de su aldea natal, que recibe centenares de visitas de turistas llegados de todo el mundo.

Nagoro : la aldea de los muñecos

Muñecos de Nagoro
Roberto Maxwell / Flickr.com

La aldea, que como decíamos solo cuenta con 30 residentes y todos de avanzada edad, no dispone de tiendas o servicios públicos. Los habitantes de Nagoro comparten su vida cotidiana con estos muñecos creados por Ayano para sobrellevar la soledad del día a día.

Tsukimi Ayano, que ya había fabricado muñecos durante su vida con otros fines, ha recreado a otros habitantes de la aldea. Su dedicación y cariño ha llevado a la creadora de estos muñecos a llenar la aldea de nuevos y singulares vecinos.

Ayano ha dado forma a los recuerdos que conserva. Ha fabricando no solo personajes inventados, también muñecos inspirados en antiguos vecinos. Un ejemplo de su empeño por conservar la identidad de su aldea es la escuela local, cerrada en año 2012. Ha llenado las aulas con alumnos y profesores de tela y lana. Dos de ellos llevan la ropa de antiguos alumnos.

En Nagoro podemos, además, encontrar muñecos sentados en la parada del autobús, pescando en el río, trabajando e incluso tomando té. Todos realizan tareas cotidianas para evocar el recuerdo de una aldea habitada y llena de vida.

Aunque Nagoro no es el único municipio que ha sido catalogado como pueblo fantasma, sí ha conseguido que sus habitantes dejen de ver calles vacías gracias al trabajo de esta mujer de 65 años.

La soledad, un problema demográfico

Muñeco en Nagoro
Robert Maxwell / Flickr.com

Factores como la baja natalidad o el aumento del nivel de vida son causantes de la despoblación de las zonas rurales. Solo en Japón más de 1700 municipios sufren este problema demográfico. El envejecimiento de la población es otro de los factores más acuciantes en el país. Se estima que más del 40% de su población superará los 65 años de edad en 2050.

Además, la población ha optado por otro tipo de trabajos, abandonado el sector primario. Ciudades como Tokio son un claro ejemplo de esa búsqueda de riqueza y calidad de vida de los habitantes de pueblos y aldeas. La vida en el campo no es atractiva para la sociedad actual, sobre todo para los jóvenes, que buscan una vida más urbanita.

Ideas como la de Tsukimi Ayano no son más que el reflejo de un país que trata de luchar contra la pérdida de identidad de las zonas rurales, como tantos otros. Son muchos los turistas que comentan que en los pueblos de Japón se respira un aire mucho más acogedor que en las zonas urbanas.

Fotografía principal: Roberto Maxwell / Flickr.com