Museo del Oro de Bogotá: una gran riqueza cultural

La visita al Museo de Oro de Bogotá es una actividad imprescindible en el recorrido por la capital colombiana. En él es posible descubrir la historia más lejana y también más brillante de este país sudamericano.
Museo del Oro de Bogotá: una gran riqueza cultural
Armando Cerra

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 22 agosto, 2019

El Museo del Oro de Bogotá es una de las visitas más increíbles que se pueden hacer en la capital de Colombia. No hay visitante que no entre a este museo y no se quede boquiabierto por las joyas, en el sentido más literal del término, que guarda.

Sus fondos se componen de miles de piezas labradas en oro por diversas culturas prehispánicas. Son tesoros en los que lo de menos es su valor económico, lo que las hace únicas es su valor simbólico y religioso.

El Museo del Oro de Bogotá, imprescindible

Expositor en el Museo del Oro de Bogotá

Hasta 60 000 valiosos objetos de tiempos prehispánicos se conservan aquí, y más de la mitad son piezas de orfebrería hechas de oro. Se trata de una colección única y rica como pocas en el mundo.

El montaje museográfico que se ha creado está a la altura del valor y la atractiva estética de esas piezas. Todo unido, lo expuesto y cómo se expone, hace que el Museo del Oro de Bogotá esté considerado uno de los mejores museos de toda Sudamérica.

Para conocer el gran legado cultural de los incas hay que visitar la ciudad sagrada de Machu Picchu. O para descubrir todo el encanto de la civilización maya hay que recorrer las ruinas de Tikal. Pues bien, para maravillarse con el esplendor prehispánico de las culturas de Colombia, hay que recorrer las salas del Museo del Oro de Bogotá.

La leyenda de El Dorado

Pieza expuesta en el museo

Cuando los españoles emprendieron la colonización de Sudamérica, hubo lugares que les deslumbraron por su extraordinaria riqueza. Uno de ellos fue Colombia. Allí vivían etnias como la tairona, los quimbaya o los grupos de Muisca, San Agustín, Nariño, Zenú, Tierradentro o Tolima.

Todas ellas lucían abundantemente y de forma muy natural objetos de oro. Por eso, muchos pensaron que El Dorado se encontraba en tierras de Colombia. La riqueza en metales preciosos en el país era incomparable a lo que los europeos jamás habían visto. Así que se dedicaron a explotar aquella riqueza minera con un único afán económico.

Sin embargo, las poblaciones prehispánicas no le daban ese valor al material. Consideraban al oro como lágrimas del sol y tenía un significado mucho más sagrado que monetario. Los orfebres los labraban con un sentimiento más religioso que económico. Y eso es algo que queda muy claro en el montaje expositivo del Museo del Oro de Bogotá.

Un museo propiedad de un banco

Piezas del museo

Seguramente no podía ser de otra manera, el Museo del Oro de Bogotá es propiedad de un banco. Concretamente del Banco de la República. Esta entidad lo comenzó a crear hacia el año 1939 con la adquisición de las primeras piezas.

Paulatinamente, la colección fue creciendo con nuevas compras y recuperaciones de piezas que habían salido de Colombia a veces de forma fraudulenta. El caso es que en 20 años la colección había crecido muchísimo y se abrió al público para dejarle maravillado.

Y siguió creciendo, tanto, que se decidió construir un edificio para el Museo del Oro de Bogotá. Es un edificio de mármol sobre una planta baja transparente de vidrio, que simula que estar flotando sobre el espacio del Parque Santander donde se ubica, muy cerca de la zona histórica de La Candelaria.

No obstante, hay que decir que la colección es tan amplia que se han creado otros museos del oro repartidos por el país. Así que, si se hace un viaje por Colombia, se pueden visitar otros en Cartagena de Indias, en Santa Marta o en Cali.

El Museo del Oro de Bogotá: un tesoro nacional

Vitrinas del museo

El caso es que el Banco de la República dispone aquí de una colección de piezas de oro increíble, por lo que el Museo del Oro de Bogotá se ha convertido en uno de los sitios de visita obligada en la capital colombiana. Tanto como, por ejemplo, puede ser seguir los rastros de la obra de Fernando Botero en el país.

El hecho es que las piezas de orfebrería de este museo lo convierten en único. Además, aquí han recuperado de alguna forma el tono sacro que tuvieron en origen. Se les ha despojado de su incalculable valor material y las podemos contemplar como objetos artísticos y, sobre todo, como manifestación de las formas de vida y creencias de los pueblos prehispánicos que son el origen de la actual Colombia.



  • Field, L. (2012). El sistema del oro: exploraciones sobre el destino (emergente) de los objetos de oro precolombinos en Colombia. Antipoda. https://doi.org/10.7440/antipoda14.2012.04
  • Londoño, E. (2001). La divulgación de la arqueología en el Museo del Oro : promover la convivencia en Colombia. Boletín Museo Del Oro.