6 magníficos monumentos que hay que ver en Segovia
Segovia es una ciudad que alberga decenas de encantos, por lo que no es de extrañar que esté declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Queremos mostrarte sus joyas más valiosas, esos lugares que hay que ver en Segovia sin excusa, esos que le confieren esa belleza sin igual que la representa. ¿Nos acompañas?
1. El acueducto, un imprescindible que ver en Segovia
Sin duda, es el monumento más representativo de la ciudad, y una de las muestras más significativas del paso de los romanos por la península ibérica. Sin duda, el primero de los rincones que hay que ver en Segovia.
Y es que fue una herramienta imprescindible para transportar el agua a lo largo de miles de metros y así abastecer a los habitantes de la entonces conocida Segouia.
El Acueducto, cuya construcción data del siglo II d.C., consta de ciento veinte pilares que sostienen ciento sesenta y siete arcos, constituidos por piedras labradas en forma de rectángulo que no están asentadas con ningún tipo de argamasa. En lo alto de cada uno de sus extremos pueden verse dos nichos que albergan la imagen de la Virgen del Carmen y la de San Sebastián, colocadas en el siglo XVI.
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2. El Alcázar de Segovia
Alzado sobre un cerro, cualquiera que lo contemple pensará que está ante un palacio sacado de un auténtico cuento de hadas. No es para menos, pues posee una belleza única. Además, es uno de los castillos más distintivos de España y de toda Europa debido a su forma de proa de barco.
Por otro lado, el Alcázar de Segovia aglutina gustos arquitectónicos de distintos monarcas y ha tenido diversas funciones a lo largo de los siglos: de palacio real a prisión estatal, hasta lo que es hoy en día, un museo que exhibe, entre otras cosas, archivos militares.
“La arquitectura es un arte visual y los edificios hablan por sí mismos.”
-Julia Morgan-
3. Catedral de Santa María
También conocida como la Dama de las Catedrales por sus dimensiones y su elegancia, es de estilo gótico con algunos rasgos renacentistas y fue construida entre los siglos XVI y XVIII. Está coronada por una torre desde la cual se puede disfrutar de una gran panorámica de Segovia.
Respecto al interior de la edificación religiosa, sobresalen sus capillas (Capilla Mayor, de la Concepción, de la Piedad…); el coro; el claustro, trasladado piedra a piedra desde la antigua catedral, destruida en 1521; y los vitrales, un conjunto de sesenta y cinco piezas que constituye uno de los más importantes del patrimonio vidriero español.
4. El monasterio de San Antonio el Real
Es uno de los edificios religiosos más relevantes de Segovia, aunque al principio sirvió de pabellón de caza de Enrique IV. De estilo gótico, de él destacan sus techos artesonados mudéjares que datan de 1455. El claustro también presenta ejemplos de techos de técnica nazarí.
Dicha capilla, de ladrillo blanco y rojo, ha sido convertida en un museo. Y es que el monasterio alberga numerosas obras de arte, tanto escultóricas como pictóricas. Todas ella de una gran valía,por eso este es uno de los lugares que hay que ver en Segovia.
5. La muralla de Segovia
Recorre el caso antiguo y tiene una longitud de más de tres kilómetros. Aún conserva tres de las cinco puertas que tenía en su origen: la puerta de San Andrés, que da acceso a la judería, la de Santiago y la de San Cebrián. También se mantienen cuatro de los ocho postigos iniciales: el de San Juan de los Caballeros, el de Santa Columba, el de La Luna o el del Sol.
Parece ser que la construcción del primer trazado se inició en la época romana. Posteriormente, cuando Alfonso VI de León arrebató la ciudad a los árabes, mandó ampliarla. Su edificación se realizó con sillares de granito, aunque también se reutilizaron lápidas de la necrópolis romana.
6. Palacio Real de La Granja de San Ildefonso
Está a unos kilómetros de Segovia. El complejo está formado por el propio palacio y otras dependencias, como la antigua capilla o el Museo de los Tapices, donde se exhibe una colección de tapices flamencos confeccionados en honor de Carlos I de España.
También habría que destacar los reales jardines, una extensión de ciento cuarenta y seis hectáreas que alberga un fabuloso conjunto de fuentes monumentales, uno de los mayores atractivos del palacio. Dichas fuentes están inspiradas en la mitología clásica y están construidas en plomo, pero pintadas en imitación de bronce. Entre las más famosas está la de Neptuno.
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