7 monumentos de Zaragoza que no te puedes perder
La capital aragonesa esconde infinidad de edificios y construcciones de gran valor arquitectónico e histórico que merecen ser tenidos en cuenta. Muchos de ellos, además, están declarados Bien de Interés Cultural. Por ello, a continuación te proponemos siete monumentos de Zaragoza que no te puedes perder si visitas la ciudad. ¿Nos acompañas?
1. Monumentos de Zaragoza: Basílica del Pilar
Es la construcción más conocida de Zaragoza, por lo que su visita es prácticamente obligatoria. También se constituye como uno de los santuarios marianos más importantes del catolicismo y como un centro artístico, dadas las obras de gran valor que alberga, como frescos pintados por Francisco de Goya.
Por otro lado, dentro de la Basílica del Pilar, de estilo barroco, destaca el retablo mayor, realizado por Damián Forment en el siglo XVI. Pero también hay que fijarse en el coro mayor, tallado en madera de roble de Flandes. Y, por supuesto, hay que detenerse ante la Santa Capilla, donde se encuentra la imagen de la Virgen del Pilar.
2. Catedral del Salvador de Zaragoza
Es el segundo templo de Zaragoza de visita indispensable. Además, se encuentra a solo unos metros de la Basílica del Pilar. Su construcción se inició en el siglo XII en el solar sobre el que se asentaron el antiguo foro romano y la mezquita mayor. Originariamente de estilo románico, sufrió numerosas reformas y ampliaciones hasta 1704.
En el exterior de la Catedral del Salvador de Zaragoza o “la Seo” sobresale el muro de la capilla parroquial de San Miguel Arcángel. De su interior destaca el retablo mayor gótico, tallado en alabastro y policromado por diversos artistas de renombre como Pere Joan o Hans de Suabia.
3. Palacio de la Aljafería
La sede actual de las Cortes de Aragón es uno de los monumentos más significativos de la arquitectura hispano-musulmana del siglo XI, siendo el único que se conserva de la época de los taifas. Se construyó por orden del monarca árabe Al-Muqtadir.
La parte más antigua del Palacio de la Aljafería es la torre del Trovador, pues data del siglo IX, época en la que fue edificada para servir de torre vigía y bastión defensivo. Posteriormente ha tenido diversos usos, como prisión de la Inquisición. Un edificio de planta cuadrangular y de cinco pisos.
4. Puente de Piedra
Se trata del puente más antiguo que se conserva sobre el río Ebro, ya que sus orígenes se remontan a la fundación de la propia ciudad, es decir, hace unos dos mil años. Sustituye a otro de madera que servía al mismo tiempo de puente y de acueducto, pero su estructura actual data del siglo XV.
No obstante, el puente ha sido reconstruido varias veces como consecuencia de las crecidas del río Ebro. La última remodelación se realizó en el siglo XX, momento en el que el escultor Francisco Rallo dispuso los cuatro leones de bronce en los extremos de la construcción.
5. Palacio de Sástago
Otro de los monumentos de Zaragoza que no te puedes perder es este palacio de estilo renacentista, antigua residencia de don Artal de Alagón, tercer conde de Sástago y virrey de Aragón. Se construyó en el siglo XVI y de él destaca su portada barroca. Actualmente sirve de sala de exposiciones.
“Cuando el cierzo desciende y se alza la niebla, toda la ciudad -mi Zaragoza amada- se cubre de palabras que surgen del silencio hacia la nada”
-José Antonio Labordeta-
6. Palacio de Larrinaga
Seguimos con otro de los palacios emblemáticos de Zaragoza: el palacio de Larrinaga. Se construyó entre 1900 y 1908 por iniciativa de Manuel Larrinaga, aunque nunca llegó a habitarlo. Debido a la profesión de éste, el edificio está decorado con motivos navieros y marítimos.
A día de hoy, se pueden descubrir en él simbolismos y anécdotas del pasado romántico de la ciudad aragonesa, empezando por la de su primer dueño y su esposa, Asunción Clavero. Ambos tenían pensado trasladarse al palacio cuando se jubilaran. Sin embargo, la mujer murió antes de que pudieran llevar a cabo dicho plan.
7. Muralla romana
Durante el Imperio romano, Caesaraugusta (hoy Zaragoza) estaba rodeada de una muralla. Se construyó entre el siglo I y III d.C. y se dice que llegó a tener hasta 120 torres.
De ella se conservan dos tramos: uno de ochenta metros junto al torreón de la Zuda, mientras que el otro forma parte del convento del Santo Sepulcro. Uno de esos monumentos de Zaragoza que a veces pasa desapercibido, pero que merece la pena contemplar.