Monumento Nacional de la Torre del Diablo: ¿cuál es su historia?
Norteamérica es conocida por sus exuberantes parques naturales, como Yellowstone o Yosemite. En esa extensa y maravillosa región, en un lugar llamado Colinas Negras o Black Hills, nos encontramos con el Monumento Nacional de la Torre del Diablo, una espectacular torre de roca que se eleva a más de 1500 metros por encima del nivel del mar.
El monumento es una intrusión ígnea monolítica formada por columnas fonolitas porfíricas o rocas volcánicas. Su estructura la hace perfecta para la escalada y por ello este deporte es su principal atractivo turístico. Además, los más cinéfilos tampoco pierden la oportunidad de visitar la Torre del Diablo, pues fue el principal escenario de una famosa película de Steven Spielberg, Encuentros en la tercera fase.
Acerca del Monumento y de las Black Hills
El paisaje circundante está conformado por roca sedimentaria. En la época triásica, hace aproximadamente 225 millones de años, las rocas de mayor antigüedad visibles en la torre se encontraban en un mar poco profundo.
Para la época del Paleoceno, las montañas rocosas y las colinas negras se elevaron y el magma ascendió a través de la corteza, cristalizando las capas de las rocas sedimentarias existentes. Las grietas que caracterizan la torre son el resultado del enfriamiento del magma.
Colinas Negras o Black Hills es una cadena montañosa que cuenta con una extensión de más de 15 000 kilómetros cuadrados. S e encuentra ubicada entre los ríos Cheyenne y Belle Fourche, al oeste de Dakota del Sur y noreste de Wyoming, donde está ubicada la Torre del Diablo. La montaña más alta de la cadena es el Pico Harney, con 2207 metros de altura.
Se trata de una región con un paisaje salvaje, tierra de búfalos y considerada sagrada por los nativos. Es el territorio del legendario Toro Sentado, un líder espiritual de los lakota, que fue asesinado por la policía acusado de iniciar nuevas rebeliones entre los indígenas para defender su territorio ancestral.
En 1868, a los lakota, pertenecientes a la tribu Sioux, se les garantizó un acuerdo de pertenencia sobre este territorio. Sin embargo, la dicha duró muy poco, pues en 1874, con la fiebre del oro en la zona y teniendo en cuenta que Estados Unidos había ingresado en una crisis económica, se les arrebató el territorio, lo que desencadenó la Guerra de Black Hills.
Posteriormente, en 1980, la Corte Suprema de los Estados Unidos declaró que las colinas fueron usurpadas ilegalmente y que debían ser devueltas.
Curiosidades del Monumento Nacional de Torre del Diablo
La Torre del Diablo fue el primer monumento nacional declarado en los Estados Unidos, en el año 1906 por el presidente Theodore Roosevelt. Se presume que los primeros en ascender la roca fueron dos habitantes de la ciudad vecina, William Rogers y Willard Ripley, el 4 de julio de 1893.
Para hacerlo, utilizaron un método muy creativo: construyeron una escalera. ¿Cómo? Gracias a que una de las grietas se extendía desde la base hasta la cumbre de la torre, lograron colocar tacos de madera a cada lado, uniéndolos horizontalmente con bloques de madera.
Sin embargo, esta únicamente pudo ser utilizada hasta 1927. Actualmente, si vas caminando por los senderos de la torre, puedes ver sus restos.
Otra curiosidad del monumento lo encontramos en el nombre. El que tiene actualmente, Torre del Diablo, no es el utilizado por los pueblos originarios del territorios, quienes lo llaman Mato Tipila, que significa ‘aposento del oso’.
Es más, Torre del Diablo es una denominación ofensiva para estos pueblos. Entonces, ¿a qué se debe este nombre? Pues, como sucedía habitualmente en el pasado, simplemente fue una traducción errónea realizada en el año 1870.
El Monumento en la mitología de los pueblos lakota
De acuerdo con la antigua leyenda de los lakota, siete hermanas pertenecientes a la tribu salieron a jugar al bosque. Repentinamente, unos osos gigantes y voraces empezaron a perseguirlas. Para protegerse de los temibles animales, las hermanas se encaramaron en una roca e imploraron al Gran Espíritu que las salvara.
Ante estas plegarias, el Gran Espíritu hizo crecer la roca hasta el cielo para que las terribles fieras no las alcanzaran. L os osos, en su intento por alcanzar a las hermanas, empezaron a rasguñar la montaña para poder trepar, sin éxito por supuesto, pues la piedra era muy empinada.
Sin embargo, dejaron las marcas de sus enormes garras alrededor del monolito. Estas marcas son la mítica explicación de las grietas que hoy podemos ver alrededor de la estructura. Finalmente, las chicas tuvieron suerte, pues al llegar al cielo se convirtieron en la constelación de las Pléyades.
Turismo extremo
La Torre del Diablo atrae a 400 000 visitantes por año y es uno de los destinos predilectos de los escaladores. Estos intrépidos deportistas ascienden cada verano por el monolito con el fin de llegar a la cima, que por cierto es completamente plana.
Desde luego, ascendiendo a la Torre del Diablo, los amantes del turismo extremo podrán sentir un poco de adrenalina y además tendrán el privilegio de disfrutar de unas espectaculares vistas del paisaje circundante.
La Torre del Diablo, un camino hacia las estrellas
Sin dudas, tal como apunta la mitología de los pueblos originarios, esta maravillosa obra de la naturaleza es una conexión con el universo.
Por ello, no es extraño que Spielberg lo eligiera como el escenario de su película, en la que narra el encuentro con seres venidos de las estrellas. Si deseas estar un poco más cerca de las estrellas, en La Torre del Diablo lo lograrás.