El mausoleo de Njegos en Lovcen, Montenegro
Visitamos el mausoleo de Njegos, el más alto del mundo. Está en la montaña de Lovcen, en Montenegro. Esta es la tumba de todo un icono montenegrino: Petar Petrovic II Njegos. ¿Quieres saber más? ¡Pues vamos!
Dónde está el mausoleo de Njegos
La tumba se construyó en 1971 siguiendo el último deseo de Njegos. En el interior del mausoleo, bajo un mosaico dorado, encontramos una grandiosa escultura que le representa. Esta estatua es obra del famoso escultor Ivan Mestrovic. Es uno de los artistas contemporáneos más importantes en materia de arte religioso
Este mausoleo está situado en el segundo pico más alto de la montaña de Lovcen. Y es todo un símbolo para los habitantes del país. Posee una espectacular vista circular que ofrece una experiencia única.
Cuando el día es claro, desde allí puede incluso divisarse la costa italiana. Pero además, el Monte Lovcen ha sido proclamado parque nacional en 1952 y posee un importante patrimonio histórico, cultural y arquitectónico.
Petar Petrovic II Njegos: un poco de historia
Antes del siglo XIX, el oeste de Montenegro no era más que un territorio medio independiente habitado por un grupo de tribus enfrentadas entre sí. El territorio montenegrino lo componían cuatro pequeños distritos independientes del Imperio otomano y con diferentes credos.
Los asesinatos religiosos eran comunes en tiempos de guerra. Tanto los cristianos como los musulmanes consideraban a los miembros de la fe opuesta como apóstatas dignos de la muerte.
Petar Petrovic II Njegos nació el 13 de noviembre de 1813 en el pueblo de Njegusi. Su familia pertenecía a la Casa de Petrović-Njegos. Una dinastía que proporcionaría los príncipes de Montenegro durante más de un siglo.
Este poeta, filósofo, obispo y monarca fue un líder que defendió la identidad montenegrina durante toda su vida.
En el momento de su nacimiento, Montenegro no existía como estado moderno, no tenía fronteras definidas. Solo estaba reconocido como parte del Imperio otomano, y se encontraba a cargo de un gobernador impuesto por la República de Venecia.
El 20 de enero de 1827, el príncipe Pedro I le propone como su sucesor y le educa en literatura antigua, arte, historia, filosofía y varios idiomas. El muchacho terminaría convirtiéndose en el jefe supremo de todos los eclesiásticos de Montenegro, estado que se constituiría como una teocracia.
Durante su mandato, entre 1830 y 1851, jugó un papel esencial en el delicado equilibrio de los Balcanes. Fue un periodo en el que el Imperio otomano y el Imperio austrohúngaro encajonaban a Montenegro.
Las diferentes tumbas de Petar Petrovic Njegos
Pedro II murió de tuberculosis veintiún años después de haber accedido al trono, el 31 de octubre de 1851. Sus restos fueron enterrados en el monasterio de Cetinje.
Poco después, y por expreso deseo de Petar Petrovic II Njegos antes de morir, sus restos fueron transferidos a una pequeña capilla en el monte Lovćen. Allí se construyó su mausoleo en 1855, y permanecieron en él hasta 1916.
Los restos del líder montenegrino tuvieron que ser trasladados nuevamente cuando Montenegro fue ocupado por el Imperio austrohúngaro. Los Habsburgo decidieron erigir allí un monumento al emperador austriaco Francisco José I. Pero aquél constituyó un proyecto que nunca se llegó a realizar.
Al final de la Primera Guerra Mundial, la capilla se encontraba seriamente dañada, y los planes de su restauración se alargaron. Fueron las autoridades comunistas decidieron construir el mausoleo de Njegos, diseñado por Ivan Mestrovic.
La vieja capilla se demolió por completo en 1961 y el mausoleo se construyó diez años después. Los restos de Pedro II, que habían sido protegidos por la iglesia serbia ortodoxa, volvieron a la montaña Lovcen de Montenegro en 1974.
El mausoleo de Njegos en Lovcen
El mausoleo de Njegos está situado a 1700 metros sobre el nivel del mar. Se accede a él a través de estrecho túnel con casi 500 escalones. La parte central de la construcción representa una capilla destruida en una de las numerosas guerras que tuvieron lugar en estas tierras.
En esta zona de la antigua capilla encontramos una estatua de cuatro metros de altura realizada en granito verde y que representa a Njegos. Otras dos estatuas de mujeres montenegrinas custodian sus restos, que están sepultados en una cripta en un ataúd de mármol.
Para su construcción se confió en el escultor estadounidense Ivan Mestrobic, de origen croata y yugoslavo. Artista que ha realizado numerosas obras de arte en bronce, piedra y madera por todo el país. Su obra está presente en varios museos en América y en Croacia.
Este gran artista fue el elegido para realizar la última reconstrucción de la tumba de un gran hombre, ya que el príncipe Petar II Petrovic Njegos es, para muchos, uno de los grandes líderes de todos los tiempos.