Martinica, el Caribe francés
Cuando Colón descubrió Martinica, allá por 1493, se quedó pasmado con su belleza y afirmó que era “el país más hermoso del mundo”. Sí, Martinica es un tesoro único, ubicado en medio de un marco natural excepcional que nos presenta montañas, jardines, bosques y playas. Sin duda, un destino idílico. Conozcamos un poco más esta maravillosa isla, el Caribe francés.
Después de que Colón se recuperase de la maravilla de paisajes que encontró en esta isla perdida, decidió nombrarla en honor a San Martín, Martinica. Él la encontró habitada por indígenas arawak y caribe, quienes la llamaban Madinina, que en su lengua significa “isla de las flores”, nombre por el que también se la conoce hoy en día.
Esta isla tiene solo 425 kilómetros cuadrados y pertenece legítimamente al gobierno francés. Es una de las islas más exóticas del Caribe gracias a su diversidad de paisajes y patrimonio cultural. Martinica tiene una personalidad marcada por una mezcla entre lo caribeño y pinceladas francesas. Además, tiene una moderna infraestructura para ofrecer a sus visitantes.
Por qué visitar Martinica
Hay muchas razones para visitar Martinica. Tiene un clima tropical muy agradable, patrimonio histórico y grandes riquezas naturales. Asimismo, la isla es muy segura, tiene una fantástica infraestructura turística, un muy buen acceso aeroportuario y se funciona con una moneda única, el euro.
Las condiciones que ofrece Martinica la hacen ideal para la práctica de vela, windsurf, esquí náutico, kayak de mar, submarinismo, pesca de grandes especies o motos acuáticas.
También en el entorno natural de la isla hay senderos que permiten hacer rutas en bicicleta de montaña o a caballo, e incluso es posible hacer algo de descenso de barrancos.
Qué no debes perderte en Martinica
Saint-Pierre
Este pueblo es conocido como “el París de las Antillas”. Era la antigua capital y fue destruida por la erupción del volcán Montagne Pelée en 1902. Fue declarada “Ciudad de Arte y de Historia” y hoy es considerada como la “pequeña Pompeya del Caribe”.
Es ideal para dedicar una tarde visitando el museo de los volcanes Franck Perret, las ruinas de los edificios más representativos antes del cataclismo, la Habitation Depaz y el Centro de Descubrimiento de las Ciencias de la Tierra.
Fort-de-France
Es la capital administrativa de Martinica y tiene varios atractivos turísticos y culturales. Además, su bahía es una de las más hermosas del mundo. No dejes de visitar sus mercados de frutas, verduras y especias y el de pescados.
Otra de sus visitas imprescindibles es el jardín público “La Savane”, que cuenta con agradables esencias tropicales. También imperdibles son la fortaleza Saint-Louis y la catedral del mismo nombre, la biblioteca Schoelcher y los museos de Arqueología Precolombina y el Regional de Historia y Etnografía.
Le Marin
Oculto en una bahía cerrada, en el sur de Martinica, nos encontramos con uno de los puertos más bellos de las Antillas, Le Marin. Aquí se llevan a cabo variadas actividades culturales y náuticas que atraen a miles de visitantes y que le dan a este lugar un fuerte carácter tradicional. No te pierdas la iglesia de Le Marin, uno de los monumentos históricos más bonitos de Martinica.
“En el mar, como en el amor, suele ser mejor seguir una corazonada que obedecer a una biblioteca.”
-John R. Hale-
Playa les Salines
De postal, así puede describirse este paraíso playero. Tienes arenas blancas y finas bañadas por aguas turquesas y está adornado por una alameda de palmeras. Desde la playa se tienen vistas de le Rocher du Diamant (Roca del Diamante) y de la isla de Sainte-Lucie.
Fondos blancos
En Martinica se pueden encontrar los “fondos blancos”, son superficies de arena que afloran a la superficie debido a la poca profundidad. Esto brinda cientos de metros de orilla con agua cristalina solo hasta la cintura.
Estos fondos se encuentran a lo largo de la costa sur atlántica, entre la península de Sainte-Anne y Le Robert. Maravíllate visitando los fondos blancos de la Baignoire de Joséphine, te encantarán.
La “Route de la Trace”
Esta es una de las rutas más hermosas de Martinica. Es muy antigua, del siglo XVIII, y fue creada para rodear los Pitones del Carbet. Esta ruta recorre el Parque Natural Regional, desde las laderas de los Pitones del Carbet hasta los contrafuertes de la Montagne Pelée.
En esta ruta encontramos una impresionante bóveda vegetal de bosque tropical húmedo con helechos arborescentes y árboles gigantescos. Además, se obtienen unas vistas preciosas de los picos de Carbet y de la Montagne Pelée.
Martinica es un destino idílico del Caribe francés. Sus múltiples opciones de disfrute garantizan unas vacaciones increíbles, que no olvidarás fácilmente.