El magnífico palacio Belvedere en Viena

El magnífico palacio Belvedere en Viena

Escrito por Adrián Pérez

Última actualización: 14 abril, 2016

El palacio Belvedere es un maravilloso palacio de estilo barroco, construido como residencia de verano del príncipe Eugenio de Saboya en lo que entonces eran las afueras de la ciudad de Viena. Se trata, en realidad, de dos edificios unidos por unos bellos jardines escalonados que hoy albergan interesantes colecciones de arte.

Los edificios del palacio Belvedere

El Belvedere Inferior

El Belvedere Inferior es el edificio ideado para servir realmente de residencia veraniega del príncipe Eugenio, que fue uno de los más destacados generales austriacos.

Belvedere Inferior
Palacio de Belvedere – Brian Kinney

Este edificio se construyó entre 1712 y 1716 y destaca por el lujo y la belleza de lo que fueron las estancias privadas del príncipe y de los salones en los que se celebraban las recepciones.

Entre sus rincones más importantes se pueden señalar la Sala de los Grotescos, la Galería de Mármol y el Salón de los Espejos, todos de estilo barroco. También hay que fijarse en la Habitación Dorada o un fresco en perspectiva que decora la sala central, una hermosa obra de Marcantonio Chiarini.

Hoy en día el edificio está destinado a albergar exposiciones temporales que hacen las delicias de los amantes del arte.

El Belvedere Alto

El Belvedere Superior se construyó unos años más tarde que su “hermano”, concretamente entre 1717 y 1723. En este caso, se trata de un edificio ideado como pabellón de fiestas del príncipe Eugenio y bastante mayor en dimensiones que el anterior.

Belvedere Alto
Palacio de Belvedere – Bildagentur Zoonar GmbH

De él, además de su fachada decorada con esculturas, se pueden destacar la Sala de Mármol, la hermosa Sala Terrena y algunas otras estancias ricamente decoradas con frescos. Fue en este edificio en el que el príncipe guardaba sus colecciones de arte.

Hoy el palacio sigue siendo un interesante museo. Aquí se pueden contemplar colecciones de arte medieval y barroco. Pero lo más destacado son las obras modernistas y de finales del XIX y principios del XX.

Los amantes de la pintura encontrarán en este palacio la mayor colección de obras de Gustav Klimt, entre ellas algunas tan famosas como El beso y Judit. También se pueden admirar las mejores obras de Schiele y Kokoscha y cuadros de pintores impresionistas franceses de la talla de Monet o Renoir, entre otras muchas joyas de la pintura de casi todas las épocas.

“Soy un pintor que pinta día tras día de la mañana a la noche. Quien quiera saber algo de mí, debería mirar cuidadosamente mis cuadros.”

Gustav Klimt

La Orangerie

Es un pequeño edificio situado junto al Belvedere Inferior. Se trata del antiguo invernadero, un recinto que, como los anteriores, acoge exposiciones artísticas, en este caso, temporales.

Los Prunskstall

En tiempos del príncipe Eugenio de Saboya eran las caballerizas en las que exponía sus mejores corceles. Aunque es lugar también para mostrar exposiciones puntuales, lo más relevante es la “Camara del Tesoro Medieval”, donde se exhiben obras de aquella época.

Los jardines del Palacio Belvedere

Si no tienes mucho tiempo o no eres un apasionado del arte, no debes dejar de visitar el palacio Belvedere, aunque solo sea para maravillarte con sus bellos jardines.

Jardines de Belvedere
Jardines de Belvedere – vvoe

Estos jardines unen el Belvedere Alto y el Belvedere Inferior y ofrecen unas vistas magníficas. Un parque en cuyo diseño se siguieron las modas francesa e italiana, que dieron forma a unos jardines simétricos bellamente decorados con esculturas y fuentes. Es en ellos en los que encontramos la Orangerie.

Este fue, en su momento, uno de los jardines más bellos y suntuosos no solo de Viena, sino de toda Europa. Merece la pena dedicarle un tiempo, si estás cansado de recorrer la ciudad es la excusa perfecta, aquí podrás relajarte.

Información de interés

Aunque cuando se construyó estaba a las afueras de Viena, hoy el palacio Belvedere ha quedado en el corazón mismo de la ciudad. Llegar a él no entraña ninguna dificultad, simplemente hay que tomar la línea D o la línea 71 del tranvía.

La entrada a los jardines es gratuita, no así a los palacios o las caballerizas. Si se quiere contemplar las exposiciones, hay que prestar atención, ya que los horarios varían. Los edificios principales abren de 10 a 18, pero las caballerizas solo lo hacen hasta las 12 del mediodía.