5 lugares para practicar barranquismo en España
España es un país rodeado de montañas y cordilleras prácticamente por todos sus costados. También se alza como el segundo país más elevado de Europa, solo superado por Suiza. Por eso, no es de extrañar que sea tan atractivo practicar barranquismo en España.
En estos territorios es posible hallar montañas de todas las dimensiones cortadas por salvajes corrientes de agua que han esculpido a lo largo de la historia auténticos barrancos en los que se puede practicar todo tipo de deportes. Hoy os acercamos a aquellos que guardan un especial encanto por ser los preferidos para la práctica del barranquismo.
Barranquismo en España, un territorio ideal
Con cada vez más seguimiento, este deporte de aventura tiene la gracia de su diversa geolocalización. A su vez, tal y como sucede con otros deportes, habrá que esperar a fechas apropiadas, pues la mejor opción para practicar barranquismo es hacerlo cuando las nieves de las cumbres se funden y dan vida a los abundantes barrancos de este país.
Los que enumeraremos a continuación son 5 lugares muy atractivos para hacer barranquismo en España. Los mejores, los más destacados, los más arriesgados y también los más asequibles.
1. Picos de Europa (Asturias y Cantabria)
Con Potes y Cangas de Onís como principales destinos para el barranquismo en España, esta zona situada al norte es propicia para la cata de cañones en todo tipo de modalidades. Eso sí, hay que tener cuidado con las crecidas repentinas. Vallegón y Carangas son algunos de los barrancos preferidos en la parte alta del Sella.
El barranco del río Rubó está emplazado en la cuenca del río Cares y a solo 10 kilómetros de Arenas de Cabrales; está repleto de pequeñas acumulaciones de agua transparente procedente de los Picos de Europa. Para realizar este descenso, es recomendable haber practicado barranquismo alguna vez y tener bastante resistencia física.
Durante el recorrido, encontrarás rápeles de hasta 12 metros de altura, zonas estrechas, pozas para refrescarte, toboganes y saltos. Sin duda, esta es una actividad ideal. Además, a modo de curiosidad: ¿sabías que parte de este recorrido se realiza por un bosque centenario de castaños? ¡De película!
2. Barranco de las Chorreras (Cuenca)
La serranía de Cuenca es otro de los entornos recomendables, dada la espectacularidad de sus barrancos. Sumido en terrenos kársticos, el barranco del Júcar; el barranco de Poyatos, con sus toboganes y rápidos; el impresionante cañón del Ventano del Diablo; el de la Hoz Somera o el barranco de Chorreras son perfectos para un relajante chapuzón.
En este caso, el cañón se ubica en la provincia de Cuenca, exactamente en el municipio de Enguídanos. Aquí el descenso se realiza por el curso del río Cabriel.
La duración del trayecto es de 2 a 3 horas y la excursión cuenta con multitud de zonas para saltar y tirarse por las rocas como si de toboganes se tratase. Si te gusta la adrenalina, estarás en el lugar adecuado.
3. Barranco de Formiga (Huesca)
En el Prepirineo oscense está la mayor concentración de barrancos practicables de España y de Europa, un festival de formaciones calizas y de conglomerado que lleva por nombre Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara. En este sitio, existen unos 200 barrancos en apenas 50 kilómetros cuadrados.
El Barranco de Formiga es uno de los barrancos más populares de la Sierra de Guara. Se trata de un barranco corto, fácil, divertido y acuático que congrega multitud de barranquistas durante la época estival.
Aquí, más allá de la actividad deportiva propiamente dicha, merece la pena disfrutar de los atractivos que ofrece el entorno por el que discurre, como la cueva de las polvorosas, los característicos conglomerados calizos modelados por la erosión kárstica, el avistamiento de aves carroñeras que los habitan como buitres, alimoches e incluso el quebrantahuesos, y algunas de las pozas accesibles a pie, fuera del itinerario barranquista.
4. Barranco de Papuos (Cáceres)
La joya del turismo de aventura en el Valle del Jerte, la Garganta de los Papuos, ofrece un completísimo recorrido entre toboganes, saltos, destrepes y rápeles, de los cuales el más espectacular es el Chorro de la Ventera —imagen de portada—, de 30 metros de altura, que llega a una inmensa poza excavada en el granito.
Salva un desnivel superior a los 200 metros desde los 1075 metros de altitud de su comienzo hasta los 845 metros del puente. No obstante, el tramo equipado termina más arriba, tras unos 600 metros y 150 metros de desnivel, desde donde queda la mitad del recorrido aproximadamente hasta el puente, ya más ágil, sin resaltes que requieran equipamiento.
5. Sierra Nevada (Granada)
A un lado, el río Genil, al otro, Sierra Nevada. Aquí se enmarcan Las Alpujarras, territorio de barrancos caudalosos y técnicos. Más allá, el barranco del Río Verde, toda una eminencia en Andalucía.
La ruta por el río Verde, ubicado en la provincia de Granada, supone uno de los recorridos más atractivos y demandados por los amantes de este deporte. Este precioso cañón está ubicado en la sierra de Almijara, cerca de la playa de Almuñécar.
El tramo de descenso suele durar unas 4 o 5 horas y la dificultad es media-baja. De aquí saldrás completamente hipnotizado por sus aguas cristalinas y su entorno.
Barranquismo, un deporte para valientes
El barranquismo o descenso de cañones es un deporte de aventura que consiste en descender el cauce de un barranco o cañón afrontando los obstáculos que se encuentran en el descenso tales como rápeles, toboganes, saltos o trepaderos.
Esta actividad se puede practicar sin experiencia previa, siempre y cuando se realice de la mano de un guía experimentado. El resto lo pone en bandeja el territorio, España, un país repleto de montañas y cordilleras ideal para soltar adrenalina por doquier.