Los arcos de triunfo más hermosos del mundo
El origen de los arcos de triunfo hay que buscarlo en la Roma Antigua, cuando se levantaban este tipo de construcciones para conmemorar una victoria militar y al general que dirigió a sus tropas en aquel triunfo. Es decir, en su denominación está implícita su descripción. Se trata de un arco, independiente de cualquier otro tipo de construcción, y evoca un triunfo. A partir de ahí, la idea se ha mantenido durante milenios y desde Roma se ha expandido por todo el planeta.
Arcos de triunfo de todas las épocas
1. Arco de Constantino en Roma
Este listado de arcos de triunfo del mundo tenía que estar encabezado por uno ubicado en Roma, si bien en la capital italiana se conservan más arcos del triunfo de los tiempos del imperio latino. Por ejemplo, también se pueden ver el Arco de Tito y el Arco de Septimio Severo.
No obstante, quizás el más hermoso sea este de Constantino, construido en el 315 para conmemorar la victoria de Constantino I el Grande en la batalla del Puente Milvio, acontecida tres años antes.
El Arco de Constantino se halla muy próximo a uno de los grandes monumentos que nos ha legado la civilización romana: el Coliseo. De hecho, la construcción se realizó en la Via Triumphalis de aquella época, por la que desfilaban los generales y emperadores victoriosos camino de la espectacular colina del Palatino.
2. Arco del Triunfo de París
Aunque sean los romanos los arcos de triunfo originales, seguramente el parisino sea el más famoso de todos ellos. De hecho es conocido simplemente como el Arco del Triunfo, aunque su nombre real sea Arco del Triunfo de la Estrella. Lo cierto es que no es el único en su género en la capital francesa, ya que frente al palacio del Louvre está el Arco del Carrusel.
“La actitud ociosa de un ejército es su más seguro camino hacia la derrota.”
-Napoleón Bonaparte-
Ambos están alineados y los mandó construir el mismo personaje: Napoleón Bonaparte. En concreto, el Arco del Triunfo se levantó entre 1806 y 1836 en conmemoración de su victoria en la batalla de Austerlitz. Por las fechas se puede ver que Napoleón no lo vio acabado, ya que murió mucho antes. Por eso, hoy en día este monumento recuerda muchas otras victorias del emperador francés.
Las dimensiones de esta construcción son bastante impresionantes, ya que alcanza una altura de 50 metros, y dada su ubicación en los Campos Elíseos, se ha convertido en un destacado mirador para los turistas que pueden acceder hasta su parte alta, para contemplar el corazón de esta elegante zona de París.
3. Arco del Triunfo de Pionyang
Si el arco de París es enorme, lo cierto es que el más grande del mundo es el Arco del Triunfo de Pionyang, en Corea del Norte. Esta obra alcanza una altura de 70 metros por 50 de ancho. Y en su interior se incluyen numerosas habitaciones, miradores y ascensores, siendo lógicamente una de las atracciones que visitan los pocos turistas que se acercan a la capital norcoreana.
El Arco del Triunfo de Pionyang no conmemora una victoria en concreto, sino la resistencia de los coreanos al imperio japonés entre 1925, hasta la independencia definitiva en 1945. No obstante, no fue hasta el año 1982 cuando se decidió construir el monumento, para honrar esa resistencia y sobre todo al primer presidente norcoreano Kim Il-Sung.
4. Arco de Carabobo en Venezuela
El Arco de Carabobo se encuentra en las cercanías de la ciudad venezolana de Tocuyito. Precisamente en este emplazamiento se libró la batalla de Carabobo, un episodio en 1821 que significó la independencia de Venezuela respecto a España. Y lógicamente ese es el hecho histórico que se conmemora con este arco del triunfo venezolano.
No obstante, su construcción no se llevó a cabo inmediatamente después de conseguir la independencia. De hecho, se levantó un siglo más tarde, en 1921.
Por ello, su apariencia es más contemporánea, y aunque tiene su carácter oficial, la verdad es que su estética es más moderna que otros arcos de triunfo similares repartidos por el mundo, e incluso en Venezuela, donde también se puede visitar el Arco de la Federación en un parque de Caracas, mucho más clásico y construido en 1895.
5. Arco del Triunfo de Barcelona
Vamos a acabar con un arco del triunfo español y de marcado carácter civil, y no militar: el Arc de Triomf de Barcelona. Esta obra se diseñó como entrada a la Exposición Universal que se celebró en la capital catalana en 1888. Es decir, es un arco del triunfo que no conmemora una victoria en el campo de batalla, sino que pretende ser una expresión del triunfo del arte, la ciencia y el progreso económico.
Tal vez por eso, es un monumento muy querido en Barcelona y que, además de ser un reclamo turístico por la hermosa decoración escultórica muy modernista e historicista de la obra, también es un enclave activo en la vida actual de la ciudad. De hecho, aquí se celebran destacados acontecimientos culturales o deportivos con bastante regularidad.
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