Lago Nyos, ¿el lugar más aterrador del planeta?
En agosto de 1986, el lago Nyos fue responsable por la muerte súbita de más de 1700 personas y cerca de 4000 cabezas de ganado. Para la comunidad científica, fue un hecho sin explicación razonable.
El lago Nyos es un cuerpo de agua de cráter volcánico que se originó hace 500 años como resultado de una erupción freática al noroccidente de Camerún. Tiene un diámetro aproximado de 1800 metros y una profundidad que supera los 200 metros.
También se lo conoce como lago Lwi entre sus pobladores. Está formado principalmente por materiales basálticos y bloques enormes de granito fracturado. Es común observar que durante la época de lluvias el lago se desborde, de modo que inunda parcialmente los valles de sus alrededores.
Si quieres saber qué fue lo que sucedió en 1986 y por qué el lago Nyos se considera el lugar más aterrador del planeta, no puedes perderte lo que sigue a continuación.
El panorama apocalíptico rodeaba al lago Nyos
Al amanecer del 22 de agosto de 1986, solo había silencio en las aldeas que rodean el lago Nyos. Únicamente estaba la compañía de un calor insoportable y de un viento calmo. No se escuchaba el canto de los pájaros: era como si el tiempo se hubiera detenido.
Desde la distancia, se observaban pequeños montículos que contrastaban con el color rojizo de las tierras ricas en hierro. A medida que se miraba más de cerca, se hacía evidente que dichos montículos eran cadáveres de seres humanos y de animales domésticos.
Como en el escenario apocalíptico de cualquier película de Hollywood, yacían los cuerpos sin vida esparcidos aquí y allá. Estaban tirados en las calles o cerca de las viviendas, todos con expresiones indescriptibles en sus rostros.
Una tragedia sin precedentes
La misma escena se repetía poblado tras poblado en todas las localidades que rodeaban al lago Nyos en Camerún, cerca de la frontera con Nigeria. Los primeros informes hablaron de una tragedia que había cobrado la vida de 75 personas.
A medida que el tiempo avanzaba, los informes se actualizaban y solo se detuvieron cuando alcanzaron las 1743 personas fallecidas. Hubo cuantiosas pérdidas económicas, comenzando por más de 3.950 vacunos, numerosas especies de animales domésticos y salvajes, cultivos y especies de flora típica de la región.
La magnitud de la tragedia fue tal que Camerún se vio en la necesidad de pedir ayuda internacional a través de su presidente, Paul Biya. Así, el mandatario acudió a la comunidad científica para esclarecer el motivo por el cual se había producido esta tragedia.
Las pesquisas preliminares
Aunque acceder a la zona del desastre no era fácil, en un esfuerzo mancomunado de diferentes sectores se llegó hasta allí para rescatar a los pocos sobrevivientes. Luego, se ordenó la evacuación de las poblaciones aledañas. Los damnificados de la tragedia superaban las 2500 personas.
En los alrededores del lago Nyos, todo era caos. Las primeras hipótesis de los pobladores hablaban de una conspiración militar urdida por Estados Unidos o Israel. Inicialmente, los investigadores tenían más preguntas que respuestas: había mucha confusión al respecto.
Los resultados de las pesquisas eran sorprendentes y aterradores. No se tenía registro de que hubiera sucedido algo similar y a esta escala en ninguna parte del mundo. Nadie se podía explicar cómo un lago tan bello y tranquilo se había convertido en el asesino de todas las formas de vida en la región.
Los resultados de las investigaciones
Luego de recopilar los testimonios de algunos sobrevivientes y cotejarlos con los resultados de análisis de muestras tomadas in situ, los interrogantes persistían. Solo experimentos posteriores empezaron a arrojar luz sobre lo que había sucedido.
Al parecer, el terreno geológicamente inestable, en parte como consecuencia de ser una zona volcánica, había producido un movimiento sísmico. Aunque su intensidad había sido baja, fue suficiente para producir un agrietamiento en la base del lago Nyos.
Dicha fisura liberó cientos de toneladas de gases que se encontraban atrapados en el subsuelo. Esto dio origen a una gigantesca burbuja que ascendió a la superficie del lago y estalló, produciendo un tsunami que debió tener unos 40 metros de altura.
Adicionalmente, se liberaron toneladas de gases tóxicos que terminaron extinguiendo todas las formas de vida presentes en los alrededores del lago Nyos. Lamentablemente, toda la tragedia tuvo lugar a altas horas de la noche, mientras las personas dormían.
Las conclusiones adicionales
Todo parece indicar que las concentraciones elevadas de monóxido y dióxido de carbono en forma gaseosa no pudieron escapar a la atmósfera, debido a las bajas temperaturas. Por eso, como una nube de muerte, permanecieron muy cerca del suelo.
Parte del problema radica en que este tipo de gases son inodoros e incoloros, lo que dificulta su detección. Además, su inhalación produce inconsciencia rápidamente, al igual que envenenamiento. Todo ello provoca la muerte en un tiempo muy corto, que no les da tiempo de reaccionar a las víctimas.
Los gases tóxicos se extendieron por el valle y ocuparon un área que superaba los 30 kilómetros. Asimismo, las aguas del lago Nyos se tornaron de color rojo, debido a la reacción química entre los gases y las concentraciones de hierro en el suelo. El fallecimiento de las víctimas se produjo en menos de cinco minutos por asfixia, en ausencia de oxígeno.
Solo al día siguiente de la tragedia, el calor permitió la disipación de la nube mortal. Esto confundió a los investigadores, ya que existía evidencia de las consecuencias, mas no de las causas.
Los primeros correctivos en el lago Nyos
Desde entonces, se lleva a cabo un monitoreo permanente para determinar los cambios en las concentraciones de gases tóxicos en el lago Nyos. De hecho, se adelanta una tarea de desgasificación por medio de un sistema de tuberías subterráneas.
El sistema tiene un doble propósito: disminuir la concentración de estos gases y aliviar en algo la presión que se produce en el subsuelo del fondo del lago. No pretende ser una solución definitiva, pero es un comienzo.
Así mismo, se descubrió que es precisamente en temporada de lluvias cuando más se incrementa el riesgo de que el fenómeno se repita. Esto se debe a un ciclo de convección de las aguas, que se produce como resultado de las variaciones de temperatura sobre la superficie del lago Nyos. El fenómeno es fascinante y aterrador a la vez.