Descubre la Torre de los Vientos de Atenas
Atenas es de las ciudades con mayor patrimonio histórico del mundo. Por eso, entre tantos monumentos, quizá no conozcas la Torre de los Vientos. Está situada en el Ágora romana y, de hecho, es de los pocos edificios que se mantienen en pie en esta zona. A primera vista, lo que más te sorprenderá serán los frisos en la parte alta de la torre.
Esta es una construcción de larga historia. Data del siglo I a. C. y ha tenido diversos usos. Hoy en día es un punto turístico más de Atenas. Lo es especialmente desde hace unos años, ya que tras una restauración es posible visitarla.
Queremos contarte las principales características de este antiguo edificio. También vamos a descubrir por qué la llaman la Torre de los Vientos. No te lo pierdas.
Cómo es la Torre de los Vientos
La Torre de los Vientos del Ágora romana de Atenas mide 12 metros de alto y tiene un diámetro de 8 metros. Cada una de sus ocho paredes supera los tres metros. La estructura está construida sobre una base que cuenta con tres peldaños.
La parte mas alta de cada uno de los lados tiene una figura representada en sus paredes de mármol. Cada una de ellas es uno de los ocho vientos que existen, dependiendo de la dirección que tengan: Bóreas, Kaikias, Euro, Apeliotas, Noto, Lips, Céfiro y Skiron. También tiene grabado el nombre de cada uno de ellos.
Las paredes contaban con varillas que gracias al sol facilitaban la hora. Estos elementos ya no están, pues se retiraron en la última gran restauración que se realizó de la torre.
El reloj de agua
El interior de la Torre de los Vientos contenía un reloj de agua, conocido como clepsidra. Esta herramienta mantiene un flujo regulado de agua que cae en otro recipiente y, de esta manera, mide el mismo tiempo cada vez que se utiliza.
Se trata de un mecanismo de origen egipcio que se creó para complementar los relojes de sol durante la noche. Más tarde lo utilizarían en Roma y Atenas, donde se usaban para medir los turnos de los oradores.
Historia de la Torre de los Vientos
La Torre de los Vientos tiene más de 21 siglos de antigüedad, pues como ya hemos dicho, se levantó en el I a. C. Fue el astrónomo Andrónico de Cirro quien la ideó, aunque no se conoce a ciencia cierta el principal objetivo de su construcción.
Con el comienzo del cristianismo, la torre pasó a ser una iglesia. De hecho, junto a esta estructura se creó un cementerio y los restos mortales que allí descansaban eran velados previamente en la torre.
Es en el siglo XV cuando empieza a recibir el nombre de Torre de los Vientos. Fue Ciríaco de Ancona, el famoso viajero, el que habló de ‘templo de Eolo’. Una torre que ha tenido usos muy diferentes. Por ejemplo, se utilizó como lugar de encuentro para hermandades sufís y musulmanas. En concreto, lo utilizaban los derviches.
Más tarde, en el siglo XIX, el abandono hizo que la Torre de los Vientos permaneciera en parte enterrada. A mediados de esta centuria fue excavada y más adelante se restauró totalmente. Gracias a ello, es posible visitar el interior desde hace unos años.
La otra Torre de los Vientos
Existe otro monumento llamado Torre de los Vientos. Así se conoce también a la Torre Gregoriana, que está en la Ciudad del Vaticano. En este caso, se acabó su construcción en el año 1580 y la forma de su base es redonda. Permanece sobre la galería de los Mapas que conecta Belvedere con el Palacio Apostólico.
El objetivo de su construcción fue el estudio astronómico. Por ello, hay algo más que el nombre que une a estas construcciones, ya que, como hemos dicho, la torre de Atenas fue construida gracias a un astrónomo.
Desde sus inicios se dedicó al estudio del calendario gregoriano, que se difundió dos años después de la inauguración de la torre. En la actualidad, este edificio continúa con la función de servir al Vaticano, pues es su observatorio.
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