La Liga Hanseática: pasea por las ciudades que la formaron
Uno de los sueños de muchos viajeros es visitar varios países en una sola ruta. Se puede diseñar una propia, seguir consejos de otros o adaptarse a alguna ya existente. Si te gusta la historia, la que te proponemos es perfecta. Vamos a visitar algunas de las ciudades que en su momento dieron forma a la Liga Hanseática, muchas a orillas del mar Báltico. ¿Quieres conocerlas?
¿Por qué surgió la Liga Hanseática?
La Liga Hanseática surgió a mediados del siglo XIV. Su objetivo de servir como unión comercial, aunque también supuso una unión defensiva. Formaron parte de ella un gran número de ciudades, sobre todo de Alemania. Pero también regiones y comunidades de Polonia, Suecia o Rusia.
Con la Liga Hanseática, cuyas ciudades poseían puerto en el Báltico y otras tantas salida a grandes ríos, el éxito fue enorme. El libre comercio, unido al auge burgués, generó el enriquecimiento de estas urbes.
La Liga perduró hasta el pasado siglo. Sin embargo, desde el XVII tan solo permanecían tres ciudades: Bremen, Hamburgo y Lübeck. Esta última fue su capital durante siglos.
En los últimos tiempos se ha intentado recuperar la federación. Existe, de nuevo en Lübeck, una Nueva Liga Hanseática, que se ha expandido por todo el continente con el objetivo de recuperar el espíritu de su antecesora.
Lübeck, la capital de la Liga Hanseática
Situada al norte de Alemania, la que fuera (y aún es) capital de la Liga es un destino perfecto para viajar. Prueba de ello es que su casco antiguo, de aires medievales, es Patrimonio de la Humanidad.
En nuestra visita a Lübeck no podemos perdernos su mayor monumento: la puerta de Holsten. Tiene más de cinco siglos de antigüedad y nos traslada directamente a la época de esplendor de la ciudad. Más que una puerta, es un enorme edificio de ladrillo rojo.
Una vez visitado el principal monumento, la mejor manera de apreciar Lübeck es pasear por sus calles. La estética de los edificios aún perdura y nos muestra la belleza de la arquitectura hanseática. Especialmente sus tejados puntiagudos, de estilo gótico.
En este aspecto destaca, sin duda, la iglesia de Santa María. Una inmensa edificación que impresiona nada más entrar en su interior. En ella encontraremos varias curiosidades como un ratón oculto o el diablo que se descubre en su exterior.
Otras ciudades alemanas de la Liga
A la Liga Hanseática pertenecieron decenas de ciudades, la mayoría alemanas. No vamos a mencionar todas, pero sí algunas que puedes incluir en tu ruta. Aun así, puedes consultar el resto de ciudades que formaron parte de ella y configurar el trayecto que más te guste.
Hamburgo fue una de las más importantes. Sin salida al mar, pero rodeando el río Elba, el comercio ha llegado siempre a la ciudad a través del agua. Lo más destacado que podemos ver en ella es la iglesia de Sankt Michaelis, cuya imagen desde el otro lado del río es embaucadora.
Sin salir del país, podemos disfrutar de otras ciudades hanseáticas. Luneburgo es perfecta para continuar la ruta tras visitar Lübeck y Hamburgo. En ella podemos ver el Wasserturm, una torre diseñada para abastecer de agua potable a la ciudad. También destaca el ayuntamiento, un edificio del siglo XIII reconstruido varias veces.
Por último, dentro de las ciudades quizá menos conocidas de Alemania, una buena opción es visitar Wismar. En esta ciudad resaltan las coloridas casas, que hacen que el paseo por las calles sea una auténtica delicia. Allí hay que visitar también la plaza del Mercado o la iglesia de San Jorge.
Otras ciudades fuera de Alemania
Aparte de Alemania, varios países más tuvieron presencia en la Liga Hanseática. Por ejemplo, Cracovia o Wroclaw son dos de las ciudades de Polonia que pertenecieron a ella. También lo fueron Nóvgorod o Kaliningrado en Rusia.
La capital Sueca, Estocolmo; Bergen en Noruega; Riga en la actual Letonia; o Tallin en Estonia formaron parte de la Liga. Como también lo hicieron ciudades de Bélgica, los Países Bajos o Reino Unido (incluida la capital, Londres).