Cómo puede ayudarte la economía colaborativa en tus viajes
La economía colaborativa ha llegado a nuestras vidas con Internet. Y ha llegado para quedarse, porque poco a poco avanza hacia cualquiera de nuestras facetas de la vida. Incluyendo, por supuesto, el viajar. Sí, hay formas de viajar más económicas, más seguras o de un modo más ecológico gracias a las prácticas de la economía colaborativa. ¿Cómo? Ahora te lo contamos.
¿Qué es la economía colaborativa?
Antes de entrar en materia y en casos concretos, pensamos que es necesario explicar qué es la economía colaborativa. Es un modo de consumo alternativo que tiene la base en los contactos que proporciona Internet o las nuevas aplicaciones que llevamos en nuestros smarphones.
Se trata de alquilar, vender, comprar o prestar distintos productos. Pero a veces el objetivo no es conseguir un beneficio económico directo, sino que puede ser indirecto, como reducir costes compartiendo gastos. O dejar una menor huella ecológica en nuestras acciones.
La economía colaborativa se puede basar en intercambios o trueques entre personas que difícilmente se llegarían a conocer si no fuera por Internet. Hay algo de ayuda mutua, sobre todo en origen. Porque muchas de estas experiencias es innegable que han evolucionado hacia modelos más empresariales, donde priman los criterios económicos.
¡Se puede ser partidario de la economía colaborativa, pero no vamos a negar lo evidente!
Viajar gracias a la economía colaborativa
Son muchos y distintos los ejemplos en los que la economía colaborativa puede modificar nuestros viajes. Vamos a ver algunos de ellos.
Compartir el conocimiento
Uno de los ejemplos carismáticos de viajar aprovechando creaciones de la economía colaborativa son los blogs. En principio, se trata de páginas web donde de forma altruista se nos da información sobre viajes o destinos de primera mano.
De viajero que nos cuenta su experiencia a viajero que está a punto de partir. Y a cambio, se reciben comentarios que enriquecen sus propuestas o simples halagos que engordan la vanidad de los autores.
Aparte de los blogs también existen numerosas plataformas informáticas, algunas en forma de foros, a las que acuden los viajeros a pedir ayuda o consultar todo tipo de cuestiones. Y al otro lado se encuentran con gente que resuelve de modo gratuito todas sus dudas o les aconsejan.
Consumir colaborando
También hay plataformas en las que no se intercambia información, sino artículos o bienes. Por ejemplo, puedes ofrecer esas guías de viaje que ya no caben en tu estantería, y alguien las querrá. Tú te desharás de ellas y él las conseguirá gratis.
Es un ejemplo, pero se podrían dar muchos (maletas, ropa, artículos deportivos…). Aunque la verdad es que esas plataformas cada vez tienden a ser de compra-venta de segunda mano, pero eso sí, a precios muy reducidos.
Intercambios
La esencia de la filosofía del intercambio propia de la economía colaborativa aplicada al mundo viajero son los intercambios de vivienda. ¿Quieres viajar a Sídney? Quizás alguien de allí desee viajar a tu ciudad. Pues hay webs que os pueden poner en contacto para intercambiar vuestras casas.
Y en este sentido, hay una fórmula también muy interesante, que es la de lograr alojamientos a cambio de realizar determinados trabajos. Algo que sobre todo es interesante para experiencias rurales o de cierta duración, de manera que se gasta mucho menos.
Desplazarse con la economía colaborativa
Una aplicación muy interesante de la economía colaborativa tiene que ver con el transporte. Y tal vez el caso más conocido sean las páginas o apps que ponen en contacto a conductores que van a viajar en su coche y ofrecen compartirlo a cambio de repartir gastos. Una manera económica de desplazarse y, de paso, responsable con el medio ambiente.
“Viajar es más que ver lo que hay para ver; es iniciar un cambio en nuestras ideas sobre lo que es vivir que continúa en nosotros de manera profunda y permanente.”
-Miriam Beard-
Estas son algunos de los principios de la economía colaborativa aplicadas al turismo. Hay más, cada vez más. Pero se trata de un fenómeno emergente, que nadie sabe muy bien hacia donde nos lleva. No obstante, por el momento disfrutemos de algunas situaciones que nos pueden resultar muy ventajosas para nuestros viajes.