La arquitectura del jardín chino, un elemento clave
Los jardines chinos están llenos de salas, pabellones, templos, galerías, puentes, quioscos y torres que ocupan una gran parte del espacio del jardín. Un ejemplo de la importancia de la arquitectura del jardín chino es el jardín del Administrador Humilde, en Suzhou. Este dispone de 48 estructuras diseñadas para ofrecer al visitante múltiples puntos de vista dentro del paisaje.
En este breve artículo, vamos a tratar las bases fundamentales de las estructuras arquitectónicas que podremos encontrar en los jardines clásicos chinos. Cuando las conozcas, serás capaz de disfrutarlos de otra manera.
Estructuras principales del jardín chino
Las estructuras que componen el jardín no cumplen con una función dominante dentro del paisaje. En China, se pretende que estas se encuentren en perfecta armonía con el entorno. En la construcción de los jardines clásicos chinos existen una serie salones y pabellones que, por lo general, se repiten en todos ellos.
De esta forma, nada más entrar al jardín encontraremos el salón de actos, un edificio utilizado para las celebraciones y ceremonias de la familia. Por lo general, cuenta con un patio interior.
Tras él se encuentra el pabellón principal, lugar de recepción de invitados. En ocasiones, allí se celebraban banquetes y festividades como el Año Nuevo y el Festival de los Faroles. Suele contar con un pequeño porche que rodea por completo al edificio.
Más alejados de la entrada del jardín y más cerca de las residencias, encontramos varios pabellones más de gran importancia. El primero es el pabellón de las flores, que cuenta con un patio trasero donde se cultivan flores de colores llamativos y bastante exóticas. También se suele encontrar, cerca de la plantación, un pequeño jardín de rocas.
Hay otros pabellones importantes dentro del jardín. Uno de ellos es el llamado pabellón frente a las cuatro direcciones, que cuenta con paredes móviles para posibilitar diferentes vistas del jardín. También están el pabellón del loto, que se construye siempre junto al estanque, al igual que el pabellón de los patos mandarines, siempre orientado al norte.
Los pabellones en el jardín chino
Además de estas grandes salas, el jardín está lleno de pabellones más pequeños, que están diseñados para proporcionar protección contra el sol o la lluvia. Además, se sitúan en lugares estratégicos para apreciar eventos naturales cotidianos, como son la puesta y la salida del sol.
En el jardín, fenómenos naturales como el reflejo de la luna en el agua, el sonido de la lluvia cayendo sobre las hojas y el silbido del viento entre el bambú invitan a la contemplación y la meditación.
A menudo, estos pabellones se fijan a la pared de otro edificio o, a veces, se colocan junto a ellos para ofrecer nuevas vistas del jardín. Y suelen ser abiertos, al menos en tres de sus lados. En algunos jardines, a veces, se incluyen como elementos arquitectónicos torres de hasta dos plantas, que proporcionan una vista cenital de ciertas partes del jardín.
Otros jardines tienen un pintoresco pabellón de piedra con la forma de un barco, que se encuentra en el estanque. Estos, por lo general, tienen tres partes: un quiosco con frontones en la parte delantera, una sala más íntima en el centro y una estructura de dos pisos con una vista panorámica de la laguna en la parte trasera.
Enfatizar el encubrimiento y la sorpresa
El jardín clásico chino no está creado para ser visto de una vez. El jardín debe descubrirse poco a poco, a medida que el visitante se adentra en él. Ya sea paseando por el interior de los pabellones o por los caminos sinuosos, el paisaje se mantiene oculto hasta el último momento. La arquitectura del jardín chino es la clave para conseguir este efecto.
Un detalle importante de los paisajes que ofrecen los jardines en China es que, por norma general, tienen un marcada influencia de las artes. Por ello, es natural encontrar escenas naturales en el umbral de un camino, a través de una ventana o escondidos detrás del bambú.
En muchas ocasiones, los diferentes jardines aparecían tras una puerta redonda, la puerta de la Luna. También son muy utilizadas ventanas adornadas con complejas celosías, que descomponen la escena en pequeñas estampas únicas. Sin esta rica arquitectura del jardín chino, no podrían contemplarse estas escenas vivientes que cambian, no solo con cada estación, sino con cada punto de vista.
- Garzón Farias, L. Á., & Ávila Olmos, M. (1999). Espacio público y naturaleza en China. Bitácora Urbano-Territorial.
- González, A. (2017). Valores compositivos fundamentales del jardín privado chino o la mirada urbana sobre el paisaje a lo largo de su historia hasta la Revolución de 1949. Cuadernos de Investigación Urbanística. https://doi.org/10.20868/ciur.2017.112.3545