Horario, precio y ubicación del Palacio de Aranjuez
El Palacio de Aranjuez es una de las residencias de la familia real de España. Lo es desde los tiempos de Felipe II, monarca que mandó su construcción. Pero el recinto palaciego no solo merece ser conocido por la historia que encierra, sino también por su importancia arquitectónica. A continuación, te ofrecemos algunos datos de utilidad para su visita.
Horario y precio del Palacio de Aranjuez
El Palacio de Aranjuez tiene horarios distintos en función de la época del año en la que nos encontremos. Así, en invierno, es decir, de octubre a marzo, el recinto palaciego se mantiene abierto de diez de la mañana a seis de la tarde; mientras que en verano (de abril a septiembre) el cierre se atrasa hasta las ocho de la tarde.
Asimismo, el Palacio de Aranjuez no abre todos los días del año, pues cierra durante las siguientes jornadas: 1 y 6 de enero, 1 de mayo, 31 de agosto, 24, 25 y 31 de diciembre. Esto no quita que pueda haber cierres adicionales como consecuencia de la celebración de algún acto oficial.
Respecto al precio, la tarifa básica es de 9 euros y la reducida, de 4. De esta última pueden beneficiarse los menores de 16 años, los mayores de 65, los estudiantes o los miembros individuales de familias numerosas. Tan solo pueden entrar de manera gratuita los niños menores de 5 años o las personas discapacitadas.
Por otro lado, existe la posibilidad de realizar una visita guiada por el Palacio de Aranjuez para conocerlo más en profundidad. Dicho servicio, que conlleva un suplemento de 4 euros, solo se puede adquirir el mismo día en que realicemos la visita, pues no siempre está garantizada su disponibilidad.
“La gente no hace viajes, son los viajes los que hacen a la gente.”
-John Steinbeck-
Qué ver en el Palacio de Aranjuez
Una vez comprada la entrada podemos acceder al interior de un palacio levantado por orden de Felipe II. La primera construcción fue dirigida por el arquitecto Juan Bautista de Toledo y rematada por Juan de Herrera. Sin embargo, a lo largo de los siglos el palacio se iría ampliando.
En el edificio se pueden ver salas tan interesantes como la Cámara del Rey, decorada con cuadros de Fernando Brambilla; la Cámara de la Reina, transformada en sala de música por Isabel II; o el Salón de Baile, que separa los aposentos privados del rey y de la reina.
Mención aparte requieren el Comedor de Gala, amueblado con sillas, sillones y consolas que se remontan a la época de Carlos IV; y el Gabinete Árabe, de ambiente historicista inspirado en la sala de las Dos Hermanas de la Alhambra de Granada y construido por Rafael Contreras.
Igual de atractivo es el Gabinete de Porcelana, que, como su nombre indica, presenta una rica ornamentación de porcelana. La sala también está decorada con siete grandes espejos y otros cuatro más pequeños colocados en las esquinas, de manera que dé la apariencia de que el tamaño de la estancia es mayor.
En el exterior del Palacio de Aranjuez cabe destacar los jardines del Parterre y de la Isla, que rodean el edificio; los inmensos Jardines del Príncipe, en los que se encuentra la Casa del Labrador, utilizada como pabellón de caza por los reyes; el estanque con el jardín chinesco de Villanueva; o el embarcadero real a orillas del río Tajo.
Ubicación y cómo llegar al Palacio de Aranjuez
La construcción se encuentra situada en el Real Sitio y Villa de Aranjuez, en la Comunidad de Madrid. Llegar al lugar desde la capital es muy sencillo. Una opción es yendo en coche por la carretera N-IV. Aranjuez está a solo 50 kilómetros de Madrid.
En caso de no disponer de vehículo propio siempre se puede recurrir al transporte público, como el autobús. Cada 15 minutos sale uno desde la Estación Sur de Autobuses de Madrid, donde también se puede comprar el billete por 4,20 euros. Después, solo se tarda 50 minutos en llegar al Palacio de Aranjuez.
Otras opción es el tren, tomando la línea C3 desde las estaciones de Chamartín o Atocha. Y en fines de semana de mayo a octubre cabe la posibilidad de subirse al Tren de la Fresa, todo un viaje al pasado, ya que además de ir en un convoy histórico, las azafatas van vestidas de época y reparten los típicos fresones.