El ferrocarril Transiberiano cumple 100 años
Sin duda, es el tren más famoso del mundo, y está de celebración. ¡Nada menos que 100 velas tiene su pastel! Sí, así como lo estás leyendo, el ferrocarril Transiberiano cumple en 2016 un siglo desde su inauguración. Te contamos algo de su historia.
El proyecto de un zar: el ferrocarril Transiberiano
Rusia ha sido uno de los países más grandes del mundo desde hace siglos. Al tener tanto territorio, las comunicaciones entre la capital, Moscú, y las demás provincias era casi imposible.
Por ello, el zar Nicolás III decidió impulsar un proyecto en 1891 para crear una red ferroviaria capaz de unir los extremos del país. La iniciativa fue continuada por su hijo Nicolás y para hacerla posible trabajaron presos y soldados.
El clima, los bosques, las zonas rocosas y la geografía de la taiga fueron las adversidades que tuvieron que afrontar para poder realizar una obra magnífica de nada menos que 9600 kilómetros. Sin embargo el mayor impedimento fue trabajar en la región del lago Baikal, donde fue preciso volar montañas para construir túneles y alzar puentes para evitar que se inundasen las vías.
La ruta va desde Moscú hasta Vladivostok, tarda 7 días en completarse, para en 72 estaciones y atraviesa 7 husos horarios diferentes. El ferrocarril Transiberiano es usado para el transporte de personas y de mercancías (el 30% de las exportaciones rusas hacia China o Europa se llevan en el tren).
Cada vez son más los turistas que realizan esta travesía única en el mundo. Además del ramal principal, hay rutas que pasan por China, Mongolia, Manchuria y Corea del Norte.
“El uso de viajar es regular la imaginación por la realidad, y en lugar de pensar cómo deberían ser las cosas, verlas como son.”
– Samuel Johnson –
Consejos básicos para viajar en el ferrocarril Transiberiano
Más allá del cumpleaños centenario de este servicio de tren nos interesa saber sobre la experiencia de viajar en él. Las ciudades más importantes para descender durante el recorrido son Ekaterinburg en la cordillera de los Urales, Irkutsk (cerca del Lago Baikal), Ulan Ude (para hacer el trasbordo al Transmongoliano), Khabarovsk (cerca de la frontera con China) y Vladivostok (el final del recorrido, junto a la costa).
Algunas cuestiones que deben saber los viajeros que desean utilizar el Transiberiano son:
Billetes
Se compran a través de la página web oficial o en la estación ferroviaria de Yaroslavsky, en Moscú. El problema de esta segunda opción es que los vendedores no saben hablar inglés (mucho menos español). Aunque cuesta más caro también se pueden adquirir en una agencia de viajes local.
Clase
La tercera clase no solo es la más económica, sino también la más auténtica porque en ella viajan los rusos. La gente es bastante amigable con los extranjeros, aunque ten en cuenta que los problemas de comunicación serán moneda corriente.
En cuanto a comodidades, ten en cuenta que en cada sector hay 6 camas y una mesa, agua caliente para infusiones, baños compartidos y un bar. No hay duchas… esa es la mala noticia.
En segunda clase el vagón se divide en compartimentos para cuatro personas y en primera clase los camarotes son para dos personas. En estos casos hay más privacidad pero no tanto contacto con los locales. Y la diferencia de precios puede ser considerable.
Comida
Antes de subir al tren se recomienda ir a un supermercado en Moscú y hacer una compra con cosas de necesidad básica, así como también comida para la travesía. En las paradas intermedias mucha gente aprovecha para comprar algunas cosas en la estación (los mismos pobladores ofrecen sus productos). El agua mineral, la comida envasada y el café serán imprescindibles.
Idioma
Sería bueno que aprendieses algunas palabras básicas en ruso como gracias, baño, estación, etc. Los únicos que pueden llegar a hablar inglés son los demás viajeros o algunos de los empleados del tren (pero no hay que confiarse de ello). Quizás convenga tener un diccionario en el móvil para al menos comunicarnos con aquellos que nos rodean.