Dónde ver los molinos de viento de La Mancha
No hay mejor embajador de Castilla-La Mancha que Don Quijote. Y, sin duda, de los episodios que han hecho inmortal al Caballero de la Triste Figura, el más reconocible es su lucha con los molinos de viento. Unos molinos a los que confundió con gigantes. Algo que en realidad es comprensible cuando se hace un viaje por La Mancha y se ven en primera persona estas impresionantes construcciones. ¿Dónde es posible verlas?
Los molinos de viento de La Mancha
Está claro que hoy en día hay muchos menos molinos de viento en La Mancha que en la época de Cervantes y aún en los siglos posteriores. Y es que al fin y al cabo, los molinos no eran más que un centro de trabajo, un lugar donde se molía el grano recolectado en los vastos campos de cereal de la planicie manchega.
Por esa razón, cuando llegó el tiempo de la industria, muchos de estos molinos se convirtieron en ruinas y se perdieron, ya que habían dejado de ser útiles. No obstante, algunos se mantuvieron en pie e incluso en ciertos casos se han restaurado para aprovecharlos con otros usos. Y sobre todo, para que sean visitables por los turistas, ya que cualquiera que haga un viaje a La Mancha va buscando ver sus molinos de viento.
Campo de Criptana
La población de Campo de Criptana, en Ciudad Real, es una de las predilectas para ver los famosos molinos manchegos. En la actualidad, en la zona más alta del pueblo, y obviamente más expuesta a los vientos, se alzan una decena de molinos. Si bien, aquí llegó a haber hasta 32.
No obstante, cuando abundaban tanto era porque no paraban de producir harina. En cambio, hoy ya no cumplen con ese trabajo, y a cambio son lugares de uso turístico y cultural. E incluso hay uno dedicado a la hija más célebre de Campo de Criptana, ya que el Museo Sara Montiel está en el interior de uno de esos molinos.
Consuegra
Consuegra, en este caso perteneciente a la provincia de Toledo, es otra de esas localidades de La Mancha que guarda con orgullo sus molinos de viento. En concreto, hay hasta 12 molinos restaurados exteriormente, y todos ellos tienen nombres vinculados con el Quijote, como por ejemplo el molino Mambrino o el dedicado a Clavileño.
En uno de ellos está la oficina de turismo de Consuegra, y además tiene todo el mecanismo de molienda restaurado. Un mecanismo que se pone en marcha en fechas puntuales, sobre todo coincidiendo con la fiesta del desbrizne del azafrán.
Mota del Cuervo
Ahora nos vamos a la provincia de Cuenca, concretamente a la población de Mota del Cuervo, que como su nombre de “mota” indica, también tiene un punto elevado donde se asentaron los molinos de viento. En este caso podremos ver siete ejemplares con una rotunda presencia sobre el paisaje, si bien solo tres son visitables.
Si decidís ver estos molinos, os recomendamos viajar a Mota del Cuervo en sábado. Es ese día cuando uno de los molinos, llamado evidentemente el Gigante, se pone en marcha, moliendo de nuevo el cereal. Todo un espectáculo que nos traslada a otros tiempos del pasado.
Alcázar de San Juan
Y retornamos a la provincia de Ciudad Real para hablaros de otros famosos molinos de viento en La Mancha. En este caso son los de Alcázar de San Juan. Allí todavía quedan 4 de los 19 molinos de viento que hubo. Y por si fuera poco, también tenía otros dos que funcionaban con la fuerza del agua.
“Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”.
-Frase de “Don Quijote de La Mancha”, de Miguel de Cervantes-
En definitiva, Campo de Criptana, Consuegra, Mota del Cuervo o Alcázar de San Juan son poblaciones de La Mancha que han salvaguardado con orgullo el enorme patrimonio que suponen los molinos de viento.
Y, como Cervantes no dejó claro donde ocurrió el recordado combate de don Quijote, en todas estas poblaciones escucharéis argumentos confirmando que aquel episodio entre el caballero y los gigantes con aspas tuvo lugar allí.