Disfruta con Tintín y sus viajes de cómic
Tintín es uno de los personajes de cómic más venerados de todos los tiempos. No tiene los poderes de los superhéroes, pero tiene una inteligencia enorme y un increíble valor pese a su fino aspecto. Son dos cualidades que le permiten viajar para resolver enigmas por cualquier rincón del mundo. Y nosotros, los lectores, viajamos con él a lugares reales, a otros imaginarios e incluso llegamos a la Luna.
Las Aventuras de Tintín
Son 24 Las Aventuras de Tintín, 24 álbumes que se comenzaron a publicar en 1930 y que concluyeron en 1976. Su creador fue el dibujante y guionista belga Hergé, cuyo nombre real era George Remi.
Sin duda alguna, este fue uno de los más grandes representantes del cómic en Bélgica, un país donde este género tiene la categoría de arte. Allí hay museos dedicados al mundo de las viñetas e incluso hay rutas de enormes murales en sus ciudades.
Los compañeros de viaje de Tintín
A Tintín no le gusta viajar solo. En sus primeras aventuras sí lo hace. Bueno, en realidad va acompañado de su inseparable mascota, Milú. Y más tarde, con el desarrollo de los álbumes, se van incorporando más personajes a sus viajes.
Así, entran en escena personajes como los detectives Hernández y Fernández, la cantante de ópera Bianca Castafiore, el despistado profesor Tornasol y el valiente Capitán Haddock. Todos ellos son la pandilla que nos lleva de viaje a sitios como estos que vamos a ver.
Lugares reales que visita
La profesión de Tintín es la de periodista, y esa es la excusa para moverse por medio mundo del personaje y de su autor, que además nos da un contexto histórico de todos esos lugares. Por ejemplo, cuando viaja a Rusia nos da su visión del país de los soviets. O más tarde, al visitar el Congo, es cuando el autor vuelca en su personaje su filosofía política sobre el colonialismo.
En realidad, durante toda la serie están presentes las ideas de Hergé. Es ciertamente un cómic de autor, y eso le añade valor, independientemente de que estemos de acuerdo o no con sus planteamientos.
Lo que es indudable es su capacidad de documentación sobre los lugares que visita Tintín. Y es algo que luego plasma en increíbles dibujos como los de Macchu Picchu cuanto está en Perú o de las áreas del desierto marroquí en el álbum de El Cangrejo de las Pinzas de Oro.
Viajes a lugares inventados
A lo largo de las aventuras de este peculiar reportero que jamás publicó un reportaje descubrimos muchos otros sitios reales. Viaja a la Norteamérica de la Ley Seca, a la Islandia de los grandiosos paisajes, a China, Escocia, Egipto y muchos más sitios. Pero además, viajó a otros países de nombre inventado, aunque se pueden hallar paralelismos con lugares reales.
Por ejemplo, hay aventuras que se desarrollan en estados como Sildavya y Borduria, que fácilmente identificamos con los convulsos territorios de los Balcanes. O viaja a San Teodoro y Nuevo Rico, enfrentados bajo el gobierno de sendos dictadores. Una situación que muchos relacionan con la guerra del Chaco que se libró entre Bolivia y Paraguay.
Y otra relación muy clara es la imaginaria Khemed con el mítico conjunto excavado en Petra, Jordania. Algo que es muy evidente gracias a la precisión y la maestría de los dibujos de Hergé.
Tintín viaja a la Luna
El colmo de los viajes de Tintín es el que le lleva a la Luna. Mucho antes de que lo hiciera Neil Armstrong, Tintín y Milú se subieron a un cohete, se vistieron de astronautas y pisaron la superficie lunar. Sin duda, es un álbum con ilustraciones míticas que podemos entender como un enorme guiño de Hergé hacia uno de los autores de aventuras más famosos de todos los tiempos: Julio Verne.
Por cierto, aquí va un dato interesante y para la reflexión: Hergé apenas viajó a lo largo de su vida y muchos de los escenarios que pintó y describió jamás los pisó personalmente. Sin embargo, su esfuerzo por documentarse era enorme, e incluso contaba con ayudantes que le facilitaban toda la información que requería.
Así que, cuando las circunstancias te impidan viajar, por el motivo que sea, agarra un cómic y disfruta con la imaginación de lugares lejanos.