Diego Rivera, el mejor modo de conocer el alma de México
Diego Rivera es uno de los artistas del siglo XX que más han servido para dar a conocer México al mundo. Un pintor enamorado de su tierra que supo aprovechar la historia de su pueblo y sus tradiciones para que le inspiraran algunas obras de una modernidad absoluta. Esas obras son sus célebres murales, que todavía hoy se pueden contemplar en su país natal.
El muralismo y Diego Rivera
La creación de sus grandes murales convirtió a Diego Rivera en un famoso pintor más allá de las fronteras mexicanas. Por esa razón, sus obras hoy en día se pueden ver no solo en su país natal, sino también en otros lugares de Estados Unidos o de Argentina.
Y también es cierto que Rivera a lo largo de su vida (1886-1957) fue un hombre muy viajero, que pasó largas temporadas fuera de su país, tanto en España como en Francia, países de Latinoamérica, la Unión Soviética o Estados Unidos.
Sin embargo, donde sus característicos murales alcanzan su máxima expresión es en México y hasta allí nos vamos a dirigir para conocer los mejores.
La creación
Es el primer mural en el que se embarca Diego Rivera. Era el año 1922 y fue entonces cuando decidió pintar esta obra en el anfiteatro Simón Bolívar de la Universidad Nacional de México.
Allí creó una iconografía clave para el resto de sus producciones, ya que abarcó el tema de la formación de la raza mexicana, la cual surge de un hombre que a su vez nace del árbol de la vida.
“He llegado a pintar con la misma naturalidad con la que hablaba, respiraba y sudaba.”
-Diego Rivera-
Mural del Palacio Nacional de Ciudad de México
Esta es una de sus grandes obras, ya que aquí trabajó Rivera desde 1929 hasta 1935. Un largo tiempo necesario para crear un ciclo pictórico en el que nos narra ni más ni menos que la dilatada historia de su pueblo, desde la época precolombina hasta el México surgido tras la Revolución de 1910.
En esta pintura aparecen retratados muchos de sus amigos y también sus esposas. Entre ellas la que por entonces era su mujer, la tercera, una tal Frida Kahlo. La cual no sería su último matrimonio, ya que tras su muerte, volvería a casarse.
Mural del Palacio de Cortés
Diego Rivera no solo desarrolló sus grandes murales en la capital del país. También hizo otras obras importantes en distintas poblaciones mexicanas. Por ejemplo en Chapingo, donde hizo el mural de la Escuela Nacional de Agricultura. En la ciudad de Cuernavaca del estado de Morelos llevó a cabo el mural del Palacio de Cortés.
El hombre en el cruce de caminos
Este mural lo hizo en el Palacio de Bellas Artes, uno de los edificios más hermosos de Ciudad de México. Una construcción de principios de siglo que es un estupendo ejemplo del art decó en la capital mexicana.
Esa arquitectura en los años 30 se vio enriquecida con la aportación de los más grandes muralistas de la época. No solo Rivera, sino que también hay obras de José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.
La verdad es que el mural de El hombre en el cruce de caminos fue una segunda versión de uno anterior que había hecho en un edificio del Rockefeller Center de Nueva York. Pero allí se atrevió a incluir un retrato de Lenin, y el propio Rockefeller ordenó que se destruyera la obra.
Mural del Teatro de los Insurgentes
En el año 1953 Diego Rivera afrontó otra de sus grandes obras en la capital de México. Fue este mural en un teatro, donde combina la técnica del mosaico con la pintura. Con ello crea un enorme ciclo narrativo en el que no faltan los personajes más significativos de la historia de su país, desde Hernán Cortés hasta Cantinflas.
Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central
Y acabamos este vertiginoso recorrido por los más importantes murales de Diego Rivera en México hablando de esta obra de 1947. Es una de sus más hermosas creaciones. Originalmente la hizo para decorar el Hotel del Prado. Pero allí sufrió graves daños durante un fortísimo terremoto de 1985.
Por eso se decidió desmontarlo, restaurarlo y que se convirtiera en el germen del Museo del Mural Diego Rivera. Un lugar que todos debéis apuntar para vuestra próxima visita a Ciudad de México. Allí, gracias al arte de este singular pintor, podréis conocer de primera mano la peculiar historia y la personalidad de este país tan especial.