5 lugares para disfrutar de momentos muy relajantes
El término relajación varía mucho según la persona que haga referencia a ello. No obstante, si atendemos a la definición más básica, podemos afirmar que se refiere a recuperar el equilibrio. Hoy hacemos una lista de lugares donde nuestras vacaciones alcanzarán el estado máximo de reposo físico y mental. Estos son espacios que promueven nuestra buena salud y descanso ofreciendo momentos muy relajantes.
Momentos muy relajantes en destinos dispares
1. Kurokawa Onsen, aguas naturales japonesas
En Japón se denomina onsen a las piscinas naturales termales. En algunos puntos del país las calientes aguas subterráneas se alzan a la superficie. De entre todas las que recorren el país, una de las más famosas es la que se encuentra en Kurosawa. A tan solo un cuarto de hora en coche desde Kumamoto.
Si compramos el pase diario tendremos derecho a bañarnos en sus 3 preciosas piscinas. A Kurosawa acuden numerosos japoneses que padecen diferentes enfermedades nerviosas o relacionadas con la circulación. Por supuesto, cuenta con un lujoso hotel de estilo oriental. En sus estancias podremos disfrutar de momentos muy relajantes gracias a su decoración tradicional.
“Una mente en calma trae fuerza interior y confianza en uno mismo, por eso es muy importante para la buena salud.”
– Dalai Lama –
2. Budapest, cuna de los balnearios
Es sabido por todos que los mejores balnearios de Europa y puede que del mundo, se ubican en Budapest. Los baños termales Gellért conforman un espacio arquitectónico digno de un sueño. Sus instalaciones pertenecen al hotel homónimo. A pesar de que las instalaciones están un poco anticuadas, su visita es obligada. Y es que darse un baño en su preciosa piscina principal no tiene precio. La entrada es asequible y las columnatas son dignas de un cuadro.
Si buscamos momentos muy relajantes, también podemos dirigirnos al balneario Széchenyi, que cuenta con un circuito interno muy variado. Además, posee una piscina de agua caliente al aire libre. Al igual que Gellért, cuenta con espacios algo desgastados por el uso. Sin embargo, ofrece la garantía del pueblo húngaro, y es que se trata del más visitado por los habitantes de la ciudad.
3. Reikiavik, la ciudad más al norte del mundo
Reikiavik posee un encanto único. Su nombre significa “bahía humeante”. No es para menos, pues está rodeada de géiseres. Por increíble que parezca, esta urbe sólo recibe 4 horas de luz solar durante el invierno. A esta rareza se le suma que durante el verano siempre es de día.
A pesar de este tipo de rarezas, la ciudad más al norte del mundo tiene mucho que ofrecer. Dar un paseo por la orilla del lago Tjörn nos regalará la vista más típica de las postales. Es particularmente interesante para aquellos que buscan desaparecer y huir del día a día. Desde la capital parten excursiones a todos los puntos de la gigantesca isla que es Islandia. Acercarse a los preciosos puntos naturales del país puede ser muy provechoso. De todos ellos destacan Keflavik y Hafnarfjordur.
4. Menorca, una isla de ensueño
No hay nada tan relajante como pasar el día, la semana o incluso el mes en una playa desierta. Las preciosas arenas y las calas de Menorca son lo más recomendable a la hora de relajarse. A lo largo de toda su costa se hallan auténticos placeres visuales y sensoriales disfrazados de litoral. Algunos de ellos permanecen total o casi totalmente vacíos, parajes ideales para perder la noción del tiempo.
Un ejemplo de esto lo tenemos en Cala Tortuga, perteneciente a Mahón. Su acceso solo es posible a pie. Por su parte, Cala Macarelleta es un lugar de anuncio. Sus aguas son tan límpidas que los barcos parecen flotar sobre ellas. Otro tanto sucede en Trebaluger, a la que solo se puede llegar tras caminar aproximadamente 40 minutos.
5. Museo del Louvre, el arte como inspiración y descanso
Por todos es conocida la belleza del Museo del Louvre. No solo las piezas que expone son dignas de admiración. Su arquitectura es sinónimo de hermosura y buen gusto. Los hay que están a disgusto dejándose acariciar por las aguas del mar o bañándose en lujosos spas. Pueden encontrar sus momentos de placentero descanso dando un dulce paseo por esta inigualable pinacoteca.
Los trabajos de Leonardo, Durero, El Bosco y demás nos acompañarán en nuestro recorrido. ¿Qué mejor que dejarse llevar por nuestra parte más artística? Nadie es la misma persona cuando sale que cuando entró en el Louvre. Todo cambia, se culturiza y se relaja cuando la Victoria de Samotracia nos da la bienvenida a esta excelente galería parisina.