El desierto de Atacama en Chile, un lugar sorprendente
Si exceptuamos las zonas polares, el desierto de Atacama es considerado el desierto más árido del planeta. Está en Chile, delimitado por los Andes y el océano Pacífico. Podría parecer un desierto cualquiera, pero posee algo que lo diferencia del resto. Hablamos de sus lluvias, que provocan un fenómeno singular. ¿Quieres saber cuál es? Entonces, continúa leyendo.
Un paisaje único
El paisaje del desierto de Atacama, sus tierras yermas y sus montañas rojizas recuerdan el decorado de una película de ciencia-ficción. A ello contribuye su climatología extrema y unos suelos salinos que hace miles de años no eran más que el lecho marino.
Con más de 100.000 km², aquí se pueden admirar paisajes marcianos, espectaculares dunas, salares, llanuras que parecen no tener fin, volcanes y campos de géiseres con impresionantes fumarolas. Todo un muestrario de lo que la naturaleza es capaz de hacer.
“La naturaleza nunca se apresura. Átomo por átomo, poco a poco logra su trabajo.”
-Ralph Waldo Emerson-
Los primeros pobladores
Los primeros pobladores de esta zona de los que se tiene constancia son los atacameños. Llegaron para asentarse en esta desolada área. La forma en que consiguieron que proliferaran cultivos en un clima tan crudo es casi mágica.
Sin conocimientos científicos de ningún tipo, se decantaron por la construcción de terrazas. Se hallaban estas en los valles de los desérticos montículos de arena. Diariamente se dedicaban a regarlas trayendo agua de los ríos más cercanos. Para abonarlas utilizaban el tradicional guano.
Poco a poco llegaron a intercambiar sus bienes alimenticios con tribus vecinas. Así acabaron por evolucionar para transformarse también en ganaderos. De hecho, la crianza de alpacas sigue siendo típica de la región.
Siglos después surgió un conflicto entre Perú y Chile por el dominio de estas tierras. Finalmente, se decidió que Chile se quedara tan preciado premio natural.
El desierto de Atacama y la astronomía
Para muchos astrónomos, una visita al desierto de Atacama es un sueño hecho realidad. Y es que los estudios han demostrado que es el mejor lugar del mundo para contemplar el firmamento.
Las estrellas aparecen sobre nosotros como un nuevo paisaje. Pasar la noche observándolas es una auténtica delicia. Gracias a la extrema lejanía de la contaminación lumínica somos capaces de observar una buena parte de la Vía Láctea. Aprovechar nuestro viaje de turismo para llevar a cabo esta práctica más que recomendable, es una obligación.
Para que nos hagamos una idea de lo espectacular de las vistas, allí se asientan casi 20 observatorios astronómicos. De entre ellos destaca el Paranal, que posee los telescopios más potentes y fiables de mundo. Por otro lado, también cabe destacar la belleza de la propia edificación. No por nada fue utilizada en el rodaje de Quantum of Solace.
Atacama, un desierto bañado de flores
Decíamos al principio que en el desierto de Atacama es escenario de un fenómeno singular. ¿De qué hablamos? De que esas lluvias que registra hacen que este terreno, aparentemente inerte, florezca.
Este es otro de los aspectos que convierten este lugar en algo tan especial. Cada cierto tiempo la vida se abre paso a través de las rojizas arenas del desierto. Ha habido épocas en las que este efecto natural ha ocurrido tan solo en tandas de lustro en lustro. O incluso de decenio en decenio.
Sin embargo, parece que en los últimos años este fantástico hecho está teniendo lugar cada vez con más frecuencia. Sucedió en 2015 y a principios de 2017 ha podido contemplarse de nuevo.
Conociendo un poco más las tierras floridas
Las flores que decoran el desierto de Atacama atraen a miles de turistas. No es de extrañar, pues se trata de un fenómeno único y precioso. El “milagro de Atacama”, lo llaman algunos.
Decenas de especies diferentes consiguen ver la luz en uno de los lugares más secos de la Tierra. Las semillas que han esperado enterradas su momento eclosionan con fuerza, dando vida a una hermosa alfombra llena de colorido.
Las tonalidades amarillas se entremezclan con las blancas. No obstante, el color que más llama la atención es el morado. Algo que le da un toque mágico. Cuando las lluvias caen, durante 2 semanas, las tierras rojizas contrastan así con el colorido de estas flores.