Descubre las molas y el arte de los kuna
La comunidad indígena de los kuna o guna habita en Panamá y Colombia. Aunque su existencia es muy antigua, se desconoce su origen y solo empiezan a existir registros hacia el año 1500. Es una etnia que ha luchado incansablemente por mantener su patrimonio cultural vivo, el cual es reconocido en el mundo por las molas.
Tristemente, su historia ha estado plagada de abusos, al igual que otras muchas etnias indígenas de América . Primero los sufrieron por los europeos durante los procesos de conquista y colonización, luego por los europeos inmigrantes y después por los diferentes gobiernos en cada país que solo reconocen sus derechos en el papel.
En la actualidad, su población se reduce a unas 60 000 personas. De ellas, cerca de 2000 habitan en Colombia y el resto lo hacen en Panamá. Constituyen una comunidad rica en expresiones artísticas que involucran música, danza y tradición oral. Pero por lo que es más conocida es por la elaboración de molas.
Los kuna, un ejemplo para el mundo
A pesar de su trágica historia, los kuna son un ejemplo de que se puede vivir en paz y equilibrio con la naturaleza. Por este motivo, les preocupan los cambios ambientales que está sufriendo el planeta. En cuanto a su organización social, las decisiones se toman por consenso y la participación en este campo es cada vez más activa.
Respecto a su economía, viven de la caza, la pesca y la agricultura, pero también exportan langostas, cacao y cocos. Subsisten con los beneficios que dejan el turismo y su trabajo artístico, especialmente en forma de molas, que también se exportan.
La tradición les dicta que la música y la danza son sagradas y les fueron dadas por mensajeros que aprendieron a interpretar los sonidos y movimientos de la naturaleza. En la concepción de los kuna, todo cuanto existe se manifiesta simultáneamente con una energía femenina y una energía masculina.
¿Qué son las molas?
Las molas son una expresión del arte textil, cuya técnica de elaboración es compleja y exclusiva de las mujeres de la etnia kuna. Se trata de la superposición de distintas capas de tela que luego se cosen entre sí, como un mosaico. Presentan una multiplicidad de diseños abstractos de gran colorido.
En las molas se representa la cosmovisión que el pueblo kuna tiene de su mundo interior y exterior. Por eso, son comunes las formas de laberinto que conectan con la vida y el cambio. De hecho, parten de una tradición ancestral que liga presente pasado y futuro, en una urdimbre simbólica que forma parte de la cotidianidad de sus vidas.
Las molas reflejan las formas de la naturaleza que les rodea y que los incluye como unidad. Estas también se enriquecen con los aportes creativos de la comunidad. Son como un libro que se abre para otorgar conocimiento: nos habla de la creación, de mitos, la historia y la vida.
El origen trascendental de las molas
Fue la diosa Kabaya quien trasmitió este oficio a las mujeres, y desde entonces se mantiene viva esta tradición. Hacer molas es una práctica que celebra la vida, de ahí que las mujeres solo pueden hacerlas cuando alcanzan la edad para ser fértiles.
Para la cultura kuna la mola se origina en el corazón de la Madre Tierra, un espacio sagrado donde habitan la perfección, el equilibrio, la felicidad y lo etéreo. Por eso, antes de que las molas fueran de tela, eran un arte tatuado en el cuerpo.
Las molas también tienen un significado dual, porque los kunas consideran que todo ser tiene una doble esencia. Este aspecto es fundamental para entender que una mola siempre conserva un doble sentido.
Las molas, un laberinto en todo sentido
Para los kuna, los caminos de los diferentes seres que pueblan el mundo se entrecruzan, de manera que los actos de un solo ser afectan al resto. De ahí la representación de esta situación en forma de laberinto, pues entraña una enorme complejidad.
Así, son las mujeres kuna las portadoras de este saber, ya que las molas que elaboran son parte de su atuendo personal. En este se plasma la manera de pensar, de sentir y de vivir el mundo. También constituye una manera de preservar la identidad y la memoria de un pueblo.
Las molas también cumplen una función protectora contra los malos espíritus dentro de la etnia kuna. Para las mujeres de esta cultura resulta una labor titánica ocuparse de los niños, las labores del hogar y el cuidado de los animales y, además, de la creación, elaboración y comercialización de sus molas, por eso es una labor sagrada.