Descubre el templo del Buda de Jade en Shanghai
Una de las visitas obligadas si viajas a Shanghai es el templo del Buda de Jade. Es el más célebre de la ciudad y acoge una orden de unos 70 monjes zen. Es, por otra parte, un templo budista bastante moderno, ya que fue construido entre 1911 y 1918.
Pero si hay algo por lo que es famoso es por las impresionantes y valiosas esculturas de Buda que guarda. Por ello, en realidad, debería llamarse el templo de los budas de jade, en plural, porque son varias las figuras que conserva en su interior.
La más impresionante es el Buda sentado. Pesa 200 kilos, mide dos metros y está ornamentada con piedras semipreciosas. Hay una segunda escultura de Buda realizada en jade blanco, en pose reclinada y más pequeña. Además, hay muchas escrituras y pinturas antiguas budistas distribuidas en los diferentes salones.
El templo del Buda de Jade
Los orígenes del templo del Buda de Jade se remontan al año 1882. Fue entonces cuando dos estatuas de budas hechas en jade llegaron a Shanghai desde Myanmar.
El templo fue destruido durante la revolución que derrocó a la dinastía Qing, pero se pudieron salvar las figuras de los budas y se construyó uno nuevo en el sitio actual. Fue en 1928 cuando recibió el nombre de templo del Buda de Jade.
La estructura principal la forman el Salón Devajara, el Salón Mahavira y la Torre del Buda de Jade. En los laterales se encuentran varios salones más: el Salón del Buda Reclinado, el Salón Amitabha Dian, el Comedor, el Salón Kwan-yin Dian y el Salón Zen Tang.
En la Torre del Buda de Jade es donde encontramos el Buda sentado y donde se conservan también más de 7.000 sutras o enseñanzas budistas de Dazang. Los otros dos budas de jade están en el Salón del Buda Reclinado.
Los budas
La más destacada es el Buda sentado. Retrata a Buda en el momento de la meditación y su iluminación. De casi dos metros de altura, con incrustaciones de ágatas y esmeraldas, se ubica en una sala un poco aislada.
La otra figura es un Buda de jade recostado. Mide casi un metro de largo, está reclinado sobre el lado derecho, apoya la cabeza sobre la mano derecha y tiene colocada la mano izquierda sobre la pierna, una postura denominada “reposo de la suerte”.
En el templo también hay otro Buda reclinado que tiene cuatro metros de largo y que se trajo desde Singapur en el año 1989 por el décimo abad del templo.
Ambos budas están tallados en brillante y cristalino jade blanco, material que los hace espectaculares. Estas dos extrañas reliquias budistas de jade son unas asombrosas obras de arte. Además de ellos, el templo alberga numerosas figuras, como las que se encuentran en el Gran Salón y en la Cámara de los Cuatro Reyes Divinos.
El resto del templo
En el edificio del mismo Templo del Buda de Jade hay que destacar el Gran Salón. Impresionan la espectacular decoración en el característico color rojo y las muchas y grandes figuras budistas. Frente al templo, en el lado sur del recinto, se encuentra la Cámara de los Reyes Divinos, que alberga cuatro grandes figuras budistas.
Los Tres Budas de Oro es una de las composiciones más espectaculares del templo. Representan a los budas Gautama, Amitabha y Bhaisajyaguru. Encontraremos también el conjunto formado por las figuras de Guanyin y Shen Cai y los 53 profesores, así como los 18 impresionantes arhats de oro colocados en doble fila.
El alma de Shanghai
Como otras grandes ciudades de China. Shanghai es una extraña mezcla de tradición e innovación. La oferta cultural de esta megaciudad es inmensa.
Aquí encontrarás jardines espectaculares, frondosas avenidas, paseos por la ribera del Bund y sus mansiones británicas. También inmensos centros comerciales e impresionantes museos de arte.
Pero la visita al templo del Buda de Jade es, sin duda, toda una experiencia. Es uno de los templos budistas más impresionantes que existen. Una visita que no defrauda y a la que realmente merece la pena dedicarle al menos un día de nuestro viaje a Shanghai.
Como curiosidad, añadiremos que a la llegada al templo suele haber un joven muy amable, que habla buen inglés y se ofrecerá a acompañarte en la visita por muy poco dinero. Es una buena opción para ubicarse bien en el recinto y, tras pagarle, continuar la visita más despacio a nuestro aire.