Depresión de Afar, un lugar colorido y letal
La depresión de Afar es considerada por muchos como un verdadero infierno en la Tierra, pues alcanza temperaturas de hasta 60 °C. Por ese motivo, está catalogado como el lugar más caliente sobre el planeta.
También es la depresión más honda sobre la corteza terrestre, al encontrarse 155 metros por debajo del nivel del mar. Se trata de un lugar que se origina en el Gran Valle del Rift, en donde se han hecho importantes hallazgos arqueológicos.
Aunque parezca increíble, en medio de lagos ácidos, salares y una atmósfera tóxica, allí se encuentra una forma de vida primitiva de bacterias. Sin embargo, más asombroso aún es que también habita un pueblo desde hace más de 2000 años.
Aspectos de interés sobre la depresión de Afar
La depresión de Afar se encuentra ubicada en el Cuerno de África, en un territorio que abarca parte de los estados de Yibuti, Etiopía y Eritrea. Esta es una región con gran actividad volcánica, caracterizada por el calor extremo y la sequía.
Allí se encuentra el lago Assal, a 155 metros por debajo del nivel del mar, con una superficie de 54 kilómetros cuadrados y una profundidad de 40 metros. Es considerado el cuerpo de agua más salado del mundo, con una concentración que alcanza el 35 %.
En cuanto al clima, se puede decir que es desértico y seco, de noches calurosas y presenta solo 2 estaciones. Durante la época de lluvias, la temperatura promedio es de 34 °C, mientras que durante el verano puede alcanzar los 60 °C; de ahí que sea considerado el lugar más caliente del planeta.
Esta región es particularmente famosa porque fue allí donde se encontraron restos fósiles de homínidos en hallazgos arqueológicos trascendentales. Destacan, de manera particular, el conocido como «Lucy», un homínido de la rama del Australopithecus afarensis.
Geología de este lugar tan curioso
En la depresión de Afar se presenta una triple superposición de placas tectónicas. Sus crestas dan origen al golfo de Adén y al mar Rojo en el Gran Valle del Rift. La actividad tectónica es tal que se pronostica que, en pocos millones de años, el Cuerno de África desaparecerá por completo.
Esto se debe especialmente a la descomunal energía desplegada por las placas tectónicas en el suelo profundo del lago Abbe. Allí, literalmente, el continente africano se está partiendo en dos.
Por otro lado, el mar Rojo ha ingresado a la depresión de Afar durante los últimos 200 000 años, con intervalos de aproximadamente 70 000 años. Ha dejado a su paso extensos estratos de sal que, de hecho, dan origen a los salares presentes allí. Por esa razón, los expertos en geofísica prevén que en el futuro estas arremetidas darán origen a un nuevo mar.
Zona de volcanes
El punto más elevado de la depresión de Afar es sin dudas el volcán Erta Ale, el cual forma parte de la extensa cadena dorsal del África oriental. Llama la atención que la lava basáltica eructada por este volcán sea igual a la expulsada por volcanes submarinos.
Estas erupciones tienden a ser violentas y abundantes, lo que genera gruesas capas de lava solidificada que vuelven prácticamente imposible la existencia de fauna y flora. Este volcán activo presenta lagos de lava fundida a temperaturas constantes de 1200 °C. Aun así, logra formarse una costra de color negro en su superficie que, cuando se rompe, produce efectos espectaculares.
En la depresión de Afar también se halla el cráter de Dallol, cuyo magma fundido forma un complejo sistema de canales subterráneos. Por allí también circula agua, lo que genera una amplia zona de géiseres y aguas hidrotermales.
Un paisaje surrealista
Los géiseres y aguas hidrotermales son resultado del encuentro del magma con el agua, lo que produce reacciones violentas, debido a las altas temperaturas y las presiones extremas. El resultado es un fenómeno multicolor, debido a los altos contenidos de azufre y óxidos de hierro.
Todo ello forma un paisaje surrealista con tonalidades amarillas, rojas y grises, entre otros colores. Este espectáculo colorido ocasionalmente desaparece como resultado del taponamiento de algunos canales, pero revive con más fuerza al cabo de algún tiempo.
El origen de este fenómeno tiene que ver también con el agua de lluvia que se filtra por las diferentes capas del suelo. Esta, al evaporarse, arrastra y disuelve estratos de sal que, al contacto con la superficie, forman una variedad de estructuras en combinación con los demás químicos.
Vida extrema
Un tipo particular de estructuras de superficie conocidas como bocas de ventilación presenta una forma alargada y hueca, con grosores de su corteza inferiores a un milímetro. Por allí son expulsados gases tóxicos para la gran mayoría de formas de vida.
Sin embargo, constituye el ambiente ideal para un tipo de microorganismos capaces de prosperar en medios extremos como las aguas del Dallol. Este tipo de bacterias primitivas, llamadas arqueas halófilas, son capaces de tolerar temperaturas superiores a los 100 °C y vivir en ambientes extremadamente salinos y ácidos, por lo que son motivo de estudio.
Esta es una particularidad que comparten con colonias similares encontradas en ecosistemas submarinos de lugares como las dorsales oceánicas. Por eso, también brindan la posibilidad a los científicos de comprender extrañas formas de vida que podrían existir en otros planetas.
El pueblo Afar
Aunque resulte difícil de comprender, allí también habita la cultura Afar, un pueblo capaz de soportar estas condiciones tan difíciles. En sus orígenes, hace más de 2000, años eran pastores nómadas.
Con el tiempo, se dedicaron a la extracción de sal, que explotan por medios artesanales y luego transportan en camellos para su comercialización. Por eso, es frecuente encontrar caravanas a un paso lento por antiguos senderos, en dirección a Tigray.
La mayoría de la población de la cultura Afar siente un profundo respeto y temor por el volcán, por lo que habitan a una distancia prudente de este. Dentro de su cosmovisión, consideran al volcán como la morada de un conjunto de espíritus de naturaleza maligna. Tanto este pueblo como el lugar que habitan son, en definitiva, una maravilla del planeta.