El David de Miguel Ángel
El David de Miguel Ángel, es sin dudas, una de las esculturas más espectaculares de toda la historia de la humanidad. Realizada en un enorme bloque de mármol, se encuentra ubicada en la Galería de la Academia de Florencia, esperando por tu visita.
Miguel Ángel y Florencia
Miguel Ángel Bounarroti es el artista del Renacimiento por excelencia. Fue arquitecto, escultor y pintor y sus obras eran de las más cotizadas de la época. Nació en Caprese, un pueblo de la preciosa Toscana italiana, el 6 de marzo de 1475.
Desde muy pequeño empezó a familiarizarse con las herramientas empleadas en escultura. A los 12 años, entró en el taller de la familia Ghirlandaio, donde comenzó sus primeros pasos en las técnicas y oficios artísticos, una formación en la que ya destacaba con respecto a sus compañeros.
Su relación con Florencia también comenzó muy pronto, pues a ella viajaba con su padre siendo todavía muy joven. Posteriormente, sería en esta ciudad donde, a sus 26 años, consiguiera la gran oportunidad del comienzo de su vida artística: crear la gran obra maestra de El David.
El David de Miguel Ángel, una obra maestra
El David de Miguel Ángel es una imponente escultura realizada en mármol blanco que ha pasado a la historia tanto por su belleza como por la enorme dificultad técnica que entrañó su realización, además de su significado para toda la ciudadanía de Florencia.
Se encuentra esculpida en un enorme bloque de mármol blanco, que los artistas de la época apodaron como «el gigante».
Se trata de una imponente mole pétrea que, previamente, varios artistas habían intentado trabajar sin éxito. Esta obra representa al Rey David momentos antes de enfrentarse a Goliat, un duelo que lo haría entrar en la historia para convertirse luego en el famoso Rey de Israel y en padre del Rey Salomón, ambos inspiración de innumerables historias, fábulas y leyendas.
Cuenta con nada más y nada menos que casi seis metros de altura. El promotor del encargo fue la Opera del Duomo de la catedral de Santa María del Fiore de Florencia.
El objetivo era completar una serie de esculturas para colocar en las inmediaciones de dicha catedral. Por ello, habían solicitado a varios artistas trabajar la pieza de mármol, pero estos solo consiguieron maltratarla.
Florencia.” width=”1024″ height=”768″ />Así, la Opera decidió retirar el bloque de mármol que estuvo guardado durante años, hasta que Miguel Ángel se atrevió a intervenir en él. Y no solo logró realizar una de las mejores esculturas del mundo, sino que consiguió sortear las grietas y desperfectos que los anteriores escultores habían proferido a este bloque de mármol traído desde Carrara, y así utilizar una piedra que todos daban por perdida.
De esta manera, entre 1501 y 1504, el gran Miguel Ángel Buonarroti trabajó en lo que sería su gran carta de presentación ante el mundo florentino e italiano como escultor. La presentó ante la ciudad en septiembre de 1504, pues fue colocada en la Plaza de la Signoria.
Allí estuvo ubicada hasta 1873, momento en el que fue trasladada a la Academia de Florencia para su mejor conservación. En su lugar, la ciudad puso una réplica de menor tamaño, para conservar uno de los emblemas de dicha plaza.
Desde su presentación en 1504, el David de Miguel Ángel se convirtió en una especie de símbolo de la libertad de los florentinos frente al gobierno de los Médici.
Dónde ver el David
Como se comentó con anterioridad, en la plaza se encuentra actualmente una réplica para mantener en resguardo y procurar la conservación del original. Este se encuentra en la Galería de la Academia de Florencia desde el año 1873.
A esta galería se puede llegar en autobús, gracias a las líneas de autobús 1, 17, 23 y 32, o caminando. En este museo florentino se ofrecen varios tipos de visitas guiadas, tanto generales como especializadas. Entre ellas, una enfocada en la figura de Miguel Ángel y de su impresionante David.
Al contemplarlo, podrás ver el ideal de la época de la belleza masculina. La minuciosidad de los detalles con los que su autor lo dotó, la tensión de los tendones y músculos y la dureza de la expresión de este personaje bíblico. Se trata de todo un emblema para la ciudad y para la historia del arte, que es cita obligada si vas a Florencia.