7 datos fantásticos sobre la Antártida
En la Antártida se presentan una multitud de fenómenos, y muchos de ellos son motivo de investigación: auroras australes, campos magnéticos, prismas de hielo y parhelios, entre muchos otros. De ahí la cantidad de estaciones científicas de muchos países presentes en la zona.
La Antártida tiene una riqueza extraordinaria en recursos minerales, al igual que en diversidad de especies marinas, muchas de ellas endémicas. Es un verdadero tesoro que no le pertenece a nadie, pero que la humanidad está obligada a proteger y conservar para asegurar el bienestar y el futuro del planeta. Te presentamos algunos datos fundamentales sobre este continente.
1. Es el continente más importante del planeta
Con sus 14 millones de kilómetros cuadrados, la Antártida es el cuarto continente más grande del mundo. Alberga el 70 % del agua dulce del planeta y presenta una capa de hielo de cerca de dos kilómetros de espesor. Este territorio es considerado el mayor desierto del mundo; en el 2018, se registró la menor temperatura de su historia: 98 °C bajo cero.
Asimismo, la Antártida fue el último continente en ser descubierto y posteriormente colonizado por seres humanos. Es el lugar más prístino sobre la faz de la Tierra, y se rige por un convenio conocido como el Tratado Antártico.
Este tratado fue firmado —hasta ahora— por 38 países y prohíbe la explotación de minerales, las actividades militares, la eliminación de residuos nucleares y las explosiones nucleares, entre otras actividades. Por el contrario, sí promueve la investigación científica en un contexto de no agresión y de cooperación mutua.
2. Érase una vez la Antártida tropical
El continente antártico como lo conocemos hoy existe desde hace unos 25 millones de años. Sin embargo, hace 170 millones de años, la Antártida formaba parte de un supercontinente conocido como Gondwana.
Fuerzas titánicas fracturaron el supercontinente en el Triásico y el Jurásico, con lo que se modificó el clima mundial y se desplazaron los continentes, hasta quedar como están en la actualidad.
En ese pasado distante, la Antártida se ubicaba en la zona ecuatorial, por lo que tenía un clima tropical y la habitaban un sinnúmero de especies de fauna y flora antiguas: invertebrados marinos, trilobites, amonites, dinosaurios, marsupiales, helechos, hongos, musgos y algas, entre muchas otras especies. Por si fuera poco, la Antártida también experimentó extinciones masivas de casi todas sus formas de vida.
3. El futuro cercano del continente blanco
Estudios geológicos detallados, que han requerido el uso de sofisticados radares de sondeo terrestre y tecnología satelital, han empezado a revelar lo que existe bajo el hielo: oro, antimonio, cromo, uranio, molibdeno y diamantes. También se confirmó la existencia del yacimiento de carbón más grande del mundo, así como la presencia de enormes yacimientos de hierro, petróleo y gas natural.
Por fortuna, su explotación está prohibida, o al menos lo estará hasta 2048 por el Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente. Aun así, hay quienes sospechan que no todos los países respetan este convenio y suponen que allí se desarrollan investigaciones solo como el preámbulo de explotaciones futuras.
4. Un par de antecedentes trágicos de la Antártida
Los primeros habitantes que tuvo la Antártida fueron británicos y estadounidenses, luego les siguieron los noruegos. Fueron residentes temporales, que desde 1786 se dedicaron a la caza de focas y que luego dieron origen a la bonanza ballenera.
Esta población alcanzó los 2000 habitantes y explotó estos recursos hasta 1966. Se llegó hasta casi la extinción de varias especies, particularmente de ballenas.
Por otra parte, un colosal agujero en la capa de ozono fue descubierto en esta zona durante la década del setenta, como consecuencia de emisiones industriales. Pero solo fue motivo de preocupación mundial hasta los años ochenta, cuando se implementaron medidas correctivas.
El ozono actúa como una barrera contra la radiación ultravioleta; su ausencia propicia el cáncer de piel y cataratas. Los efectos son peores en plantas y animales, y su recuperación solo se alcanzara hasta 2075.
5. Ciencia extrema
El interés científico en esta parte del mundo abarca todas las áreas del conocimiento, pero se centra especialmente en el campo de la climatología. En particular, interesa la interacción de los ecosistemas generados a partir de lagos por debajo del hielo. Estos se forman como consecuencia del calentamiento del agua, debido a fenómenos volcánicos.
Lo más extraordinario es que en estos lagos se han encontrado más de 10 000 tipos de virus diferentes, así como formas de vida extremófila, es decir, organismos capaces de vivir en condiciones donde se supondría que es imposible. A su vez, esto se complementa con la exobiología, área de la biología encargada de estudiar la posibilidad de vida por fuera del planeta Tierra.
6. Observaciones más allá de lo evidente
En la Antártida existe la atmósfera más transparente de la Tierra, motivo por el cual allí se encuentran varios observatorios astronómicos. También alberga extensas zonas gélidas con burbujas de aire antiguo atrapadas, que permiten conocer la atmósfera antigua. Igualmente, hay áreas tan cristalinas que se han instalado observatorios astrofísicos para detectar neutrinos.
Del mismo modo, se desarrollan investigaciones en torno al campo magnético del Polo Sur y su influencia en las auroras australes y los cambios en la ionósfera. En este sentido, se espera que en los próximos años sea construido el Centro Antártico Internacional. Esta se ubicará en la ciudad de Punta Arenas y en él trabajaran al menos medio millar de científicos de todo el mundo.
7. El mensaje de los dioses en la Antártida
Aunque el primer meteorito encontrado en la Antártida fue el Tierra Adelia en 1912, sin dudas, el más famoso fue el ALH84001, proveniente de Marte. Estudios posteriores han determinado que la Antártida es una verdadera mina de meteoritos; se calcula que de allí se han extraído alrededor de 20 000 meteoritos.
En última instancia, el continente también presenta cráteres ocultos, resultado de impactos por debajo de la capa de hielo que aún no se han descubierto. En este sentido, se sospecha que en la Antártida Occidental se encuentra el mayor cráter de impacto meteórico del planeta.