Tesoros de la litología española

El territorio español guarda interesantes tesoros geomorfológicos. Estos se han ido formando a lo largo de la historia en función de las diversas alteraciones que sufre el roquedo.
Tesoros de la litología española
Daniel Casas

Escrito y verificado por el geógrafo Daniel Casas.

Última actualización: 11 julio, 2020

Todos los países guardan verdaderas maravillas a lo largo y ancho de su geografía. Sin dudas, las que generan el tiempo y los agentes climatológicos sobre su roquedo son las más atractivas. Prueba de ello son los numerosos tesoros que presenta la litología española.

Los principales dominios litológicos son el silíceo, representado por rocas graníticas y mayoritariamente localizado al oeste peninsular; el calizo, en la zona oriental, y el arcilloso, acumulado en las principales cuencas sedimentarias. En las islas Canarias encontramos el cuarto tipo, monopolizado por rocas de origen volcánico.

La litología, del griego litos, (‘piedra’ ) y logos (‘estudio’), es la rama de la geología encargada de las características físicas y químicas de las rocas existentes en la Tierra. En tanto, la geomorfología es la rama de la geografía que se encarga del estudio y disposición que adoptan esos tipos de rocas sobre la superficie terrestre.

Partiendo de esas dos premisas, vamos a destacar algunos tesoros de la litología española que debes anotar para tus próximos viajes. ¡No te los pierdas!

1. Los Barruecos, tesoros de la litología silícea

Si imaginamos que la península ibérica es una tarta, el dominio litológico silíceo sería la base, lo más consistente, la galleta. En esta zona, localizada fundamentalmente al oeste peninsular y en áreas de montaña, encontraremos rocas cristalinas y rígidas. Estas responden a diferentes formas de alteración, según su localización altitudinal y climatológica.

Algunos de los iconos más representativos los encontramos en la provincia de Cáceres. Los Barruecos es un paraje que fue declarado Monumento Natural en 1996 por la Junta de Extremadura.

Reserva Natural Los Berruecos.
Imagen: Wikipedia.

Allí, las grandes masas de granito se han ido fracturando y erosionando a lo largo de la historia, y han formado espectaculares berrocales y acumulaciones de bolas al pie de las montañas. A veces, las bolas graníticas se disponen de forma caprichosa en las laderas y forman verdaderos caos graníticos.

Otros ejemplos de gran importancia los encontramos en la comunidad de Madrid, en parajes como La Pedriza, o en la Sierra de Gredos, con formaciones como Los Galayos.

2. La Ciudad Encantada

La litología caliza o kárstica está representada por rocas sedimentarias, formadas a partir de rocas u organismos prexistentes, depositados después de haber sido transportados por ríos y océanos. Esta área sería el bizcocho de la peculiar tarta mencionada con anterioridad.

Al oeste peninsular y formando una Z invertida desde los Prepirineos hasta Cádiz, se localizan los mayores espesores kársticos. Las formaciones son muy diversas y responden a la erosión que produce el agua sobre rocas de este tipo.

Este dominio litológico está representado por formaciones como los lapiaces o surcos esculpidos por la escorrentía, las simas, las gargantas y las dolinas o cenotes, que son cavidades originadas en lugares donde el agua se estanca.

En la provincia de Cuenca podemos disfrutar de la famosa Ciudad Encantada —en portada—, un parque turístico espectacular, donde podrás aprender y conocer el proceso geológico del karst. Del mismo modo, podrás admirar sus caprichosas formaciones geomorfológicas. Por sus peculiaridades, la Ciudad Encantada fue declarada Sitio Natural de Interés Nacional en 1929.

Otros hitos de especial interés turístico dentro del karst son las lagunas de Ruidera entre Albacete y Ciudad Real, el cántabro desfiladero de La Hermida o las abulenses Cuevas del Águila.

3. Los badlands de Fortuna, iconos de la litología arcillosa

Los adornos finales de la tarta los dejamos a gusto del consumidor. De cualquier manera, el dominio litológico arcilloso sería algo como el chocolate fundido sobre las capas anteriores, o incluso el azúcar glass que decora la última superficie de la tarta.

Las rocas arcillosas están constituidas por materiales sedimentarios poco resistentes, tales como arcillas, margas y yesos depositados a finales del Terciario. Su localización comprende buena parte de las depresiones y cuencas sedimentarias, y también las llanuras costeras del Mediterráneo.

Las badlands de Fortuna representan la litología arcillosa en España.

El agua de lluvia y arroyada desgasta las vertientes y los potentes grosores de las formaciones; así, genera figuras como cárcavas, mesas, páramos y solitarios cerros testigo, que son colinas aisladas de techo horizontal. A todo este conjunto, desarrollado sobre una amplia zona, se lo denomina badlands.

Los ejemplos más curiosos los encontramos en la Región de Murcia, concretamente en el municipio de Fortuna, aunque podemos disfrutar de vestigios de este tipo en muchas partes del país. Por ejemplo, en la zamorana localidad de Toro, en las Barrancas de Burujón en Toledo o en el granadino municipio de Guadix.

4. Las Cañadas del Teide

Para visitar paisajes de naturaleza volcánica en España, la mejor opción es hacerlo en las Islas Canarias. Estas se formaron durante la Era Terciaria, cuando el magma ascendió a través de grietas y fracturas formadas en el fondo marino, lo que dio lugar al archipiélago.

Los tipos de relieve más característicos son los conos volcánicos, los barrancos, los diques, los malpaíses y las calderas, que son cráteres circulares originados por el hundimiento de los volcanes.

Las Cañadas del Teide, paisaje clásico de Tenerife.

Sin dudas, los ejemplos más famosos los encontramos en la isla de Tenerife, en el Parque Nacional del Teide. Aquí podemos disfrutar de cientos de conos, coladas y cuevas que enriquecen, aún más si cabe, su interés científico y paisajístico. Además, este Parque Nacional fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2007.

España, tierra de tesoros

Por descontado, las Islas Canarias constituyen la guinda de este pastel que es la España geomorfológica, y que tiene mil y un lugares, como los que os hemos mostrado, aún por descubrir y saborear.

La naturaleza goza, por tanto, de libertad absoluta para configurar auténticas formaciones que recorren de principio a fin en este país, y que son una auténtica invitación para viajeros empedernidos que deseen admirarlos.