4 cosas que puedes hacer en tu visita a Jávea
Jávea es un precioso municipio de Alicante que ofrece numerosas distracciones: desde conocer su patrimonio a degustar su gastronomía. A continuación, te descubrimos estos y otros planes que ofrece y que te harán sacarle el máximo partido a la visita. ¿Nos acompañas en este recorrido?
1. Visitar los monumentos más significativos de Jávea
El municipio alicantino cuenta con diversos lugares de interés. Quizá, el más importante es la iglesia de San Bartolomé, considerada como Monumento Artístico Nacional. Se encuentra ubicada en pleno centro, data del siglo XVI y de ella sobresale especialmente su campanario, que se puede ver desde toda la comarca.
Seguimos el recorrido monumental por otras construcciones religiosas. Hablamos ahora de la parroquia del Mar, que tiene la particularidad de que el techo se asemeja a una quilla de barco y de que sus columnas externas bien podrían ser los tentáculos de un pulpo. Es, por tanto, un edificio mucho más moderno que el anterior.
Igual de recomendable es el monasterio de la Virgen de los Ángeles, perteneciente a la orden del los Jerónimos. A día de hoy está regentado por un único monje, aunque en verano recibe colonias de estudiantes extranjeros que se ven atraídos por la gran cantidad de encantos que ofrece Jávea.
Además de los edificios religiosos que acabamos de ver, se deben visitar los distintos molinos que están repartidos por el municipio, como la Safranera; y los dos torreones que servían antiguamente de vigía y que se conservan en perfecto estado. Uno está situado en el Portitxol, y el otro, en el Ambolo.
2. Ir a alguna de las playas de Jávea
Jávea dispone de diversas playas en las que poder relajarse o practicar algún deporte. Una de las más destacadas es la del Arenal, la única compuesta de arena de todo el municipio, por lo que es la más visitada por los turistas. La extensión de la misma no supera el kilómetro de costa.
Otras playas y las posibilidades que ofrecen son la de Granadella, perfecta para practicar submarinismo; la de Ambolo, frecuentada por nudistas; la del Benisero, que posee una zona delimitada donde practicar windsurf; o la de la Grava, situada junto al puerto, por lo que se puede aprovechar para visitarlo.
En Jávea también existen varias calas, como la del Portichol o La Sardinera. El acceso a esta última no es sencillo, pero merece la pena descender hasta ella para disfrutar de su entorno privilegiado. Y es que la naturaleza que la envuelve se mantiene prácticamente intacta.
En este apartado también habría que hablar de la Ruta de los Miradores de Jávea. Se trata de quince puntos estratégicos y señalizados a lo largo de la costa del municipio. A cada uno de ellos se puede acceder en coche. En caso de optar por ir a pie, para realizar el itinerario completo hacen falta tres horas de media.
3. Recorrer el Parque Natural del Macizo del Montgó
El Parque Natural del Macizo del Montgó es un paraje que posee una superficie de más de dos mil hectáreas y que protege al macizo que le da nombre, el cual alcanza una altitud máxima de setecientos cincuenta y tres metros. En dicho entorno se puede disfrutar del paisaje, pero también de la fauna que habita allí, entre la que destaca el águila perdicera.
Por otro lado, en el Parque Natural del Macizo del Montgó se organizan diversas actividades guiadas para disfrutar de ese maravilloso entorno al tiempo que, por ejemplo, se practica senderismo, para lo que existen varios itinerarios. Para ello hay que dirigirse antes al centro de visitantes, ubicado en el municipio de Dénia.
“En toda caminata por la naturaleza, uno recibe mucho más que lo que busca.”
-John Muir-
4. Probar la gastronomía local
Igual de recomendable es degustar los platos típicos de Jávea, como el esgarrat, una especie de ensalada con pimiento rojo asado y bacalao en salazón, entre otros ingredientes; o el polp amb penca o pulpo con cardos. Tampoco pueden faltar los arroces (al horno, paella con boquerón y espinacas…).
Respecto a los postres, destacan aquellos elaborados con productos típicos de la zona, como la naranja, la almendra, las pasas o los higos. Algunos ejemplos son la torta de almendra, la coca María, los pastissets, la sopà, que es una especie de natilla tradicional; la casca, típico del día de Reyes; y la pelota dulce.