Conoce la Feria de la Alasita en La Paz

Cada mes de enero, en la ciudad boliviana de La Paz se celebra una feria en que deseos en forma de miniaturas se transforman en realidad a través de la fe. Es la Feria de la Alasita. ¿Tú también quieres transformar tus deseos en realidad? Veámos cómo lo hacen los paceños.
Conoce la Feria de la Alasita en La Paz
David Díaz

Escrito y verificado por el historiador David Díaz.

Última actualización: 23 marzo, 2020

Bolivia es uno de los países de Sudamérica donde todavía podemos palpar elementos del sincretismo religioso que se fue forjando entre las poblaciones indígenas de la región tras el encuentro con las poblaciones europeas. Una muestra de ello es la famosa Feria de la Alasita.

Esta festividad,  inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, se celebra en la ciudad de La Paz. Comienza el día 24 de enero y dura entre dos y tres semanas. Acompáñanos para descubrir esta curiosa feria paceña.

Orígenes de la Feria de la Alasita

Durante los días que dura la feria, los visitantes compran figuritas de la buena suerte vinculadas al culto de Ekeko. Esta es una deidad de origen prehispánico vinculada a la producción, reproducción, fertilidad y bienestar humano. Los investigadores sostienen que la Alasita tiene sus orígenes en una celebración de carácter ritual prehispánica celebrada en el solsticio de verano (21 de diciembre).

Figura de Ekeko
Ekeko

La festividad estaba dedicada al dios Ekeko y consistía en intercambiarse miniaturas, amuletos que simbolizaban y propiciaban la fuerza reproductiva de los objetos, alimentos, animales y personas. Según fuentes provinientes de leyendas populares o crónicas coloniales, esta festividad fue prohibida durante la época de la colonia, aunque se continuó realizando de forma clandestina.

La leyenda de Alasita cuenta que durante el cerco de Tupac Atari a La Paz, la ciudad quedó desabastecida. Sin embargo, el gobernador se percató de que la servidumbre sí que disponía de alimentos. ¿Cómo podía ser? Interrogó a una joven que trabajaba en la casa y ella le contó que se los había traído el Ekeko.

Fue tras el cerco de la ciudad en el año 1789 cuando se volvió a legalizar la festividad de la Alasita y a las representaciones existentes de la deidad se le sumó la de defensor de la ciudad.

Eso sí, algunas cosas se cambiaron. Por ejemplo, se blanqueó la figura del Ekeko representándolo como un hombre regordete, blanco o mestizo con las mejillas rosadas. También se cambió la fecha de la celebración, primero pasó al mes de octubre para, finalmente, establecerse el 24 de enero.

La Feria de la Alasita hoy en día

Monedas rituales

En el parque Urbano Central se concentran alrededor de 5000 artesanos que se instalan en la feria para vender miniaturas. El ritual consiste en la adquisición de estas miniaturas que representan objetos de la vida cotidiana como pueden ser automóviles, casas, ropa, electrodomésticos, dinero, etcétera.

El día 24 al mediodía estas miniaturas son sometidas a un ritual. Este puede consistir en una ch´alla, ritual andino por el cual se rocía el suelo con alcohol, pétalos de flores, incienso u otros adornos coloridos. También pueden ser bendecidas por sacerdotes católicos.

El fin último de esta ritualización es que las miniaturas cobren un nuevo significado para quienes depositaron su fe en ellas. O sea, que se trata de que las figuritas se conviertan en realidad. Otra de las prácticas habituales realizadas por los participantes de la feria es la de intercambiarse figuras como una forma de saldar, simbólicamente, sus deudas.

Por ejemplo hay gente que compra billetes en miniatura para asegurarse tener dinero durante todo el año. Otros compran títulos universitarios para terminar los estudios o maletas que simbolizan un viaje. También es común comprar o regalar figuras de gallos o gallinas a personas solteras, pues con ellas encontrarán a la pareja ideal. Y a las que no tienen hijos se les regala una miniatura de un bebé.

¿Qué papel juega la feria en la sociedad paceña?

Figuras en la Feria de la Alasita

Esta feria resulta verdaderamente interesante, no solo por la parte más folclórica, sino por su contribución a la cohesión social. Esto significa que la participación no se restringe a un único sector de la población. Los paceños ricos, pobres, católicos o aimaras concurren masivamente a la feria.

Otro elemento destacado del papel que juega esta feria a nivel social es el de apaciguador de tensiones entre personas y clases sociales. Esto es así por esa práctica de entregar miniaturas como una forma de pago simbólico de deudas.

Si te interesa conocer mundos nuevos y distintos, la Feria de la Alasita en La Paz no te defraudará. Ahora bien, si te es imposible emprender el viaje a la capital más alta del mundo, informarte que esta feria ha sido exportada por la comunidad boliviana a otras partes del mundo. Así, la podrás festejar en Buenos Aires, Madrid, Barcelona o Sevilla.