Connemara, los paisajes más impresionantes de Irlanda
En el oeste de Irlanda y en un área comprendida por una gran península, un puerto y una bahía, Connemara es uno de los paisajes más bonitos que podamos encontrar en tierras de duendes y tréboles. En este artículo vamos a dar un paseo por un rincón donde la historia y la naturaleza conviven en armonía.
Connemara, entre montañas y tribus
La palabra Connemara deriva de Conmhaicne Mara que quiere decir “los descendientes de Con Mhac, del mar” y se refiere a un antiguo grupo tribal que vivía en la zona y que tenía ramificaciones ubicadas en diferentes partes de Connacht. Esta en particular vivía más cerca del agua (por eso “del mar”) en lo que hoy se conoce como lago Corrib, al oeste del Condado de Galway.
La frontera entre Connemara norte y sur está marcada por las montañas de Na Beanna (o Twelve Bens) y el río Owenglin, que desemboca en el mar a la altura de Clifden. Las demás tierras están delimitadas por las montañas Maumturks, el lago Oorid y el río Invermore.
Si bien la palabra Connemara se emplea para describir el condado de Galway o para describir las zonas donde se habla irlandés de Gaeltacht, lo cierto es que en sus inicios era el nombre de la principal tribu. En la actualidad está dividida en cinco parroquias con preciosos pueblos. Y, a lo largo de su territorio no es extraño encontrar conjuntos megalíticos.
De paseo por Connemara
Con tal presentación es probable que quieras conocer mejor Connemara. Pues bien, en esta región podrás disfrutar de verdes colinas, de idílicos castillos reconvertidos en hoteles, bosques, praderas y preciosos lagos.
Esta es una de las áreas naturales mejor conservadas de toda Irlanda. Y para contemplarla en todo su esplendor deberás subir a Diamon Hill. Desde esta colina se puede ver el lago Kylemore, el fiordo Killary y los Twelve Bens, los picos más conocidos de Connemara.
Un recorrido típico por esta región comienza en el lago Corrib, en uno de cuyos extremos se encuentra Galway, la capital del condado. Desde sus orillas podrás ver algunos de los casi 1200 islas e islotes que hay en sus 178 km² de extensión.
Dirigiendo los pasos hacia el oeste aún se podrán ver otros lagos más pequeños y también la línea de la costa, con playas preciosas y el ya mencionado fiordo Killary, el único que hay en el país.
Los pueblos de Connemara
No solo paisajes, en Connemara también hay pueblos encantadores. En el camino se descubre Clifden. Es la localidad más poblada de Connemara y se sitúa a orillas del océano Atlántico, a 75 kilómetros de Galway. Desde aquí podremos acceder a casi la mayoría de los sitios de interés.
También merece la pena parar en Cong, donde John Ford rodó El hombre tranquilo. Es un precioso pueblo de ambiente tranquilo, casas típicas y donde podrás visitar las ruinas de una antigua abadía en medio de un paisaje de lo más idílico.
La abadía de Kylemore, la joya de Connemara
Esta preciosa construcción es el principal atractivo de esta zona. Está situada en un paraje privilegiado junto a un lago y protegida por un hermoso valle, por ello el edificio de piedra gris destaca entre tanto verde de los árboles. Este lugar fue construido en el siglo XIX por un acaudalada familia de Manchester, que se enamoró del lugar tras visitarlo.
Pero la historia es bastante triste. Como muestra de amor, el hombre construyó esta bella mansión para su esposa, pero esta fallecía poco después. Tras aquello, la casa pasó por varias manos y sufrió el abandono, hasta que la compraron las monjas benedictinas, de ahí que hoy se conozca como abadía.
Además de la mansión, se puede visitar una preciosa iglesia neogótica y los jardines victorianos que rodean la construcción y que son de lo más encantador.
“Está bien tener un final para un viaje, pero al final, es el viaje lo que importa.”
– Ernest Hemingway –
El Parque Nacional de Connemara es uno de los lugares que no puedes perderte si viajas a Irlanda. Una zona de una belleza salvaje, como dijo Oscar Wilde.