Las Cinco Villas de Ávila, una constelación en un valle

Las Cinco Villas de Ávila son un grupo de municipios de montaña que guardan un encanto especial. Su arquitectura y su entorno en plena sierra de Gredos son un gran atractivo para viajeros y deportistas.

Escrito y verificado por el geógrafo Daniel Casas.

Última actualización: 07 abril, 2020

¿Quién dijo que las constelaciones solo están formadas por grupos de estrellas y astros? Las Cinco Villas de Ávila constituyen una magnífica muestra de gran belleza paisajística. A veces es necesario fijarse en el conjunto sobre lo individual para poder comprobarlo, como ocurre con las constelaciones.

Algo parecido tiene lugar en este bonito valle formado por cinco estrellas rurales de gran atractivo arquitectónico y situadas al sur de la provincia de Ávila. Cuevas del Valle, Mombeltrán, San Esteban del Valle, Santa Cruz del Valle y Villarejo del Valle son los pueblos que forman esta singular ‘constelación terrenal’ y de las que os queremos hablar.

1. Cuevas del Valle, sobre las nubes

Esta villa es la más elevada de la comarca. Está situada a 848 metros de altitud, corona el conjunto de pueblos del valle y se levanta a los pies del puerto del Pico. Tanto es así, que cuando se producen nieblas de advección parece que el pueblo flota sobre las nubes.

Otros atractivos de la villa se encuentran en el casco viejo, donde se puede disfrutar de su arquitectura popular como el Ayuntamiento viejo, el conjunto de soportales y balcones volados o sus sinuosas y empinadas calles.

Por otro lado, el municipio también acoge una iglesia de estilo gótico que data del siglo XV, dos ermitas, dedicadas a San Antón y a la Virgen de las Angustias y una pintoresca plaza de toros rectangular.

2. Villarejo del Valle, refugio de las Cinco Villas de Ávila

Por debajo de Cuevas y al abrigo del Collado del Pinar se sitúa Villarejo del Valle. Aquí el mayor atractivo lo encontramos en sus populares calles y en sus famosos encierros durante sus fiestas de verano. Por otro lado, guarda reliquias artísticas como la iglesia de San Bartolomé, de estilo gótico isabelino. Esta acoge en su interior tres retablos barrocos y un órgano.

En sus calles encontraremos algunos curiosos monumentos que dan fe de las labores que han caracterizado a esta villa a lo largo de su historia, así como de su fauna autóctona. Algunos de ellos son la escultura en forja a los arrieros y otra a la cabra montés, muy extendida en esta zona.

Además, en su plaza se puede visitar el rollo o picota jurisdiccional. Este simboliza la independencia de Mombeltrán, que es su cabecera comarcal, junto a él verás una fuente de 1837.

3. San Esteban del Valle

Esta villa es la estrella más alejada de nuestra peculiar constelación. Está tapizada de viñas y olivares por todos sus costados. Con este dato, nos podemos hacer una idea de dónde emana la base económica de pequeño municipio de 720 habitantes.

Entre sus atractivos destaca la iglesia de San Esteban del siglo XV y estilo gótico isabelino. Desde ella se observa una espectacular panorámica de todo el valle. En su interior conserva la pila bautismal donde se dice que fue bautizado el patrón de la localidad, san Pedro Bautista.

San Esteban conserva también otros lugares con mucho encanto, como las cuevas del Arroyo, antaño utilizadas como despensa y hoy rehabilitadas, o el pilón, una fuente de granito que data de principios del siglo XVI.

4. Santa Cruz del Valle

Es la villa situada más al sur. Su casco urbano es muy pintoresco. Este expone pinturas murales de temática etnográfica en sus fachadas, que aportan mayor originalidad si cabe a todo su conjunto.

La fisionomía de este pueblo es un auténtico espectáculo: calles sinuosas, rincones, pasadizos y fuentes crean una sensación laberíntica muy deleitosa. Además, posee otros atractivos como el museo del aceite de oliva, un rollo jurisdiccional esculpido en granito azul o su iglesia, que data del siglo XVI.

5. Mombeltrán, capital de las Cinco Villas de Ávila

Al fondo del barranco se alza majestuosa la villa de Mombeltrán. Esta aún guarda el aroma de su pasado señorial, pues fue la cabecera de estas tierras y donde Juana la Beltraneja se refugió en la sucesión al trono de Castilla.

Anteriormente y gracias a los ingresos del impuesto de montazgo se despertó el interés de la nobleza castellana por estos territorios, de ahí que en el año 1393 este poblado obtuviera la carta de villazgo.

Su emblema monumental más representativo es el castillo de los Duques de Alburquerque, de finales del siglo XV, con planta rectangular y torres en sus cuatro ángulos. Desde él se divisan todas las tierras del valle.

También podemos visitar el Hospital de Peregrinos de San Andrés, fundado en 1517, la iglesia de San Juan Bautista, declarada Monumento Histórico Artístico o la Cruz del Rollo. Esta última constituye el símbolo de la obtención del título de villa.

Como hemos visto, el atractivo arquitectónico y urbanístico que guardan las calles de estos pequeños pueblos de montaña es espectacular, pero eso no es todo. Esta comarca es el refugio imprescindible para los amantes del senderismo, de la gastronomía montañesa y de la naturaleza en estado puro.

Por tanto, las Cinco Villas de Ávila es el lugar perfecto para disfrutar de buenos momentos de ocio y relax alejado de las grandes y ruidosas ciudades. Sin duda, es una de las constelaciones terrestres localizadas a muy pocos años luz de excelentes viajeros como tú.