El cementerio de Okunoin de Japón y la leyenda de los espíritus
El cementerio de Okunoin es de los lugares más importantes de Japón para el budismo shingon. Esta es una de las principales escuelas del país, la que más seguidores tiene. Por eso, cada año miles de budistas japoneses peregrinan para conocer este lugar tan especial.
El cementerio de Okunoin guarda muchas leyendas que te dejarán con la boca abierta. Sin ir más lejos, se dice que en él no hay muertos, sino espíritus. También se dice que el gran maestro budista Kobo Daishi, enterrado aquí, en realidad no falleció, sino que lleva más de un milenio en estado de meditación tras llegar al nirvana.
Si te gusta visitar cementerios, no te dan miedo o respeto, o incluso te apasiona conocerlos, debes saber que es obligatorio que visites el cementerio de Okunoin. Es el más grande de todo Japón y pasear por él no deja indiferente a nadie.
¿Dónde está el cementerio de Okunoin?
El cementerio de Okunoin se encuentra en Wakayama, en el monte Koya. Las ciudades más cercanas, y desde las que te recomendamos ir, son Kioto y Osaka. A esta zona también se la conoce como Koyasan.
Fue Kobo Daishi, el introductor del budismo shingon en Japón, quien decidió construir en el punto más alto de este monte un templo. Con el tiempo se han unido otros y en la actualidad hay al menos de un centenar de templos.
De esta manera, el monte Koya es el destino preferido para meditar por los budistas. Y también se ha convertido en un importante punto turístico para los viajeros que visitan Japón.
La espiritualidad del cementerio de Okunoin
Kobo Daishi está enterrado en el cementerio de Okunoin. Pero, como ya hemos adelantado, la leyenda dice que está en meditación. Esto ha originado al cabo de tantos y tantos años que miles de personas quisieran ser enterradas junto al monje.
Por eso, son más de 200 000 las tumbas que hay en el cementerio de Okunoin. Y la leyenda dice que todas esas personas son ahora espíritus que viven en este lugar. Pasear por allí tiene un algo especial por todo lo que se cuenta.
En realidad, en este sitio se respira una tranquilidad y una paz que hacen creer que no estás realmente en el cementerio más grande de Japón.
Qué ver en el cementerio de Okunoin
Cuando estés en el cementerio de Okunoin podrás pasear por un estrecho camino que tiene dos kilómetros y que está flanqueado por tumbas. Son todas muy distintas, sobre todo en la parte más interna. En el lado moderno sí se ve más uniformidad, pero según vas adentrándote la esencia lo cambia todo.
Verás tumbas más grandes y tumbas más pequeñas, al igual que las esculturas de Buda. Algunas de esas estatuas están cubiertas con un pañuelo rojo, lo que simboliza la protección que piden las madres para los pequeños fallecidos.
A medida que te adentres más y más, la belleza del cementerio de Okunoin aumenta. La vegetación comienza a invadir las lápidas, que ahora aparecen menos ordenadas que al principio del recorrido.
En el trayecto te encontrarás con un pabellón conocido como Torodo Hall. Está repleto de lámparas encendidas. Hay más de 10 000 y es un escenario que te dejará sin palabras. Dos de estas lámparas se dice que llevan tres milenios encendidas de manera continuada.
Al fondo del trayecto en el cementerio de Okunoin permanece el mausoleo de Kobo Daishi. Este es el destino para los miles de budistas que peregrinan desde todo Japón hasta este cementerio.
¿En qué momento del día visitarlo?
Puedes visitar el cementerio de Okunoin a cualquier hora del día. Para ver todos los detalles de las lápidas y las esculturas, lo mejor es acudir por la mañana o a primera hora de la tarde por la luz.
Pero también es un lugar que adquiere cierta belleza cuando se pone el sol. Puedes ir justo antes del ocaso para poder disfrutar del cementerio de Okunoin de día y en el momento en el que cae la luz.
También puedes ir de noche, pero eso solo es recomendable para los más valientes. Puede que cuando vayas coincidas con los monjes que cada día visitan el mausoleo de Kobo Daishi para realizar rituales budistas.