La catedral de Burgos, joya gótica y mucho más
Burgos posee una de las catedrales más hermosas de España. Y, sobre todo, siempre que se habla de arte gótico hay que citar a la catedral de Burgos, cuyo nombre completo es Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Santa María. No obstante, es evidente que las formas medievales del gótico son las predominantes en este templo, pero en realidad visitarlo supone darse un paseo por gran parte de la historia del arte.
Orígenes de la catedral de Burgos
En este mismo solar hubo una iglesia anterior románica, pero en el año 1221 se iba a poner la primera piedra del actual templo catedralicio. Una construcción claramente inspirada en las grandes catedrales góticas francesas como las de Notre Dame en París o la de Reims.
Especialmente esta última, la de Reims, fue el modelo que siguió uno de los principales responsables de la construcción, el Maestro Enrique, quien por cierto también trabajó en otra de las grandes obras góticas que se pueden visitar en tierras castellanas: la catedral de León, prácticamente contemporánea a la burgalesa.
“La arquitectura es el gran libro de la humanidad.”
– Victor Hugo –
La visita a la catedral de Burgos
1. Las portadas del templo
En aquel primer momento constructivo no solo se creó la base de toda la catedral, también se le dotó de un repertorio escultórico de primer nivel para la época. El cual hoy en día sigue luciendo en dos de sus portadas: la de Sarmental y la de la Coronería.
Ambas puertas tienen un estilo claramente gótico, que contrasta mucho con otra de las portadas históricas del templo: la de Pellejería, ya abierta en el siglo XVI y con un estilo más propio del arte plateresco del Renacimiento.
2. La gran fachada de la catedral burgalesa
Las portadas son elementos que siempre llaman la atención en las fachadas de las iglesias, pero también atraen poderosamente la atención las torres campanario, siempre que las haya. Y por supuesto, la catedral de Burgos tiene dos grandes torres en su fachada principal. Si bien hay que advertir que se levantaron con mucha posterioridad a los inicios de la construcción.
Sin embargo, lo más interesante es que, aunque las dos grandes agujas caladas de la torres son del siglo XV, siguen siendo construcciones claramente góticas. Y es que su arquitecto diseñador fue Juan de Colonia, por cuyo nombre podéis deducir que era de origen alemán, y más concretamente de la ciudad donde está la catedral gótica alemana por excelencia: la de Colonia.
3. En el interior de la iglesia
Si contemplar el exterior del templo ya es suficiente motivo para visitar la ciudad de Burgos, ese interés todavía se incrementa adentrándonos en su interior. En él nos esperan todavía más obras de arte que funden su belleza con los valores históricos e indudablemente su carácter espiritual y religioso que inspiró su creación.
Como decíamos al principio, allí nos espera un bellísimo repaso a la historia del arte religioso español, ya que podemos ver obras originadas en el gótico junto con otras que ya surgieron en el siglo XVIII como es el caso de la sacristía o la capilla de Santa Tecla.
Así que, dado que puede ser abrumador, os vamos a indicar cuáles son los elementos imprescindibles de admirar durante el recorrido por el templo.
Una de las obras más admiradas es el retablo de la Capilla de Santa Ana que realizó el escultor gótico Gil de Siloé, quien trabajó a aquí en el siglo XV. Y también aquí realizó algunas de sus mejores obras su hijo Diego de Siloé, autor de obras más renacentistas como la Capilla de los Condestables o la espectacular Escalera Dorada.
También merece la pena contemplar la sillería de madera ricamente labraba que hay en el coro, así como un sinfín de sepulcros góticos y renacentistas. Aunque si hablamos de tumbas, entonces hay que acercarse hasta las del Cid y su amada Jimena, dos de los personajes más queridos en la historia de esta ciudad castellana.