Una visita al castillo de la Aljafería en Zaragoza
El castillo de la Aljafería es una de las joyas monumentales que posee la ciudad de Zaragoza y, por regla general, es una de las grandes sorpresas que se llevan los viajeros. Y es que esta fortaleza de aspecto palaciego, o este palacio fortificado, es, ni más ni menos, que una de las construcciones de época musulmana más esplendorosas de España.
El castillo de la Aljafería o Palacio de la Alegría
Hoy en día el castillo de la Aljafería está restaurado en gran parte, con diferentes ampliaciones de época cristiana y hasta con adaptaciones muy recientes. De todo ello os vamos a hablar en los siguientes párrafos, pero ahora os contaremos los orígenes del monumento que vamos visitar.
El castillo de la Aljafería se construyó en la segunda mitad del siglo XI, así que pronto tendrá mil años de historia. Y lo impulsó el sultán Abu Yafar, por eso se llamó “al-yafariyya”.
Pronto se le conoció como el Palacio de la Alegría, ya que su belleza estaba concebida para deslumbrar a todo el que lo visitara y también para deleitar a los que allí vivían.
Recorrer hoy el castillo de la Aljafería
Hoy en día, lo cierto es que también es un deleite hacer la visita al castillo de la Aljafería. Un itinerario que se sumerge en los patios musulmanes, lo que fue el Salón Dorado o en el viejo oratorio orientado hacia La Meca. Todo ello es una parte restaurada y en gran parte reconstruida, ya que durante décadas el palacio fue una enorme ruina.
Sin embargo, hace unas décadas se decidió que el interior del castillo de la Aljafería albergara el Parlamento de Aragón. Gracias a esta decisión también se habilitó todo el monumento para su visita.
Y cuando decimos todo, nos referimos no solo a su parte musulmana, sino también a las construcciones de época cristiana, como el área del Palacio de Pedro IV o el salón del trono que mandaron construir los Reyes Católicos, aunque ellos nunca residieron aquí. Una visita, por tanto, de lo más completa.
La torre del Trovador
En ese recorrido por el interior de palacio hay un lugar realmente curioso, que por otra parte es lo más antiguo del conjunto. Se trata de la Torre del Trovador, que es el gran torreón interno que se distingue por ser el único cuadrado.
Pues bien, esa torre se levantaría en el siglo IX, antes de que el castillo de la Aljafería fuera el gran palacio del reino de taifas de Zaragoza o, como se decía entonces, Sarakusta. Y no solo eso. Sino que aquí se generó una leyenda que inspiró el relato de la célebre ópera Il Trovatore de Giuseppe Verdi.
El castillo de la Aljafería desde fuera
La visita al interior del castillo de la Aljafería es casi una obligación para todos aquellos que viajan por primera vez a Zaragoza, ya que este monumento, junto a la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, la Catedral de la Seo o el teatro romano es una de sus joyas patrimoniales y una espectacular muestra de los dos milenios de historia de la ciudad.
El horario de visita es bastante amplio, y tan solo se reduce en el caso de importantes acontecimientos oficiales, porque no hay que olvidar que una parte del castillo de la Aljafería son las Cortes de Aragón.
No obstante, para aquellos que ya conozcan su interior o los que viajen con prisas y no puedan entrar, al menos es muy interesante a contemplarlo por su parte externa, ya que se sitúa en un amplio parque que permite rodearlo para así ver su aspecto militar exterior, que en gran parte se debe al amurallamiento que se levantó en tiempos de Felipe II.
Los múltiples usos del castillo de la Aljafería
Esta joya del patrimonio aragonés nació con la vocación de ser la residencia del sultán de Zaragoza y que impresionara a todos los emisarios que allí recibía. Hoy en el siglo XXI también es la sede del poder, pero ahora democrático.
Pero entre uno y otro momento, el castillo de la Aljafería ha tenido innumerable usos. Fue palacio cristiano. Y posteriormente sirvió como prisión y sede del tribunal de la Inquisición. Más tarde fue un cuartel militar, y sufrió graves daños en los combates de la Guerra de la Independencia, ya que aquí se atrincheraron las tropas francesas.
Tras eso fue convirtiéndose poco a poco en una ruina, hasta que ya en el siglo pasado se emprendió su reconstrucción, para que finalmente lo disfrutemos hoy en día transformado en una visita turística imprescindible en la capital maña.