Visita el castillo de Dunvegan en la isla de Skye
Escocia se está convirtiendo en los últimos años en el destino favorito de muchos viajeros. Es así por muchos motivos: su patrimonio medieval, su atractivo natural, las leyendas que rodean sus pueblos y ciudades y un sinfín de atractivos más. En una de sus islas, en Skye, encontramos el castillo de Dunvegan, un lugar mágico. ¿Te vienes con nosotros a conocerlo?
El castillo Dunvegan, un lugar de leyenda
El escenario en el que se levanta este castillo ya parece sacado de un cuento de hadas. Está sobre un promontorio rocoso y a sus pies hay un lago precioso, que termina de añadir ese toque legendario y misterioso que le faltaba al lugar.
Su historia
Este castillo ha sido durante más de ocho siglos propiedad de los McLeod. Es uno de los clanes principales de Escocia. Todo comenzó cuando uno de los hijos del rey Olaf, que gobernaba la isla de Man, se casó con la heredera legal de la isla de Skye.
No se sabe la fecha exacta en la que se edificó, pero debió ser en el siglo XIII. Sin embargo, a lo largo del tiempo se fue ampliando y sufriendo diferentes modificaciones. En el siglo XVI, por ejemplo, se añadió una torre. Y ya en el XIX una profunda remodelación supuso la construcción de tres nuevas torres y almenas.
La leyenda del castillo de Dunvegan
El castillo guarda una joya: la Fairy Flag. Es una bandera muy especial que salvó la vida de este clan en al menos dos ocasiones tras ser desplegada. En las batallas de Glendale y Trumpan hizo que, al ser vista por los demás, se unieran a los McLeod y salieran victoriosos. ¡Se doblaron las tropas!
La Fairy Flag es tesoro más valorado y mejor guardado de Dunvegan. Y también es uno de los reclamos turísticos más importantes del castillo.
Pero el origen de la bandera tiene su propia leyenda. Cuenta que uno de los jefes del clan de los McLeod tuvo un hijo con una princesa de las hadas. Pero esta princesa no podía permanecer en la tierra de los mortales, por lo que tuvo que regresar al país de las hadas.
Cuando el jefe del clan se despidió de su amada, esta envolvió al niño en un chal con poderes mágicos. Este chal sería luego la famosa Fairy Flag, la bandera mágica que protegió el castillo y a sus habitantes. El puente en el que los amantes se separaron aún se mantiene en pie. Puedes verlo durante tu vista al castillo.
Los jardines del castillo
Aunque el castillo de Dunvegan es en sí una maravilla, sus dos hectáreas de jardines forman un paisaje idílico. Se construyeron en el siglo XVIII, a partir de un pequeño bosque autóctono. Y aunque durante el tiempo pasaron por épocas de abandono y otras de esplendor, hoy son uno de sus mayores atractivos.
Esto es gracias a que a mediados del siglo XX, el entonces jefe del clan McLeod quiso que esos jardines fueran un lugar que todo el mundo quisiera visitar. Por ello, reunió a un equipo de jardineros para dar una nueva vida a espacios que estaban abandonados y crear otros nuevos de igual belleza.
No solo plantas y árboles forman el encanto de estos jardines. Aquí verás cascadas, estanques, arroyos y puentes hermosos que conectan con el lago sobre el que se levanta el castillo. ¿Se te ocurre un paisaje más hermoso?
Y en tu paseo es posible que te encuentres con unos animales que te van a sorprender. En el lago podrás contemplar a las focas que viven en él y que no suelen esconderse. Si das un pequeño paseo en barco las verás tranquilamente. ¡No te lo pierdas!
La visita al castillo
El castillo de Dunvegan sigue habitado por miembros del clan McLeod, pero se pueden visitar algunas estancias. Eso sí, solo permanece abierto al público desde Semana Santa a mediados de octubre. Fuera de esas fechas hay que concertar visitas en grupo.
En el recorrido por el interior del castillo podrás ver la mítica bandera de la que te hemos hablado. Pero también se exhiben joyas como la divisa del clan, del siglo XIV; o la Copa de Dunvegan de finales del siglo XV.
Como ves, la isla de Skye y su castillo de Dunvengan son lugares que hay que visitar en cualquier viaje por tierras escocesas. No te arrepentirás de ello.