El Castillo de coral de Florida y su encantadora historia
El Castillo de coral de Florida es una enigmática estructura arquitectónica diseñada y construida por Edward Leedskalnin, un inmigrante estadounidense proveniente de Letonia. Al principio, esta edificación fue bautizada por Leedskalnin como Rock gate o ‘Puerta de roca’.
Sin embargo, posteriormente fue renombrada como Coral Castle o ‘Castillo de coral’ cuando se convirtió en museo. El cambio de nombre obedeció a la presencia de una almena semejante a una torre acompañada de una serie de murallas, lo que hacía de la construcción algo similar a un castillo.
El Castillo de coral de Florida, ubicado en Estados Unidos, entraña gran cantidad de misterios. En su interior alberga una serie de objetos que dan la sensación de haber entrado a un espacio de fantasía, en donde cada rincón cuenta una historia.
Los antecedentes
Edward Leedskalnin fue un inmigrante que llegó a Estados Unidos desde Letonia, a la edad de 26 años. Lo hizo después de que su prometida, Agnes Skuvst, 10 años menor que él, lo abandonara el día anterior a su boda.
Así, Leedskalnin arribó a Norteamérica con el corazón roto en 1912. A partir de ese momento, se dedicó a trabajar en diferentes aserraderos de Texas, California y Canadá. En 1918, se contagió de tuberculosis y debió trasladarse a un lugar más cálido por recomendación médica; abrigaba la esperanza de recuperarse.
Para el año 1923, Leedskalnin había adquirido un terreno en el sur de la Florida. Este limitaba con los humedales conocidos como Everglades. Todo parece indicar que su elección estuvo motivada en la abundancia de piedra que había en ese sitio.
Los inicios del Castillo de coral de Florida
Al tomar posesión del terreno adquirido, lo primero que Leedskalnin hizo fue habilitar una cantera. De ahí extrajo el material para construir su vivienda y un taller; también diseñó y construyó multitud de objetos inusuales e interesantes. En el futuro, todo formaría parte del Castillo de coral de Florida.
Leedskalnin le daba mucha importancia al hecho de ser independiente y autónomo, y por eso siempre trabajó solo. También era noctámbulo, por lo que tenía el hábito de trabajar en la noche y alejado de la mirada de los demás.
De hecho, edificó una muralla que impedía a quienes se encontraban por fuera observar el interior de su fortaleza. Allí también se dedicaba a escribir libros y manuales con diversas técnicas y secretos de la construcción, entre otros aspectos.
Sin embargo, sus recursos se vieron diezmados y tuvo la necesidad de abrir las puertas al público en general. A demasiadas personas les despertaba curiosidad el lugar, por lo que Leedskalnin decidió cobrar 10 centavos de dólar para conocer su interior y así tener recursos para continuar con su labor.
La gran obra arquitectónica
La gran obra arquitectónica de Edward Leedskalnin abarcó todo tipo de estructuras elaboradas a partir de enormes bloques de piedra caliza oolítica. Estas pesaban varias toneladas y, para unirlas, utilizaba cemento como mortero. Hizo juntas tan perfectas que ni siquiera una hoja de papel podía pasar entre las uniones.
Todo lo que logró construir tiene en total un peso cercano a las 1100 toneladas. Tan solo los monolitos interiores pesan entre 14 y 27 toneladas; la gran mayoría fueron creados a partir de un solo bloque de roca.
Igualmente, las alturas de los objetos varían entre tan solo unos cuantos centímetros a 7 metros con 60 centímetros. Todo esto configura una obra megalítica moderna única en el mundo. Sin duda, el Castillo de coral de Florida es un legado de ingenio y creatividad.
Los enigmas
Leedskalnin tenía talla pequeña y solo pesaba 45 kilogramos. Por eso, nadie se explica cómo pudo desplazar rocas de varias toneladas de peso él solo. Lo que sí se sabe es que utilizó enormes troncos de pino, a manera de trípode, unidos en el extremo superior. De allí se descolgaba una caja negra de metal, cuya función en el aparato aún hoy es desconocida.
Cuando lo interrogaban acerca de la técnica utilizada para levantar rocas tan pesadas, Leedskalnin respondía, tal vez en broma, diciendo que utilizaba la misma técnica aplicada a las pirámides egipcias. Esto dejaba mudos a sus interlocutores.
Probablemente este tipo de respuestas fue lo que dio lugar para que algunos pensaran que Leedskalnin se valía del ocultismo y lo paranormal para realizar esta clase de tareas. Algunos incluso llegaron a afirmar que lo habían visto transportar rocas de varias toneladas como si se tratara de objetos llenos de aire.
Algo que reforzaba esta idea fue que Leedskalnin era un aficionado a la astronomía y que trabajaba de noche. Sin embargo, quienes tuvieron la oportunidad de relacionarse con él lo describían como una persona educada, respetuosa y solidaria.
Los tesoros del Castillo de coral de Florida
Parte de la decoración interior del Castillo de coral de Florida incluye diseños de pentagramas, así como una estrella de 6 puntas, lo que alentaba la imaginación de los paranoicos. También se encuentra un telescopio que apunta a la estrella polar y un trono de piedra.
Igualmente, hay una torre, monumentos, muebles, un reloj de sol exacto, una mesa con la forma del estado de la Florida y puertas giratorias, entre otros. Absolutamente todo está hecho de piedra.
Un objeto que despertaba admiración y curiosidad era la puerta giratoria: aunque pesaba varias toneladas, se podía mover con tan solo un dedo. Un día se atascó y fue necesaria una cuadrilla de hombres y una grúa de más de 30 toneladas para poder repararla.
Durante esta tarea, se descubrió que funcionaba a partir de un eje central de hierro y un rodamiento de vehículo pesado. Aun así, hoy en día persiste la idea de que en el Castillo de coral de Florida hay algo sobrenatural.
La motivación de tanto trabajo
En varias ocasiones le preguntaron a Leedskalnin acerca del por qué había realizado esta megaobra que le había implicado tanto esfuerzo y consumido gran parte de su vida. Él simplemente respondía que estaba dedicada a la pérdida del amor de su vida.
Para 1936, el crecimiento de la ciudad tocaba las puertas del Castillo de coral de Florida, por lo que Leedskalnin decidió trasladarse a otro sector llevando su castillo con él. Solo requirió de un vehículo pesado para transportar poco a poco su obra hasta el lugar que ocupa en la actualidad.
Allí, Leedskalnin continuó laborando sin descanso hasta que fue hospitalizado en el mes de noviembre de 1951. Apenas 4 semanas después, falleció a la edad de 64 años. Sin embargo, el legado de su castillo permaneció por siempre.