El Camino de la Muerte en Bolivia
Al trayecto que se encuentra entre La Paz y la región de Los Yungas, en Bolivia, se le hace llamar “el Camino de la Muerte”. Esto es debido a que en los 60 kilómetros de esta carretera se han producido innumerables accidentes. El mal estado del firme, el clima y su ubicación en plena montaña han influido en ello. Curiosamente, este lugar es en la actualidad una atracción turística para los más aventureros.
Historia de El Camino de la Muerte
Las cifras son escalofriantes, el Camino de la Muerte ha registrado de media hasta 210 accidentes y unos 100 muertos anualmente. La carretera, en pésimas condiciones, fue construida por presos paraguayos en el año 1930, durante la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay.
Esta ruta es una de las pocas que logra conectar la selva amazónica con la capital de Bolivia, La Paz. Sin embargo, la carretera es tan estrecha que solo permite transitar a un solo vehículo, su anchura en buena parte del trayecto apenas alcanza los tres metros.
Y, para hacer el camino aún más complicado, tampoco hay guardarrailes que eviten caer por el abismo. Esto, junto a la niebla y lluvia que dificultan la visibilidad, hacen de esta ruta una de las más peligrosas del mundo. Sin embargo, hace poco tiempo el gobierno de Bolivia decidió asfaltar esta carretera, lo que ha disminuido el número de accidentes.
“No hace falta conocer el peligro para tener miedo; de hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor.”
-Alejandro Dumas-
El camino desciende hasta 3.600 metros en un total de 64 kilómetros de recorrido. Según la ley boliviana aquel vehículo que sube hacía La Paz tiene mayor prioridad que el que descienda en dirección a Coroico, este último debe detenerse y dar paso.
Destino demandado por los ciclistas
A pesar de todo, el Camino de la Muerte se convirtió a partir de los años 90 en un destino popular para ciclistas de todo el mundo. La belleza del paisaje y sus pendientes pronunciadas convierten esta ruta peligrosa en la favorita para muchas personas que desean explorar trayectos en sus bicicletas de montaña. Los ciclistas se congregan usualmente en un lugar llamado “La Cumbre” y desde allí inician la ruta.
Al ir en bicicleta se puede estar más en contacto con la naturaleza y, por estar cerca de la selva amazónica, se divisan algunas especies exóticas en el camino. En El Camino de la Muerte se pueden admirar incluso ciertas cascadas pero se debe tener cuidado con lo resbaladizo del camino, ya que han muerto decenas de ciclistas mientras bajaban o cruzaban alguna curva del trayecto.
Se estima que el tráfico de bicicletas aumenta un 5% en cada año, de hecho, existen más de 30 compañías que se dedican a promover excursiones cicloturistas. Excursiones contratadas en su mayoría por extranjeros.
Curiosidades del Camino de la Muerte
Según lugareños y guías de la región, por estas zonas vivió Klaus Barbie, apodado “el Carnicero de Lyon”. Se rumorea que este hombre escapó de Alemania tras de la Segunda Guerra Mundial y se escondió en Bolivia. En la década de los años 50 este exsoldado nazi, que colaboró en múltiples barbaries, empezó un trabajo como administrador de un aserradero en las Yungas.
Son pocos los vehículos que transitan hoy en día por el Camino de la Muerte, ya que se creó una vía alternativa que tardó más de 10 años en construirse.
Por otra parte, el padre de un ciclista que murió en 2009 ideó un fondo con el nombre de su hijo para aportarle mayor seguridad al camino. Gracias a esto se han financiado ambulancias, barandillas y radios bidireccionales, entre otros.
En la época de invierno pueden verse las montañas totalmente cubiertas de nieve, lo que crea todo un espectáculo a la vista. Muchos fotógrafos han decidido transitar esta ruta en bicicleta o vehículo precisamente para retratar de cerca la calidad de sus vistas panorámicas y vegetación sublime.
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