Cala Xarraca, un rincón encantador en la isla de Ibiza

Ibiza es una isla mediterránea de calas maravillosas. Una de las más bonitas es Cala Xarraca. A ella nos vamos.
Cala Xarraca, un rincón encantador en la isla de Ibiza

Última actualización: 04 julio, 2023

Situada en el municipio ibicenco de San Juan Bautista, la Cala Xarraca es una preciosa cala desconocida para la mayoría de turistas, pero ideal para descansar o practicar buceo. A continuación, te ofrecemos toda la información necesaria para no perder detalle de este pequeño paraíso. ¿Nos acompañas? 

Características principales de Cala Xarraca

La Cala Xarraca está compuesta de arena gruesa y dorada y tiene unas dimensiones de 75 metros de longitud por 20 metros de ancho. Está rodeada de acantilados que presentan la vegetación típica de Ibiza, es decir, frondosos bosques de pinos, y se sitúa frente a unos pequeños islotes a los que se pueden llegar nadando.

Cala Xarraca
Cala Xarraca – Eric Gevaert

Se trata de un lugar idóneo para practicar buceo por sus aguas limpias, cristalinas y tranquilas  y porque el fondo marino es de gran interés por la gran cantidad de fauna que alberga. No obstante, al tratarse de un fondo rocoso, los bañistas deben tener cuidado y no confiarse por su poca profundidad.

Cala Xarraca también es ideal para aquellos que son aficionados al nudismo. A la izquierda existe un pequeño camino que esconde una parte oculta de la preciosa cala.

Respecto a los servicios que ofrece, no hay ni baños ni duchas, pero sí tumbonas o sombrillas para disfrutar de un momento de relax. La zona cuenta, al mismo tiempo, con el restaurante Cala Xarraca, donde se pueden probar platos de la gastronomía local a un buen precio mientras se disfruta de las vistas desde su terraza.

Los islotes de Cala Xarraca

Cala Xarraca
Cala Xarraca – Eric Gevaert

Como hemos mencionado anteriormente, Cala Xarraca está situada entre dos islotes: islote d’es Renclí y de sa Mesquida. El islote d’es Renclí forma una cala de dimensiones reducidas en la que la arena es gruesa y el agua, cristalina. Se caracteriza por la tranquilidad que reina en ella durante todo el día.

En cuanto al islote de sa Mesquida, se encuentra en uno de los extremos de Cala Xarraca. Nos podemos acercar hasta el lugar con algún tipo de embarcación pero, a causa de la existencia de rocas que sobresalen del lecho marino, lo mejor es anclarla a una profundidad de ocho metros y, simplemente, disfrutar del entorno.

“La naturaleza siempre lleva los colores del espíritu.”

-Ralph Waldo Emerson-

Los varaderos de Cala Xarraca 

Cala Xarraca
Cala Xarraca – Icealex

A la derecha de la cala se encuentra la zona de los varaderos. Se trata de un lugar pequeño, escondido y de acceso no tan fácil, pero recomendable debido a la bella estampa que ofrece. Junto a las casas tradicionales de los pescadores se encuentran varias plataformas de hormigón desgastadas por las corrientes marinas.

La zona es muy buena para descubrir el fondo marino, repleto de peces, pulpos o sepias. También lo es para disfrutar del baño al resguardo de las corrientes y olas del mar gracias a la punta que protegía a los varaderos, desde cuyos dos o tres metros de alto pueden lanzarse al agua los más atrevidos. 

Cómo llegar a la Cala Xarraca

Cala Xarraca
Cala Xarraca – Bas Boerman / Flick.com

Hay diversas formas de llegar hasta Cala Xarraca. Una de ellas es cogiendo el autobús. Sin embargo, la frecuencia de este es irregular, por lo que la mejor opción es ir en coche. Para ello solo hay que avanzar por la carretera en dirección a Portinatx y, a la altura del kilómetro 17 tomar un desvío hacia la preciosa cala.

Los últimos 300 metros de recorrido se hacen por una carretera asfaltada con una pendiente pronunciada y llena de curvas, por lo que hay que ir con cuidado. Una vez en el lugar, se puede aparcar el vehículo de manera gratuita y sin ningún problema de espacio en los alrededores de la cala.

En caso de querer ir hasta los varaderos hay que continuar por la carretera unos 200 metros más y dejar el vehículo aparcado a uno de los lados de la vía. Después solo queda descender a pie por un camino de tierra y por unas escaleras que, por desgracia, carecen de cualquier tipo de indicación.   

En cualquier caso, si visitas Ibiza, es más que recomendable hacer esta pequeña excursión. Descubrirás uno de los rincones más encantadores de esta isla.

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