Andrea Mantegna y la perspectiva renacentista

Escorzos casi imposibles y paisajes que se meten en escenas en las que la perspectiva es la protagonista. Así es el arte de Andrea Mantegna. ¿Quieres saber más?
Andrea Mantegna y la perspectiva renacentista
Cristina Moreno

Escrito y verificado por la historiadora del arte Cristina Moreno.

Última actualización: 12 septiembre, 2019

Andrea Mantegna es uno de los artistas más destacados del Renacimiento del Quattrocento italiano. Hablamos de un pintor cuyas obras destacan sobremanera por el uso de una perspectiva y un escorzo impresionantes. ¿Quieres conocerlo mejor y saber dónde se pueden admirar algunas de sus obras?

¿Quién fue Andrea Mantegna?

Mural de la 'Cámara de los Esposos'
Mural de la ‘Cámara de los esposos’

Andrea Mantegna nació en Isola di Cartura, en la región del Véneto, hacia 1430 en una familia muy humilde. En sus años de infancia trabajó como pastor, pero al quedar huérfano su vida dio un giro radical. Fue adoptado por Francesco Squarcione, un pintor y coleccionista de arte hacia 1441.

Este dirigía una academia de arte en Padua y en ella entraría a estudiar Mantegna. Allí, junto a otros aprendices, Squarcione le enseñó a pintar a la ‘nueva manera’, es decir, al estilo renacentista. También le enseñó a fijarse en volúmenes, perspectivas, etc. por medio del estudio de esculturas.

A los 17 años ya realizaría sus primeros encargos importantes y se independizaría, cansado de que su tutor se aprovechara de su arte. Además, contrae matrimonio con Nicolosia Bellini, la hija de uno de los rivales de Squarcione, Japoco Bellini. Esto provoca la ira de su maestro, quien a partir de entonces será muy crítico con su arte.

Estuvo influenciado por otros artistas del momento como Donatello, Filippo Lippi, Paolo Ucello o su suegro y cuñados, debido a que Padua era un hervidero de artistas. Sin embargo, lo cierto es que Mantegna supo construir un estilo propio, pétreo, de escorzos imposibles y arquitecturas monumentales.

Sus grandes obras

'Oración en el Huerto de los Oilvos' de Andrea Mantegna
‘Oración en el Huerto de los Olivos’ del retablo de San Zenón

Como adelantábamos, Andrea Mantegna comienza a realizar sus primeros trabajos importantes muy joven. Destacan los frescos de la capilla Ovetari, en la iglesia Eremitani de Padua. Allí trabajó con uno de sus compañeros de formación, Niccolò Pizzolo y se encargó de decorar la tribuna y el lado izquierdo.

Realizó el trabajo entre 1448-1457 y en dos fases a causa de las desavenencias con los comitentes. Lamentablemente, gran parte de esa obra desapareció debido a los bombardeos de 1944. Así, solo se conservan el ciclo de la vida de los santos Cristóbal y Santiago y la Asunción de la Virgen.

Contemporáneo al trabajo de la capilla Ovetari, Mantegna realizó el retablo de San Juan Evangelista que hoy se puede contemplar en la Pinacoteca Brera en Milán. Es un retablo cuyo emplazamiento era la abadía benedictina de Santa Justina de Padua.

La fama que le dieron ambos trabajos le facilitarían llevar a cabo otro más importante: el abad de San Zenón, en Verona, le encargó para su iglesia un retablo. Lamentablemente, este fue desmembrado por las tropas francesas y en la actualidad algunas de las tablas se encuentran dispersas por el Museo del Louvre y el Museo de Tours.

Así, en Verona se ha reconstruido el retablo con partes originales y otras que son copias. Pero lo que destaca realmente de este retablo es que se trata del primero que se hace enteramente en estilo renacentista en la zona norte de Italia. Lo hizo en su taller de Padua y cuando lo tuvo terminado lo transportó hasta Verona, donde lo instaló.

Perspectiva y escorzo, claves del arte de Andrea Mantegna

'Lamentación sobre Cristo muerto' de Andrea Mantegna
‘Lamentación sobre Cristo muerto’

Será a raíz de los encargos del marqués Lodovico Gonzaga cuando Andrea Mantegna comience a instaurarse como el gran precursor de la perspectiva. Así, para dicho marqués decora palacios y capillas, entre las que destaca la capilla privada del castillo de San Jorge en Mantua.

Para dicha capilla pinta la maravillosa tabla El tránsito de la Virgen. Es todo un hito de la historia del arte que hoy podemos contemplar en el Museo del Prado de Madrid.

En ella realiza un increíble trabajo de perspectiva desde el suelo con pavimento de losas ortogonales, que van conduciendo la mirada del espectador a la Virgen, y con la apertura de la ventana tras los apóstoles, donde se puede ver el puente de San Jorge sobre el lago Mincio. Un paisaje real que se inserta como telón de fondo en una escena religiosa.

En la última etapa de su vida sus cuadros se vuelven más íntimos, pero igual de espectaculares. Así, destaca  Lamentación sobre Cristo muerto, de hacia 1480-90 y que hoy se conserva en la Pinacoteca Brera. En ella realiza uno de los escorzos más espectaculares del mundo, demodo que el espectador ve el cuerpo inerte de Cristo desde sus pies, como si fuese uno más de los personajes del cuadro.